Sean Dorvin
El ejército estaba ansioso, pues los preparativos para la marcha ya estaban listos, gracias a una tarea ardua y sinceramente imposible si no fuera por la buena fé de todos y cada uno de los responsables a cargo y de los eslabones más débiles. El clima era grisáceo; Lombardi mencionó que en esta época del año tiende a llover a cántaros. Estaba junto a Jane y Ashley, esperando a Goldes en la cima de la muralla.
Lo esperábamos ya que él nos daría la información que necesitaríamos y él vendría siendo más conveniente para emplear nuestros objetivos, hasta el momento había cumplido con el trato con creces, era increíble la cantidad de comida que nos enviaba, y nosotros la cantidad de metal que poseíamos.
Ashley empezó a charlar amigablemente con Jane sobre cómo se sentía en su nuevo hogar; esta mencionó que lo sentía bastante acogedor.
—¿Ya conociste a la nueva asistente de Doc? —Le preguntó Ashley a Jane.
—Creo que Azumi me habló de ella. Ayer, antes de irme a dormir, ella fue a visitarme. Quería preguntarme un par de cosas —contestó Jane con la mirada perdida y nuevamente triste.
—¿Qué te pregunto? —Ashley arqueaba una ceja y empujaba piedritas de la muralla por el borde.
—Ella quería saber de su raza, quería saber si yo conocía más tribus. Lamentablemente, me consta que las asesinaron a todas, y la única tribu que existía era la de ella —musitó Jane con tono triste.
Ashley le preguntó.
—¿Cómo estás tan segura?
Aunque ella misma no tenía mucha confianza o esperanzas en sus palabras. Creo que la razón por la que lo preguntaba con cierto miedo era que temía esperarse una respuesta deprimente por parte de Jane. Es normal, cada vez que indaguemos en el pasado. Lamentablemente, no nos contaba cómo jugaba con las flores del campo y jugaba fútbol con sus amigos por las tardes. Jane era incluso peor con sus historias, muchas veces la afectaban a ella también.
—Fue mi padre... Mi padre era el Dragón de Adan. No estoy segura si ya se los conté antes, pero creo haberlo mencionado. Yo soy Jane Drangleic, hija del Rey de los Dragones. Mi padre era el dragón de Adan, sin embargo yo no lo conocí, y a mi padre... No le apetecía mucho tratar conmigo... De todas las cosas que me persiguen, esa no es una de ellas así que no se preocupen. Fue mi madre y mi hermana con la que... Ustedes me entienden. La verdad es que las Neko se hicieron muy débiles con respecto a su fortaleza inicial, pero creo que eso era lo que quería Adan. De todas maneras, dejaron una pequeña tribu, de ahí es de donde viene Azumi. No conozco si hay más, y dado que estuve vagando por todo el mundo por muchos años, estoy segura de no haber visto ninguna otra tribu. —contestó Jane vagamente feliz.
Me extraña que responda de tal manera pues hasta el momento ella lloraba cada vez que hablaba de su pasado, pero supongo que encontró algún tipo de alivio recordando.
Fuimos interrumpidos por la presencia de Goldes, que había llegado volando. Vestía una capa marrón y estaba cubierto con su capucha, la cual estaba totalmente empapada de agua. Aterrizó suavemente a un lado de la muralla, nos saludamos de mano, le besó la mano a Ashley e intentó hacer lo mismo con Jane, pero esta se escondió detrás de nosotros. Goldes no le dio más importancia y miró los tanques, los cuales era imposible no apreciar desde la muralla. Estaba fascinado.
—Sorprendente... Sorprendente... Tengo que tomarme el tiempo de apreciar esas... Armas, si es que me lo permites, claro.
—Hablaremos de eso cuando todo esto termine y podamos establecernos correctamente. Creo que es lo inteligente por nuestra parte, ¿No crees?
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Alas De La Libertad
حركة (أكشن)La tiranía ha arrasado nuestras tierras, ha desangrado nuestro reino hasta que se ha secado, ¡es hora de tomar el destino con nuestras propias manos! nos alzaremos una vez más, forjados con la sangre de nuestros hermanos caídos, ajustemos nuestras m...