Capítulo 23

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Con mi nueva determinación de no dejar que los fantasmas de mi pasado me deprimieran, con la determinación de levantarme como el líder que de verdad necesitan, tomé las riendas de la nueva ciudad y, utilizando el sistema que había sido creado anteriormente por Ashley, se repitió. Rápidamente se pudo conseguir un techo para la mayoría de habitantes agotados de la ciudad. Como era previsto, muchas personas se unieron al ejército de nuevo, y habíamos aumentado considerablemente nuestras fuerzas.

La comida que producía la ciudad eran cantidades enormes de cultivos y carne, que podían abastecer fácilmente a nuestra primera ciudad. Gracias a eso, pude ordenar conseguir más trabajadores por comida y recibir un ingreso mucho mayor de metal, metal que era enviado hacia la base del volcán. No, tengo muchas esperanzas en que de verdad me traigan un avión, pero me lo traigan o no, necesito enviarles los planos de los trenes para mantener una ruta de suministros rápida y fácil de defender.

La organización militar de Ashley tenía sentido; el problema era la comunicación con esta, así que me había dirigido muy temprano en la mañana para hablar con un técnico.

Ahí me encontraba yo medio somnoliento, aunque ya había hecho mucho papeleo. El problema era que todo eso lo había hecho a las cuatro de la mañana, y apenas son las 6. Por curiosidad, he de decir que apenas estaba comenzando el amanecer y la brisa de la madrugada era fría que castigaba los huesos. Sin embargo, debido a las circunstancias, realmente poca gente importante estaba durmiendo. Ashley corría de un lado para otro con las cartas que le di. Lombardi hacía de vocero y organizaba una reunión para que la población y los nuevos reclutas me escucharan.


Pero la verdadera razón por la que Tech no había podido dormir era porque era el amigo más cercano de Doc, que seguía llorando como un niño en la hamaca que habían logrado montar en un árbol que usaron para montar la tienda. Azumi estaba durmiendo justo arriba, y me miró con sus ojos amarillos, que sentí que brillaban en la fría oscuridad de la madrugada; sin embargo, no me dijo nada, volvió a cerrar los ojos y siguió durmiendo.

Tech, en cambio, se levantó cuando me vio y se acercó.

—¿Necesitas algo? —me susurró, se le notaba el sueño en la cara demacrada.

—Sí, necesito que soluciones dispositivos de comunicación de buen alcance, no me importa si es con magia o te las arreglas de otra manera, pero soluciónalo, confío en ti. —Le susurré de vuelta, le puse mi mano en el hombro y me alejé.

No necesitaba decir más, él no necesitó hacer más preguntas. Corto de tiempo, regresé a la base principal donde siguen preparando unos cuantos soldados, que obviamente antes tenían profesiones acordes a sus habilidades, pero desde luego no es que la guerra pregunte amablemente. ¿"Oye, eres soldado"?

Los muchachos me brindaron una sonrisa cansada, mientras yo me apresuraba por los pasillos, que aun estaban un poco manchados de sangre por aquí y por allá.

Cuando llegué a mi despacho, Ashley ya estaba allí, recostada en el escritorio con las manos cruzadas y descansando los ojos. Los soldados que ella había reunido según mis especificaciones ya estaban aquí, muchos de ellos estaban medio dormidos.

—Buenos días muchachos, ¿Ashley ya les comentó su razón de estar aquí? —hablé con una voz carrasposa debido a que ya llevaba unas horas sin usarla.

Los soldados me miraron con atención, Ashley regaló una mirada afilada y calculadora.

—No les dije —contestó Ashley, negando con la cabeza.

—La primera pregunta entonces es: ¿Muchachos, qué piensan de la guerra? —Me crucé de brazos por el frío.

—Es... Horrible, aquellos que son capaces de siquiera verle honor u orgullo es porque no han visto sus consecuencias, sin embargo tengo que decirlo... Se sintió bien ganar, ser admirado por nuestro pueblo, ser el héroe de la historia. Al final luchamos por un bien mayor, y me gusta eso, pero una vez que suenan los disparos no somos muy diferentes de los monstruos que nos relataban los cuentos para niños.

Alas De La LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora