cuatro

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cuatro

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LUCÍA

La cara de ilusión de Mar seguía grabada en mi memoria. Cuando vió a Daniel, hubo un momento en el que me sentí tentada de irme a la cocina y traerle un plato para las babas.

Pero claro, tal vez me hubieran tachado de loca psicópata.

Y no sé si a Ana le hubiera hecho gracia o le hubiera parecido raro. Probablemente lo segundo.

Cierto es, que cuando la rubia me confesó que tenía un crush en el hermano de Ana cuando éramos pequeños, tampoco me sorprendió mucho.

Pero habían pasado años de eso, ¿cómo se me iba a ocurrir a mi pensar que ese amorío seguiría intacto?

Mi amiga y yo llevábamos bastante tiempo sin vernos, así que el reencuentro en casa de los Alonso fue bastante lindo. Nos abrazamos y junto con Ana nos pusimos al día. El tema chicos lo descartamos, pues Daniel no paraba de echarnos miradas nada disimuladas y entrometerse en la conversación.

Para él, su hermana aún era un bebe y cualquier contacto con el sexo opuesto estaba descartado.

Entonces, Mar, aprovechó para hacer su confesión sentimental una vez estábamos ya fuera de la casa. Y de paso, también me dio información bastante relevante.

Por lo visto, mis vecinos del pueblo de toda la vida ahora también eran famosos. Un ligero detalle que ninguno de los dos había mencionado y que a Daniel se le había escapado decir al explicarme su profesión.

Aparentemente Daniel Alonso, hermano mayor de Ana, es en las redes sociales Plex. Un Youtuber que acumula millones de seguidores.

Por un momento pensé que la rubia se estaba quedando conmigo, pues su sentido del humor siempre ha sido bastante curioso. Pero una rápida búsqueda en internet me confirmó que no, y que de echo, sus vacaciones en Málaga, donde nos habíamos encontrado, también habían quedado para la posteridad en un maravilloso post de Instagram.

Le di like al momento, pero no esperaba que se diera cuenta entre los cientos de notificaciones que debía recibir al día.

En el porche delantero de la casa de mi abuela, era el único lugar en el que corría un poco de brisa. Es por eso que era el sitio en el que había decidido sentarme a esperar a que llegaran las seis de la tarde, la hora en la que había quedado con la rubia amante de los animales.

Y amante de mi vecino, por lo visto.

—Oye, Plex, bro.—una voz nueva resonó por la calle desierta. Estirando el cuello, vi un coche nuevo aparcado en la puerta de mis vecinos. Curioso.—¿En este pueblo no hay wifi?

Ah, bienvenido a la España rural.

Bastante que había cobertura.

—Que va bro, pero te puedo dejar internet por cable que lo contrató mi padre cuando empecé con Youtube.—seguía sin procesar que el idiota con el que llevaba días peleándome fuera famoso.

Si esta claro que le damos seguidores a gente que no se lo merece.

—Eso no es lo importante Borja.—otra voz nueva, esta venía de un chico de pelo casi negro.—¿Las chicas guapas donde están?

—Joder Adri, siempre pensando en lo mismo.—replicó una tercera persona.

Pero vamos a ver, ¿Qué es esto? ¿Una invasión de influencers? Por favor no, que suficiente tengo con uno.

agosto | YosoyplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora