En una ciudad muy alejada en la antigüedad vivió una joven princesa llamada Milagros, la cual estaba enamorada de un joven aldeano llamado Germán, quien también estaba enamorado de ella.
Pero las cosas no eran tan sencillas para ellos porque allí vivía un malvado hechicero, el cual quería casarse con esta, aunque ella no lo quisiera.
El brujo estaba dispuesto a obligar a Milagros a estar con él.
Sin saber cuáles eran las intenciones de aquel hechicero, la joven estaba planeando su casamiento con Germán, del cual al enterarse el malvado hechicero de sus planes decidió impedirlo.
Por lo que inventó una pulsera con la cual al usarla la joven se convertiría en una muñeca de cristal.
Durante la noche anterior al casamiento, el brujo se presentó ante esta y le dijo que quería hacerle un regalo por su boda, pero que necesitaba que se lo probara.
Milagros inocentemente se puso aquella pulsera y repentinamente se volvió de cristal.
Germán al ver lo que le había sucedido a la joven se desesperó y sin saber que hacer regreso a su casa.
Se cansó de suplicarle al hechicero para que este rompiera aquel conjuro, pero él no tuvo piedad.
Mil años después, la princesa fue llevada a un museo para exponerla y que todo el mundo conociera aquella leyenda.
El brujo, el cual aún vivía, se hacía pasar por el dueño de la muñeca.
Había en aquel museo un joven empleado muy parecido a Germán, el cual era el encargado de cuidar y limpiar a Milagros.
Una tarde, mientras Damián estaba limpiando la estatua de ella, repentinamente se le enganchó la franela en el cierre de la pulsera y esta se abrió saliéndose de la muñeca de la joven.
Fue en ese momento que Milagros comenzó a moverse, por lo que al principio este se asustó.
Al verlo, la joven se lo confundió con Germán, pero todo lo que veía a su alrededor había cambiado por completo.
La joven pasaba mucho tiempo junto a Damián y de a poco fueron enamorándose, por lo cual al enterarse de esto el hechicero quiso impedirlo nuevamente, pero esta vez Milagros estaba dispuesta a no permitírselo.
Cuando estaba a punto de escaparse del museo junto a Damián fue atrapada por el hechicero, quien quiso obligarla a ponerse nuevamente la pulsera para volverla a convertir en una muñeca de cristal.
Pero esta vez Damián estaba escondido y a la fuerza hizo que el hechicero se pusiera la pulsera, el mismo, y luego de esto se calló accidentalmente de la terraza y se rompió porque ahora él se había vuelto de cristal.
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Dulces sueños entre nubes de algodón
FantasyLa fantasía puede llevarte a lugares inimaginables como: barcos piratas, bosques encantados, palacios habitados por hermosas princesas, bosques habitados por ninfas, hadas o duendes, al fondo de mar dónde te encontraras con hermosas sirenas, campos...