doce🃏
LUCÍA
Mis ideas siempre son las mejores. Y no porque lo diga yo, que también. Si no porque, ¿a quién más se le ocurriría ir a comprarle un regalo a la hermana de su vecino para que este le pida perdón?
Pues a nadie, está claro.
Con lo que no contaba yo era con que Daniel Alonso no conducía un coche normal, si no un Lamborghini de última generación que pasaba de todo menos desapercibido. Era la madrugada, y ya habían sido varios los coches que nos habían pitado o hecho fotos en un semáforo.
¿La gente cuando se saca el carnet no aprende que conducir con el móvil es temerario e ilegal? Parece que en Zamora no.
Habíamos hecho la primera mitad del tramo en silencio. Ninguno de los dos estaba demasiado hablador. Pero después del cuarto semáforo y de que me pidiera ayuda para poner el navegador, la charla había surgido de forma natural.
Y no estabamos insultándonos, un auténtico logro tratándose de nosotros. La tregua estaba cumpliendo su función con éxito.
—Pero, ¿música clásica?—alcé una ceja.
—Dios mío, menudo insulto a la música española.—con la mano izquierda se sujetó el puente de la nariz, haciendo que los latidos del corazón se me aceleraran al verle soltar el volante.—Es la Oreja de Van Gogh. Ya sabes, lo más típico del mundo. Es como decir que Melendi es igual que Bethoven.
Dios mío, menuda patada a la música.
—En ese caso, es un insulto al compositor.—repliqué. Vamos, que me estuviera comparando a uno de los grandes con ese me daba que pensar.—No sé, no estoy tan puesta.
—Entonces, ¿qué es lo que escuchas tú?—me preguntó con curiosidad.
Ya estabamos cerca de llegar a la superficie comercial. Habíamos tenido que conducir casi una hora, pues desde nuestro pueblo perdido de la mano de Dios hasta la sociedad había un cacho bastante largo.
Antes de salir, me había tomado la molestia de subir a casa y dejarle una nota a mi abuela junto con el vaso del café, para que no se preocupara por mi.
Era costumbre en las mañanas, que nos preparara el desayuno a todos, así que hoy que no había podido pegar ojo había sido yo quien le había dejado algo a ella listo.
En el fondo, tras todas esas capas de bordería y prepotencia, era una chica amable. Si hasta le había dejado agua y una notita a mi archienemigo del vecindario.
Ahora amigo, y chófer.
—Pues últimamente me ha dado con los Argentinos.—confesé.— Trueno, Milo J, Nicky Nicole...—al mencionar el nombre de la última, mi compañero de viaje formó una sonrisa.
—Si quieres un autógrafo te lo consigo.—sus dientes blancos salieron a la luz al crearse la curvatura en sus labios.
—¿Te has tirado a la argentina? —me estaba quedando muda. —Sabes que, prefiero no conocer los detalles, pero si. Un vídeo diciéndome hola haría que me hiciera pis encima de la ilusión.
Era una confesión completamente cierta, me había vuelto una auténtica fan de ella.
—Cómo eres.—negó con la cabeza, una vez más haciéndome temer por mi vida. ¿Por qué había dejado que fuera él quien llevara el coche?—Solo somos amigos, ¿no te han enseñado que no debes creerte todo lo que ves en las redes?
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agosto | Yosoyplex
FanfictionDe fiesta en fiesta, de chica en chica, plex lleva meses buscando algo que hace tiempo perdió. Sólo necesita agosto para encontrarlo. a YOSOYPLEX FANFIC