El ataque estaba saliendo perfecto, los duelistas habían tenido un desempeño envidiable para su entrenamiento tan precoz. Ashley junto a Meridia se habían adentrado en el edificio.
Las chicas y yo nos alejamos del campo de batalla, pero en la supuesta dirección de donde debía venir el dios del fuego.
Su magia lo delató, su ira se podía sentir en el aire, cuando apareció, lo habíamos visto primero, venía totalmente solo, Azumi salto y con una rapidez aterradora salió disparada hacia el dios del fuego, tumbandolo eficazmente hacia el suelo.
Justo cuando tocó el suelo, Jane y yo hicimos un ataque conjunto con energía de dragón. Le cortamos los hombros y el abdomen. Cuando nos giramos, él ya se había cauterizado las heridas. Nos brindó una mirada de odio puro. Su magia era tanta que era difícil respirar, sin embargo ninguno de nosotros perdió la concentración. Ahora él era la presa.
Pero esta vez no hubo charla, no hubo vanaglorizacion, era solo el sonido de nuestras espadas chocando y las llamas rugiendo. Consumido por la ira aquel hombre estaba en un tormento, un tormento causado por mí.
Otra vez, aunque me hubiera vuelto más fuerte, bloquear sus ataques era peligroso, ahora tenía más magia a su vez, era más fuerte.
Nuestros múltiples golpes hacían mella en él, pero el problema para Jane y para mí era el estilo de Azumi, era complicado unirnos a su ritmo, prácticamente necesitaba todo el campo de la pelea para saltar y esquivar, pero eso mismo fue lo que causó su error. El dios del fuego le propinó un golpe en toda la cara lo suficientemente fuerte como para asesinar por sí solo a Azumi que salió disparada hacia el suelo, pero fue justo en ese momento en el que Jane y yo cambiamos la situación.
Debido a nuestro entrenamiento, debido a nuestro tiempo a solas, nuestros sentimientos se habían equilibrado, éramos dos, pero luchábamos como una sola espada, y gracias a eso nuestros ataques de energía se unían, al hacerlo incluso cambiaban a un color morado.
Esto dio muchísimos problemas al dios del fuego, que apenas podía, esquivarlos, lo estábamos cercando, estábamos ganando, o al menos eso creía. Él sonrió y golpeó el suelo, una llamarada inmensa se comió el campo de batalla, apenas pudimos cubrimos con la energía pero mientras lo hacíamos, El dios del fuego nos atacó incapaces de poder responder a tiempo.
Todo ocurrió demasiado rápido. Azumi, que no podía defenderse ni siquiera de la llama, se puso enfrente de nosotros. No solo recibiendo directamente el fuego en su piel, bloqueó el ataque, o al menos la mitad de él. Su brazo fue rebanado a la mitad, como si de mantequilla se tratase.
Tenía que reaccionar más rápido, tenía que ser más fuerte, tenía que matarlo. Me lancé contra él, chocamos espadas e ignorando el dolor me apoyé con mis lanzas en el aire, tenía que golpearlo, tenía que vencer. Él solo me miró y me sonrió.
Jane también me siguió, nuestra ira se volvió una.
—Estás solo... ¿Qué hiciste? —dijo Jane mientras atacaba.
No había estado seguro de lo que hablaba, pero justo después de eso logramos perforar su pecho, un corte perfecto. Cayó de rodillas, pero aún sonreía.
Estalló de la risa y sacó un pedazo de carne, de un solo bocado se lo comió, y de repente una cantidad abusiva de magia salió de él. Yo no entendía lo que pasaba pero Jane estaba temblando.
—Sean... Voy a matarlo... ¡Voy a matarlo aunque me cueste la vida! —gritó Jane, ella no temblaba de miedo, temblaba de ira.
—¡No mueran! —gritó Azumi desesperada entre lágrimas.
Pero en ese momento no podía hacer más que luchar y compartir los sentimientos de mi preciada compañera.
—¡Incluso si después de esto dejó de ser un dios, habrá valido la pena! —escupe el dios del fuego.
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Alas De La Libertad
AcciónLa tiranía ha arrasado nuestras tierras, ha desangrado nuestro reino hasta que se ha secado, ¡es hora de tomar el destino con nuestras propias manos! nos alzaremos una vez más, forjados con la sangre de nuestros hermanos caídos, ajustemos nuestras m...