14.Ella no le pertenece a nadie
Lucas Brown:No podía creer que las cosas hubieran llegado tan lejos. La rabia y la frustración de Zabdiel, la defensa de Dereck, la tristeza de Daena... todo se mezclaba en mi cabeza como un torbellino de emociones.
De repente, vi a Matheo sentarse frente a mí, con un sándwich en la mano. Me miró con una sonrisa y me ofreció el sandwich.
—¿Quieres un poco? —me preguntó. Yo negué con la cabeza, aún sumido en mis pensamientos.
Matheo se encogió de hombros y dio un mordisco a su sándwich.
—Dereck besó a Daena cuando me fui de aquí con Lily —preguntó, su voz neutral, pero con un tono de curiosidad.
Yo negué con la cabeza, tratando de aclarar la situación.
—Al parecer Daena y Dereck se besaron en una fiesta antes de que llegara aquí.
Él asintió con la cabeza, pero no dijo nada. Siguió comiendo su sándwich, pero noté que apretaba las manos, como si estuviera molesto. Matheo siempre ha sido un poco reservado con sus emociones, y si le pregunto qué es lo que le pasa, no me respondería.
Me di cuenta de que Matheo estaba tratando de ocultar algo, pero no sabía qué. ¿Estaba molesto por la situación? ¿O había algo más que no me estaba diciendo? Me sentí intrigado, pero sabía que no podía presionarlo para que hablara.
Así que me limité a observar, tratando de entender qué estaba pasando por su mente. Pero Matheo era un libro cerrado, y no iba a abrirse fácilmente.
"Solo espero que no estés involucrado con Daena"
La situación con Daena y Dereck era cada vez más complicada, y no sabía cómo iba a afectar a nuestro grupo si se suma otro. Sería malo, muy malo.
Nuestro grupo siempre había estado unido, pero la tensión entre Daena y Dereck ya estaba causando grietas. Si Matheo estaba involucrado, no sabría lo qué ocasionaría. Me preocupaba que nuestra amistad se rompiera, que nuestros lazos se debilitaran. Habíamos pasado muchas cosas juntos, y la idea de que algo pudiera destruirlo era aterradora.
Recuerdo las noches que pasamos juntos, riendo y compartiendo historias. Las aventuras que tuvimos, los secretos que compartimos.
—La cúbito de hielo se encuentra bien —habló Alan entrando a la sala, rompiendo el silencio.
—Eso es bueno —dije, tratando de sonreír—. ¿Y dónde está Luka? —pregunté cuando noté que solo Alan había entrado. Me parecía extraño que Luka no estuviera con él.
Alan se sentó en el sofá al lado de Matheo y agarró un sándwich del plato. Le dio un mordisco y se le dibujó una sonrisa en los labios.
—Pues verán... —empezó Alan, su voz baja y tranquila, como si estuviera a punto de compartir un secreto.
ESTÁS LEYENDO
El precio de una noche
ActionLa sangre los unía, pero un odio los separaba. Sin embargo, una noche los unió hasta la muerte. -Estoy dispuesto a arder en mil infiernos por un solo beso tuyo, Mio Ángelo.