Un par de meses habían pasado desde el incidente en el kínder y las cosas finalmente volvieron a la normalidad. Marin había lidiado con el estrés y la presión de la situación, y aunque la experiencia había sido dura, logró superarla con el apoyo de sus seres queridos. Mei Mei, quien había insistido en saber más sobre el pasado de Marin, terminó por conocer la verdad. Aunque el conocimiento la deprimió durante una semana, pronto decidió que siempre trataría a Marin con la amabilidad y el respeto que merecía.
En cuanto a Naoya, nunca se confirmaron las sospechas sobre su implicación en la filtración de la información sobre Marin. Sin embargo, debido a la controversia, sus responsabilidades dentro del instituto se vieron reducidas. Marin, por su parte, eligió no aferrarse al resentimiento. A pesar de la confusión y las dificultades que enfrentó, prefirió mantener su distancia y seguir adelante. El incidente culminó en una lamentable anécdota: las gemelas Maki y Marin, primitas pequeñas de Naoya, se le enfrentaron furiosamente ante indebidos "acercamientos" . La reacción de las niñas fue tan inesperada que Naoya se asustó y huyó, dejando atrás una situación complicada que finalmente se resolvió.
En una mañana tranquila, mientras los niños jugaban y la rutina seguía su curso, Marin estaba inmersa en sus pensamientos. Se encontraba en el aula, organizando algunos documentos cuando una voz familiar la despertó de sus cavilaciones.
— Maeta —la llamó Nobara, con su cabello azul brillando bajo la luz de la mañana. A su lado, Miwa se acercaba, curiosa.
— ¿Qué hará en su fin de semana? —preguntó la joven de cabellos azules.
Marin, fingiendo una reflexión profunda, respondió con una sonrisa que iluminó su rostro. — Iré a la playa —dijo, emocionada.
— ¿En pleno otoño? —Nobara preguntó, visiblemente sorprendida por la elección de la castaña.
— Fue la única fecha disponible para ir con la persona que me llevará —Marin explicó, sus ojos brillando al recordar la hipnótica mirada azul de su novio. — Además, nunca he ido a la playa.
— Espero que todo salga perfecto, Maeta —Miwa le deseó con una sonrisa cálida. Ella había tenido su propia experiencia memorable al conocer el mar hace unos meses y esperaba que Marin tuviera un viaje igualmente especial.
— ¿Y con quién irá? ¿Tiene novio? —Nobara insistió con curiosidad.
Marin, intentando desviar la conversación, respondió con un tono ligero. — Dejemos esos temas de lado y mejor sigamos haciendo las actividades, ¿de acuerdo?
— Es el papá de Megumi, duh —dijo un niño de cabello rosa, uniéndose a la conversación. Sus compañeras de clase lo miraron con sorpresa, mientras que Marin sintió una oleada de vergüenza.
— Él y yo somos amigos —Marin explicó con una sonrisa amigable, tratando de suavizar la situación. — Pero ya no hablemos más de eso.
— ¿Está negando a mi papá? —Megumi, con su voz infantil, intervino desde su lugar. — Pensé que sería mi mami.
El puchero de Megumi rompió el corazón de Marin, quien no podía soportar la idea de decepcionarlo. — Megumi, ven —lo llamó con ternura. — Es tu turno de ayudarme a contar el cuento del día de hoy. Será sobre la relación entre tu papi y yo.
El pequeño corrió hacia ella con una sonrisa amplia. — Recuerde que solo es una relación temporal con papá, ¿eh? Usted y yo nos casaremos cuando crezca.
Marin rió suavemente, acariciando la cabeza del niño. — Chicos, está tarde les contaré una historia, y Megumi me ayudará. Así que, por favor, tomen asiento y acomódense.
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Hurt-Toji Fushiguro
FanficPrimer paso: Ser maestra de preescolar Segundo paso: enamorar a uno de los padres de familia Mejor no pasemos al tercer paso ¿O si?