Oficialmente la fórmula uno descansaba hasta finales de agosto, y como familia habían decidido llevar a Camille a conocer la nieve.
A ambos les gustaba esquiar y querían pasar un momento de paz.
—¡Mamá! ¡Papá! Miradme— chillaba Camille quien estaba haciendo un ángel de nieve.
—Es definitivamente tu hija—rió Silver.
—Estoy orgulloso de eso—sonrió Lewis— me siento como la madre de mean girls.
—Lo eres.
—Estaba pensando, hoy deberíamos de salir a cenar como familia a algún sitio formal.
—¿Alguna ocasión especial?
—Solo creo que deberíamos aprovechar la soledad de este sitio—sonrió acariciando el brazo de Silver quien estaba abrazada a él—¿qué dices?
—Me parece perfecto, pero no traje nada muy formal—hizo un puchero.
—Hay algo esperándote en nuestra habitación y algo para Camille en la suya—besó su frente.
—Esto lo tenías preparado.
—Si—admitió.
(...)
El vestido más hermoso que había visto la esperaba en la cama, junto con un collar de diamantes y unos tacones que no se quedaban atrás.
—Lewis esto...wow—dio una vuelta con el puesto—¿cómo sabes mi size?
—Tuve ayuda de dos muy molestas chicas—confesó—estás hermosa.
—¡Mamá!—Grito Camille entrando a su habitación ya arreglada, con un vestido igual de hermoso—soy una princesa.
—Lo eres cariño— besó su frente su madre—Gracias a papá somos dos princesas.
—y papá es el sapo— bromeó Camille.
—Para que enemigos—bufó Lewis tomando a su hija en brazos para salir al restaurante.
—Bienvenidos—los recibieron en el restaurante.
Era hermoso el techo era de cristal, lo que permitía ver más estrellas que en este lugar se veían súper claras.
Una mesa en el medio los esperaba, solo ellos y el staff del restaurante, la paz perfecta, sin padres abusadores o madres alcohólicas, sin prensa molesta.
—¿Podemos mudarnos aquí?— murmuró Silver al sentarse—esto es la definición de paz y la casa es perfecta.
—¿te gusta la casa?— preguntó.
—me encanta, quiero de verdad mudarme.
—¿a ti Camille te gusta?
—Mucho frío—negó— me gusta Mónaco— admitió bebiendo de su agua—quiero pasta.
—creo que tenemos que pedir, en al rededor de una hora está pequeña caerá—beso su mejilla Lewis.
Todos ordenaron, Camille luego de comer se durmió en su silla causando la risa de los meseros y de sus padres
—Esto fue hermoso, gracias Lewis—tomó su mano Silver—gracias por todo realmente.
—Las gracias debería de dártelas yo, me diste una hija, una familia y me estás dando una oportunidad. No puedo pedir más nada.
Silver no soporto y se levantó de su asiento, sentándose sobre Lewis quien la miró sorprendido, tomó su rostro en manos y lo besó.
Un beso que decía todo lo que ambos sentían, lo que habían superado y todo lo que se necesitaban.
—Creo que es hora de volver a casa— murmuró Lewis.
(...)
Cuando dejaron a Camille durmiendo básicamente corrieron a la habitación, donde Lewis desvistió a Silver con rapidez.
—Deberías de correr igual de rápido— bromeó la chica bajando los pantalones de Lewis.
—Ja ja— respondió comenzando a besarla— llevo años esperando este momento otra vez.
—Condon, dos— murmuró cuando Lewis la lanzó a la cama.
—¿quieres que me ponga dos condones?.
—No voy a embarazarme de nuevo— advirtió— no dos pero condon si.
—Tengo— tomó uno de la mesa junto a la cama.
—¿Repetimos la mejor noche de tu vida?
—Diría que fue la mejor noche de nuestras vidas.
(...)
SOCIAL MEDIA
lewishamilton stories
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(...)
quicksilver stories
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(...)
lewishamilton stories
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
