7.No me gusta que me
llames princesa🎀 Daena Müller 🎀
—¿Te gusta el pan con mermelada? —me preguntó Lucas, mirándome con expectación.
Asentí con la cabeza y él sonrió aliviado.
—Genial —se giró hacia la encimera.
Luego caminó hacia la mesa con un plato en la mano, lleno de panes frescos.
—Siéntate y come —me dijo, poniendo el plato frente a mí.
Me senté y agarré un pan y le di un mordisco, el sabor dulce de la mermelada y la suavidad del pan me hicieron cerrar los ojos de placer.
—Te gusta, ¿eh? —yo asentí con la cabeza dándole otro mordisco, y otro, no podía parar.
—Mmm, esto es increíble —susurré, con la boca llena.
Lucas se rió y se sentó frente a mí.
—Me alegra que te guste —dijo, sonriendo.— Ten —me paso un vaso de jugo
—Gracias
Me miró con una sonrisa en los labios y luego se apoyó en la mesa.
—Come despacio, nadie te lo va a quitar — comentó riendo.
Me sentí un poco avergonzada por comer tan rápido, pero no puedo evitarlo.
—Lo siento, es que tenía mucha hambre —comenté tomando el vaso de jugo.
Lucas me extendió una servilleta y me sonrió de nuevo, mostrando sus dientes blancos y perfectos.
"Siempre es así, se parece al chico arcoíris que siempre está con una sonrisa en los labios", pensé…Recordando la forma en que el chico arcoíris siempre parecía tan feliz y despreocupado.
—Gracias
Lucas me sonrió con una sonrisa cálida y amable.
—De nada… Bueno puedes ir al sofá mientras lavó esto —comentó Lucas, señalando el plato.
Pero cuando le pregunté si podía prender la televisión se puso muy nervioso, su rostro cambió de color y se miró las manos.
—Si no quieres está bien, solo me sentare
No quería incomodar a Lucas y me retiré de la cocina lentamente, sintiendo que había hecho algo mal, y me dirigí a la sala, preguntándome por qué Lucas había reaccionado de esa manera.
[***]
No sé lo que haré, mi vida cambió de la noche a la mañana desde que me enteré de que estaba embarazada. Me sentía como si el mundo se hubiera vuelto del revés.
No podía dormir bien desde ese día que desperté junto a mi primo, todas las noches lloraba en silencio, deseando un abrazo que no podía pedir. Me sentía fatal, como si estuviera atrapada en una pesadilla.
Me recosté en el sofá, intentando escapar de los recuerdos que me perseguían.
Pero las imágenes de la mañana seguía acosándome, como un fantasma que no me dejaba en paz.
Los ojos de aquellos hombres, llenos de lujuria y deseo, seguían mirándome, incluso ahora que estaba sola. Sus palabras vulgares y groseras seguían resonando en mi mente, como un eco que no se desvanecía.
Cerré los ojos, intentando bloquear los recuerdos, pero eran demasiado intensos. Me sentí atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar. Y entonces, escuché la voz de Lucas, suave y cálida.
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El precio de una noche
ActionLa sangre los unía, pero un odio los separaba. Sin embargo, una noche los unió hasta la muerte. -Estoy dispuesto a arder en mil infiernos por un solo beso tuyo, Mio Ángelo.