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19. Mi familia va primero

Silver había decido ir a la carrera con Lewis pero ambos tomaron la decisión de que era mejor que camille se quedara en casa junto con Eva quien no tenía trabajo hoy, ya que a uno de sus compañeros les tocaba cubrir la carrera de hoy.

—¿te sientes bien?—pregunto Mar acercándose a ella, había pasado a saludar por Red Bull.

—Estoy mejor que ayer—sonrió de lado, le había contado lo sucedido a sus amigas—solo venía a desearte suerte.

—está la ganó—sonrió—voy a patearle el trasero a Max.

—¿recuerdas que soy tu compañero?—interrumpió el mencionado—¿qué te pasó?—la cara de Max cambió por completo al ver a Silver, había cubierto lo más que podía con maquillaje la cachetada pero había sido bastante fuerte y definitivamente todavía se notaba un poco—Si fue Lewis te juro que lo mato.

—No—negó de inmediato—no es nada me golpee con una pared.

—Claro y la pared se llama Gustave—murmuró Mar—¡Perdón! Es que odio a tu padre, aparte Max te entiende él también tiene un padre loco—explicó al recibir una mala mirada de su amiga—yo mejor me voy antes de que Silver me calle a palos.

—¿Tú padre te golpeó?—pregunto molesto a lo que la chica asintió— dime por favor que Lewis lo mato.

—Lo hecho y amenazo con acabar con su carrera si volvía a acercarse—confesó—está definitivamente fuera de mi vida, gracias por preocuparte.

—Eres mi amiga Silv—sonrió el chico—si necesitas hacer desaparecer a tu padre conozco gente.

—No creo que sea necesario—rio, estaba feliz de que Max y ella pudieran ser amigos, el chico se merecía a alguien que pudiera darle todo así como él trató de hacer con ella—deberíamos de conseguirte una novia.

—Oh no gracias, creo que me tomaré un tiempo fuera de todo eso.

—No quiere novia porque tiene un crush—canturreó Mar desde atrás—cuéntale Maxi.

—Quiero saberlo todo—chilló Silver llena de felicidad—¿cómo se llama?¿la conozco? Si es así puedo presentártela.

—No tengo un crush—gruño.

—Si que lo tienes, nuestro querido amigo va ser un príncipe—bajó y subió las cejas la española—le gusta Eline Margarit Amalia, princesa de Holanda—dijo aquel nombre fingiendo un acento real.

Silver y Marina no pudieron evitar comenzar a reír por la cara de Max—no es cierto, es linda pero nada que ver.

—Nunca se sabe cómo da vueltas la vida—canturreó Silver— os dejo que debo volver con Lewis.

—¿para cuando la boda?—gritó Mar mientras Silver le mostraba el dedo.

(...)

Mientras caminaba hacia mercedes varios periodistas se acercaron a ella—Silver, ¿porque nunca dijiste que Lewis era el padre? ¿Estáis juntos? ¿Se lo ocultaste a Lewis?—la chica solo sonreía y seguía caminando, no respondería ninguna de esas preguntas, al menos no por el momento.

—¿Estás bien?— se acercó a ella Lewis cuando se alejaron los periodistas, colocó una mano en su mejilla lastimada acariciando levemente a lo que por pura casualidad Silver cerró los ojos disfrutando la caricia, Lewis no pudo evitar sonreír al ver la reacción de la chica.

—Si—se alejó al darse cuenta—en algún momento se cansarán, solo quería desearte suerte ya que creo que prefiero ir a casa a estar con Cami—confesó—esto es...demasiado, y no quiero ver a mi hermano hoy tampoco. No fue buena idea venir.

—Si quieres irte no hay problema, solo que dejarías a mercedes con un solo corredor.

—¿Qué?

—Si te sientes mal, iré contigo no pienso dejarte sola cuando necesitas un hombro en el que apoyarte, o sea que podemos irnos y luego lidiaré con los problemas a causa de eso—apretó su hombro con cariño—o puedo correr, nos vamos desde que acabe esto vamos a casa, pedimos helado y nos sentamos los tres a ver una película.

—Sabes que no puedes simplemente dejar la carrera.

—Mi familia va primero.

Silver sintió que su estómago explotar con una sensación extraña, pero no aceptaría nada más que el hecho de que seguramente tenía un virus en el estómago— nos quedamos.

—Perfecto, correré lo más rápido posible solo dame algunos minutos—bromeó guiñándole un ojo—¿no me darás un beso de la buena suerte?

—Nop— remarcó la P, ganándose que Lewis se acercará rápidamente a besar su mejilla, mientras ella golpeaba su hombro—¡Lewis!—le reclamó limpiando el sitio—eres un baboso.

—Solo por ti—volvió a guiñar, para dirigirse al auto.

—Lo tienes totalmente loco—hizo acto de presencia Susie—lo sabes, ¿no?

—No sé de qué hablas.

—Podrías fácilmente ser hija de Toto con tu negación, creo que deberíamos hacerte un test de paternidad.

—definitivamente lo prefiero a él que a mi padre—murmuró.

—tu padre nunca me agradó—confesó la mujer—lamento si te ofendí pero es cierto.

—a mí tampoco, chin chin por eso—ambas juntaron sus dos botellas de agua.

𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐒𝐓𝐑𝐈𝐍𝐆 | 𝐋 𝐇𝐀𝐌𝐈𝐋𝐓𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora