Una leyenda antigua cuenta que hace centenares de años en la cima de una montaña vivía un mago llamado Merlín.
En aquella montaña solo había una casa donde vivía Merlín.
En un día, él observaba el cielo con su telescopio, cuando de pronto se oyó un fuerte viento que, cuando seso, y Merlín observó a su alrededor, había dejado algunos edificios como más casas, escuelas, iglesias y hospitales.
Una noche después, ese mismo día, se levantó viento y a su paso dejó árboles, montañas, plantas y animales.
Merlín observaba sorprendido todo lo que ocurría a su alrededor, aunque fuera un mago, no podía creer lo que estaba sucediendo.
Entonces fue a hablar con la madre naturaleza para preguntarle qué estaba sucediendo, ya que no encontraba ninguna explicación.
Pero ella tampoco sabía lo que estaba sucediendo en aquel sitio.
Mientras ellos estaban pensando cuál podía ser la explicación a este misterio volvió a levantarse viento y cuando todo se calmó había gente caminando, esquiando, navegando y haciendo deportes.
Los dos miraban sorprendidos todo lo que sucedía porque no podían encontrarle una explicación a todo esto y los eran cada vez más fuertes.
Pero no le podían encontrar ningún sentido a todo lo que sucedía y por más que reflexionaran no encontraban respuestas y así quedo formada una gran ciudad.
Pese a que nunca lograron encontrarle ninguna explicación a aquella situación. Merlín, fascinado por los eventos inexplicables que se desarrollaban ante sus ojos, decidió dedicar su tiempo a estudiar los vientos misteriosos. Cada vez que el viento se levantaba, traía consigo nuevas maravillas y transformaciones. Pasó días y noches investigando, analizando patrones climáticos y revisando antiguos grimorios en busca de pistas. Sin embargo, cada vez que creía estar cerca de una respuesta, el viento volvía a soplar, trayendo consigo más cambios y dejando a Merlín con más preguntas que respuestas.
Un día, mientras estaba sumido en sus estudios, Merlín recibió la visita de un anciano sabio del valle. Este anciano, conocido como el Guardián de los Vientos, le contó una historia que había sido pasada de generación en generación. Según la leyenda, en el corazón de la montaña donde Merlín vivía, había una antigua cueva que albergaba el espíritu del Viento Eterno. Este espíritu tenía el poder de moldear la tierra y crear vida con su aliento. La aparición de edificios, árboles y gente era obra del Viento Eterno, que había despertado después de siglos de inactividad.
Intrigado por la historia del Guardián de los Vientos, Merlín decidió aventurarse en la búsqueda de la cueva mística. Equipado con sus herramientas mágicas y acompañado por el anciano, se adentró en las profundidades de la montaña. Tras una ardua jornada de exploración, finalmente encontraron la entrada a la cueva. Un aire cálido y misterioso emanaba de su interior, como si el mismo viento les invitara a entrar. Con cautela, se adentraron en la oscuridad, guiados por la luz de sus antorchas.
Dentro de la cueva, encontraron inscripciones antiguas en las paredes que narraban la historia del Viento Eterno. Según las escrituras, el espíritu había sido creado por la Madre Naturaleza para traer equilibrio y prosperidad a la tierra. Sin embargo, había sido sellado en la cueva por los antiguos habitantes del lugar, quienes temían su poder. Merlín y el Guardián comprendieron que el despertar del Viento Eterno no era un acontecimiento fortuito, sino una respuesta a un llamado de la tierra misma para restaurar la vida y la armonía en la región.
Merlín, con su sabiduría mágica, decidió comunicarse con el espíritu del Viento Eterno. Utilizando un antiguo hechizo, logró invocar al espíritu, que se manifestó como una figura etérea y majestuosa. El Viento Eterno explicó que había sentido la necesidad de revitalizar la montaña y sus alrededores después de siglos de desolación. Merlín, conmovido por el propósito del espíritu, le pidió orientación sobre cómo podrían coexistir los humanos y la naturaleza en armonía.
El Viento Eterno, agradecido por la comprensión y la disposición de Merlín, le concedió un amuleto de viento, un objeto mágico que permitiría controlar los vientos y utilizarlos para el bienestar de la comunidad. Merlín, ahora con un propósito renovado, regresó a la superficie con el amuleto en mano. Utilizando el poder del viento, ayudó a organizar la nueva ciudad que había surgido en la montaña. Plantó jardines, construyó puentes y creó caminos, todo con la ayuda del Viento Eterno.
La ciudad floreció bajo el liderazgo de Merlín y la protección del Viento Eterno. Las casas, escuelas, iglesias y hospitales se llenaron de vida y actividad. La gente, que al principio estaba asombrada por los eventos misteriosos, comenzó a vivir en armonía con la naturaleza, respetando el poder del viento que había transformado su hogar. Merlín se convirtió en una figura legendaria, conocido no solo por su magia, sino también por su sabiduría y su habilidad para escuchar y comprender las fuerzas de la naturaleza.
Y así, la gran ciudad en la montaña prosperó, protegida y bendecida por el Viento Eterno. Aunque la explicación de los vientos misteriosos había sido finalmente revelada, la gente seguía recordando con asombro y gratitud el día en que el viento trajo consigo la vida y la transformación, gracias a la conexión mágica entre Merlín y el espíritu del Viento Eterno.
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Dulces sueños entre nubes de algodón
FantasyLa fantasía puede llevarte a lugares inimaginables como: barcos piratas, bosques encantados, palacios habitados por hermosas princesas, bosques habitados por ninfas, hadas o duendes, al fondo de mar dónde te encontraras con hermosas sirenas, campos...