A medida que la noche avanzaba, el ambiente en la terraza seguía lleno de risas y bromas. Sin embargo, justo cuando parecía que el grupo se relajaría por completo, Pato recibió una notificación en su teléfono. Al verla, su expresión cambió rápidamente de relajada a intrigada.
—Ey, chicos —dijo Pato, con una sonrisa traviesa mientras miraba la pantalla de su teléfono—. Parece que nos acaban de invitar a una carrera... y no es cualquier carrera.
El grupo dejó de hablar y lo miró con curiosidad. Kimi, que había estado disfrutando del ambiente relajado, sintió que su corazón se aceleraba un poco. ¿Otra carrera? Aún estaba procesando la experiencia de haber conducido la noche anterior, pero al ver el entusiasmo de sus amigos, no pudo evitar sentirse intrigado.
—¿Quién nos invitó? —preguntó Oliver, inclinándose hacia Pato para echar un vistazo al mensaje.
—Lando Norris, ni más ni menos —respondió Pato, levantando una ceja con diversión—. Y no es solo él. George Russell, Logan Sargeant y Oscar Piastri también estarán ahí.
Un murmullo de emoción recorrió el grupo. Estos nombres no eran desconocidos. Eran chicos talentosos, pilotos experimentados que habían forjado su reputación en la pista. Lo interesante era que entre estos dos grupos siempre había existido una especie de rivalidad. No era una enemistad abierta, pero cuando estaban en la pista, las cosas se ponían serias. Y había otro detalle clave: Oscar Piastri era el novio de Pato, lo que hacía que la tensión entre ellos fuera más compleja. Aunque fuera todo en nombre de la diversión, sus competencias a menudo iban más allá de las carreras.
—Oh, esto va a ser interesante —dijo Noel, sonriendo ampliamente—. Siempre es un desafío cuando ellos están involucrados.
—¿Qué tan serios son? —preguntó Kimi, notando la tensión en el aire. Aún no estaba completamente familiarizado con la dinámica del grupo, pero entendía que esta carrera no iba a ser una noche de entretenimiento relajado como las anteriores.
Pato rió entre dientes, pero había algo en su mirada que sugería que tomaba la invitación más en serio de lo que dejaba ver.
—Con Lando y George siempre es intenso. Son muy buenos, pero tienen un ego del tamaño de un circuito de carreras. Además, cuando Oscar está en la pista conmigo, las cosas se ponen personales —dijo, guiñando un ojo.
—Y ni hablemos de Logan —añadió Sebastián—. Siempre intenta demostrar que es el mejor piloto americano, pero ya sabemos quién lleva ese título aquí —bromeó, señalando a Pato.
Pato sonrió con orgullo, pero Kimi podía sentir que, aunque todos intentaban mantener un tono ligero, esta carrera sería diferente. La rivalidad con Oscar y su grupo era algo más que simple competencia; había un trasfondo personal que agregaba una capa de emoción y tensión.
—Así que, ¿qué dices, Kimi? —preguntó Oliver, notando que su amigo parecía pensativo—. ¿Te unes? Esta carrera podría ser el verdadero desafío que necesitas para probarte a ti mismo. No es como las otras. Estos chicos juegan duro.
Kimi se mordió el labio, considerando la propuesta. Sabía que esta carrera sería mucho más seria que la que había experimentado hasta ahora, pero también sentía una chispa de emoción. No quería decepcionar a sus nuevos amigos, y parte de él estaba empezando a disfrutar estos momentos llenos de adrenalina y desafíos. Además, algo dentro de él quería probarse a sí mismo en un nivel diferente, incluso si eso significaba enfrentarse a algunos de los mejores.
—Estoy dentro —dijo finalmente, con una sonrisa de determinación—. Pero no esperen que sea el más rápido.
—No se trata de eso —dijo Oliver, dándole una palmada en la espalda—. Se trata de disfrutarlo y dar lo mejor de ti. Además, tenemos tu espalda.
—Exacto —interrumpió Franco—. Todos vamos en esto juntos. Y además, queremos ver cómo le va a Pato con Oscar esta vez. Siempre es interesante cuando ellos dos se enfrentan en la pista.
Pato rodó los ojos, pero una sonrisa divertida se dibujó en su rostro.
—Es cierto que Oscar y yo tenemos una... dinámica única —dijo, encogiéndose de hombros—. Pero esta noche no se trata solo de eso. Vamos a demostrarles que somos más que velocidad. Es una cuestión de orgullo.
El grupo se preparó rápidamente. La carrera estaba programada para dentro de un par de horas en una ubicación secreta, algo común en este tipo de competencias callejeras exclusivas. Kimi, aunque nervioso, sentía una emoción creciente. Sabía que iba a ser una noche intensa, pero estaba listo para enfrentarla junto a sus amigos.
Cuando llegaron al lugar de la carrera, la atmósfera ya estaba cargada de electricidad. La pista improvisada se encontraba en una carretera cerrada a las afueras de la ciudad, con luces brillantes y un público selecto que ya se había reunido para ver el espectáculo. Los coches de Lando, George, Logan y Oscar estaban alineados, cada uno reluciendo bajo las luces nocturnas. El grupo de Kimi se acercó a ellos, intercambiando miradas desafiantes pero amistosas.
—Vaya, vaya, si no son los chicos de siempre —dijo Lando, sonriendo mientras caminaba hacia ellos—. ¿Están listos para perder otra vez?
—¡Perder! —exclamó Sebastián, dando un paso adelante—. Creo que te confundiste de noche, Lando. Esta vez, te haremos morder el polvo.
George cruzó los brazos, sonriendo con ese aire confiado que siempre llevaba consigo.
—Veremos qué pasa en la pista. Las palabras son fáciles, las victorias son difíciles.
Mientras tanto, Pato y Oscar se acercaron el uno al otro. A pesar de la tensión en la pista, había un vínculo innegable entre ellos. Oscar, con una sonrisa juguetona, levantó una ceja.
—¿Estás listo para que te supere, cariño? —preguntó Oscar, su tono suave pero con un claro desafío implícito.
Pato lo miró fijamente antes de responder con una sonrisa igualmente desafiante.
—Sabes que nunca te lo pondré fácil, ¿verdad? Que gane el mejor.
Los dos se miraron un momento antes de que Oscar rompiera en una pequeña risa.
—Siempre haces que sea más interesante.
Kimi observaba la interacción, dándose cuenta de que esta carrera tenía muchas capas. No solo se trataba de rivalidad, sino de relaciones, amistades y una dosis de orgullo personal. Mientras se preparaba para subir al coche, Oliver se acercó y le dio unas palabras de aliento.
—Recuerda, Kimi, no importa lo que pase. Esta es una experiencia para aprender, disfrutar y, sobre todo, demostrarte a ti mismo de lo que eres capaz. No tienes que ganar, solo tienes que estar ahí y sentirlo.
Kimi asintió, sabiendo que esta sería una noche que lo pondría a prueba en más de un sentido. Los motores empezaron a rugir, y la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. Las luces de la pista brillaban, y en unos momentos, todo estaría en juego.
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Mente en blanco
FanfictionDonde kimi solo se preocupa por ser perfecto y ollie lo ayuda a sentirse libre por primera vez sintiendo la adrenalina de las carreras callejeras. Me inspire acerca de las carreras callejeras en un fic yukierre, si encuentro el nombre lo pongo.