Hace muchos años, en una ciudad muy lejana existió un palacio en el cual vivía una joven princesa llamada Ashley, quien una tarde decidió salir a dar un paseo por los alrededores.
Comenzó a caminar hasta llegar a al bosque, el cual estaba bastante alejado de su castillo.
Pero eso a ella no le importaba, por lo que empezó a caminar hacia el interior de este para ver con que se encontraba porque se decía que aquel lugar estaba habitado por gnomos.
Aunque nadie sabía si esto era cierto, Ashley quería investigar el lugar.
Continúo caminando por allí hasta que de repente unas vocecitas le llamaron la atención, entonces se escondió detrás de un árbol para espiar de quienes se trataba.
En ese momento vio a varios hombrecitos que estaban cantando alegremente.
Estos estaban vestidos de muchos colores y sombreros puntiagudos, sus orejas eran largas, las que terminaban en punta tenían zapatos con puntas onduladas.
Ellos trabajaban y cantaban al mismo tiempo y siempre hacían su trabajo con alegría.
Ya se estaba haciendo de noche y la joven quería regresar a su casa, pero se dio cuenta de que estaba perdida.
No sabía qué hacer porque no se animaba a pedirle ayuda a los gnomos.
Porque la joven no sabía si estos eran buenos o no a pesar de que estaban trabajando y cantando.
Justo en ese instante se desató una fuerte tormenta a la cual le tenía mucho miedo.
El estruendo de los truenos asustó a la princesa, y esta sin quererlo, soltó un pequeño grito, el cual fue escuchado por los gnomos, quienes miraron a su alrededor para ver de dónde provenía aquel extraño sonido.
En ese momento vieron a la princesa, la que estaba bastante mojada.
Entonces ellos le preguntaron que le había sucedido, ella les respondió que estaba perdida y además le tenía miedo a las tormentas.
Como la vieron mojada y algo asustada, estos le ofrecieron ayuda, la llevaron hasta su pequeña casita, allí pusieron la ropa de la joven a secar junto al fuego.
También le dijeron que se podía quedar con ellos hasta que dejara de llover.
Además, le ofrecieron algo caliente para tomar, Ashley les agradeció tanta amabilidad, los gnomos sonrieron y le dijeron que no era necesario que les agradeciera nada.
Pero ella igualmente lo había hecho por educación porque era una princesa.
La joven pasa la noche allí y a la mañana siguiente, cuando su ropa estuvo seca y ya no llovía, los gnomos la guiaron de regreso hasta el palacio.
Pero al llegar al mismo se quedó absolutamente sorprendida al darse cuenta de que nadie en todo el lugar había advertido su ausencia.
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Dulces sueños entre nubes de algodón
FantasíaLa fantasía puede llevarte a lugares inimaginables como: barcos piratas, bosques encantados, palacios habitados por hermosas princesas, bosques habitados por ninfas, hadas o duendes, al fondo de mar dónde te encontraras con hermosas sirenas, campos...