𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐒𝐓𝐑𝐈𝐍𝐆 | 𝐋 𝐇𝐀𝐌𝐈𝐋𝐓𝐎𝐍

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21.Ser padre.

Silver se estaba arreglando, Lewis había hecho una reserva en el mejor restaurante de Londres, tomarían un helicóptero hasta allá.

Sería la noche más romántica, Lewis estaba nervioso tratando de asegurarse que todo saliera bien.

—estás hermosa—sonrió el hombre entrando a la habitación de la chica, estaban en un apartamento que Lewis alquilaba cerca cada vez que debía correr en Silvertone.

—Lo sé—sonrió retocando el labial rojo.

—Quieres matarme con esos labios.

—Tal vez.

Ambos caminaron a la salida, dejarían a Camille con una niñera que les había recomendado la madre de Lewis.

Silver había analizado la idea de Lewis de contratar una niñera a tiempo completo, para facilitar la vida de ambos en el sentido de que tres pares de ojos eran mejor que dos y realmente llevaban una vida muy movida.

Así que Silver estaba en búsqueda de la mejor niñera, preparada y que le agradara a su hija.

—Señores Hamilton—Julie la chica que cuidaría de Camille apareció.

—Soy Arquette —corrigió sintiendo una pequeña punzada en el pecho, ese apellido ahora le pesaba.

Lewis no puedo evitar sonreír por cómo los llamo la chica, planeaba que un día fuera oficialmente así.

—Lo lamento, es solo que Camille no se encuentra muy bien. Esta durmiendo pero suda y me parece que tiene alta temperatura.

Silver no lo pensó dos veces antes de ir a la habitación donde dormía su hija, en efecto la pequeña estaba sudando y se removía incómoda en la cama.

—Oh mon amour— murmuró preocupada sentándose al lado de la cama para tocar su frente, está ardiendo.

—Llamare a un médico—aviso Lewis de inmediato.

(...)

Camille se encontraba en la bañera jugando con el agua mientras reía, se veía todavía mal pero el médico había dicho que luego de un baño y algunos medicamentos estaría mejor.

Lewis y Silver estaban al lado de la bañera observándola y jugando con ella.

—Bienvenido a ser padre, los planes muchas veces fracasan— sonrió Silver a Lewis, quien negó con la cabeza.

—Me parece que esta es la mejor primer cita, mejor que un helicóptero o cualquier cosa— tomó su mano para luego besar su frente.

La chica sintió como el corazón se le estrujaba.

—¿Estás seguro?

—Si, no estoy feliz de que Camille esté enferma pero que mejor cita que pasar la noche con mis dos mujeres favoritas.

—Lewlew—chilló la pequeña lanzándole agua desde la bañera.

—Creo que alguien se siente mejor— le lanzó un poco de agua Lewis a lo que la pequeña rio.

(...)

Estaban en el sofá ambos cansados, a Camille le había subido la energía y no quería dormir ni beberse el medicamento pero ya lo habían logrado.

—Vas a estar exhausto para el viernes, lo lamento.

—Esto es mucho más importante, esperemos que mañana ya esté mejor.

—Aveces le sucede, como te dije cuando nació hubo complicaciones y hoy en día no tiene el mejor sistema inmune por lo tanto de vez en cuando enferma pero nada muy grave, aún así me preocupo.

—No es tu culpa Silv—Podía verlo en sus ojos ese sentimiento de que eso que le sucedía a Camille era culpa suya—y una vez más lamento no haber estado ahí para apoyarte, pero nunca estarás sola de nuevo.

—No sé si tomarlo como una amenaza—rio la chica levantándose del sofá para ofrecerle su mano a Lewis—vamos a la cama, debemos descansar.

—¿vamos?

—vamos, estoy demasiado cansada para caminar a mi habitación.

Lewis no lo pensó dos veces y la tomó en brazos haciendo que esta chillara de sorpresa pero no se quejara, Lewis la llevó hasta su habitación.

—Solo dormir—murmuró Silver.

—No tengo fuerzas para protestar eso.

—Que bueno ya que la próxima vez que lo hagamos vas a usar tres condones.

—¿próxima?—se emocionó Lewis—¿estás diciendo que habrá otra vez? ¿Silver?.

Era muy tarde la pelinegra ya dormía y Lewis solo podía sonreír al verla así, aquella noche hace tres años no había dormido casi admirándola y hoy planeaba hacer lo mismo.

Le encantaba como Silver dormí, hacía un pequeño puchero y se abrazaba a lo primero que encontraba, en este caso, el.

Le sorprendía que Camille dormía de igual forma, se había fijado la primera vez que se durmió en sus brazos.

Sabía que mañana probablemente correría medio dormido pero no le importaba ya que disfrutar de esto era mil veces más importante.