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Días después de su conversación con Dino y Paul, Kimi seguía reflexionando sobre lo que le habían dicho. A medida que pasaban las horas, más se daba cuenta de que sus sentimientos hacia Oliver ya no eran los mismos que antes. Sin embargo, el miedo a arruinar su amistad lo mantenía en una constante lucha interna. La incertidumbre lo abrumaba, y a pesar de las palabras de apoyo de sus amigos, sentía que no estaba preparado para enfrentar la realidad.

Una tarde, mientras Kimi estaba concentrado en uno de sus proyectos en la biblioteca de la escuela, recibió un mensaje de Oliver.

Oliver: "¿Nos vemos esta noche? Podríamos terminar el proyecto juntos. Mi casa está libre."

Kimi miró el mensaje, su corazón dando un vuelco. Sabía que trabajarían en el proyecto, pero la invitación también significaba pasar más tiempo a solas con Oliver, lo que hacía que sus emociones volvieran a descontrolarse. Después de un momento de vacilación, respondió:

Kimi: "Sí, está bien. Nos vemos a las 7."

El resto del día transcurrió con una mezcla de ansiedad y expectativa. Kimi no podía dejar de pensar en cómo actuaría esa noche, ni en cómo manejaría la tensión emocional que sentía cada vez que estaba cerca de Oliver. Lo que no sabía era que esa misma noche iba a cambiar todo entre ellos.

Cuando llegó a la casa de Oliver, lo recibió con una sonrisa, como si todo estuviera bien. Oliver le abrió la puerta con su usual actitud relajada, pero Kimi notó una leve tensión en el aire que no había estado allí antes.

—¡Hey! Justo a tiempo —dijo Oliver, señalando la mesa del comedor donde había extendido algunos papeles y libros—. Estaba pensando que podríamos terminar esto rápido y luego relajarnos un poco. Ha sido una semana larga, ¿no crees?

Kimi asintió, aunque en su mente, el proyecto era lo último en lo que podía concentrarse. Se sentaron a trabajar, pero no pasó mucho tiempo antes de que el ambiente se volviera incómodo. Cada vez que Oliver se inclinaba para señalar algo en el libro o cuando sus manos se rozaban accidentalmente, Kimi sentía un pequeño sobresalto en el pecho.

En un momento de silencio, Kimi decidió romperlo, incapaz de soportar la presión interna que crecía.

—Oliver, hay algo que he estado queriendo decirte... —empezó, su voz vacilante—. Últimamente, me he sentido un poco... confundido.

Oliver levantó la mirada, frunciendo el ceño, claramente intrigado.

—¿Confundido? ¿Sobre qué?

Kimi tomó aire, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Sabía que estaba a punto de abrir una puerta que quizás no podría cerrar.

—Es sobre lo que pasó en la carrera, cuando Logan se acercó... y cómo reaccionaste —dijo Kimi lentamente—. No he podido dejar de pensar en eso, y... no sé cómo explicarlo, pero siento que algo ha cambiado entre nosotros.

El rostro de Oliver se tensó de inmediato. Era como si supiera exactamente a dónde iba la conversación, pero no estaba seguro de si quería escucharlo. Tras unos segundos de silencio incómodo, Oliver se puso de pie, alejándose un poco de la mesa.

—Kimi... —empezó Oliver, frotándose la nuca con nerviosismo—. Yo también he estado pensando en eso, y creo que es mejor que lo hablemos.

Kimi lo miró, sorprendido por la reacción. No esperaba que Oliver estuviera dispuesto a abordar el tema tan directamente.

—Entonces, ¿tú también lo sentiste? —preguntó Kimi, su voz cargada de emoción.

Oliver cerró los ojos por un momento antes de responder.

—Sí, lo sentí. Lo siento desde hace tiempo, en realidad. Pero no sabía cómo decírtelo sin arruinar lo que tenemos.

El silencio entre ellos era pesado. Kimi estaba paralizado por la mezcla de alivio y miedo que sentía. No estaba solo en sus emociones, pero eso no hacía las cosas más fáciles.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —preguntó Kimi en voz baja, mirándolo con vulnerabilidad.

Antes de que Oliver pudiera responder, su teléfono sonó. Era Pato, pero Oliver lo ignoró. Kimi podía ver la lucha interna en los ojos de su amigo. Parecía que quería decir algo más, pero estaba atrapado en sus propios pensamientos.

—No lo sé, Kimi —dijo Oliver finalmente—. Lo último que quiero es arruinar lo que tenemos. Eres mi mejor amigo, y no quiero perder eso por... por esto.

Kimi sintió que sus emociones lo abrumaban, y la incertidumbre era casi insoportable. Estaba a punto de responder cuando la puerta de la casa se abrió de golpe, interrumpiendo la conversación de repente. Era Pato, quien entró con una expresión de urgencia.

—¡Oliver, Kimi! ¡Tienen que venir! —dijo Pato, sin aliento—. Ha habido un accidente en la carrera de esta noche. ¡Paul y Dino estaban participando y algo salió mal!

Kimi y Oliver se quedaron congelados, procesando las palabras de Pato. Sin dudarlo, ambos se levantaron rápidamente y siguieron a Pato fuera de la casa, sus corazones latiendo de miedo por lo que podría haberle pasado a sus amigos.

El camino hacia el lugar del accidente estuvo lleno de silencio tenso. Los pensamientos sobre lo que acababan de discutir quedaron en segundo plano, mientras Kimi y Oliver se preocupaban por Dino y Paul. Al llegar al sitio, el ambiente estaba cargado de caos. Las luces de las ambulancias iluminaban la noche, y había gente corriendo de un lado a otro.

Cuando finalmente encontraron a Dino y Paul, Kimi sintió un nudo en el estómago. Ambos estaban sentados en el suelo, cubiertos de polvo y con algunas heridas leves, pero parecían estar bien. Dino tenía el brazo alrededor de Paul, y aunque se notaba que estaban conmocionados, estaban a salvo.

Kimi corrió hacia ellos, seguido de cerca por Oliver.

—¡Dios, están bien! —exclamó Kimi, aliviado.

Dino asintió, todavía un poco aturdido.

—Sí, fue un susto —dijo con la voz ronca—. El coche de uno de los pilotos perdió el control y hubo un choque múltiple, pero logramos salir a tiempo.

Paul, más calmado, sonrió débilmente a Kimi y Oliver.

—Estamos bien, chicos. Pero ha sido una noche... intensa.

Kimi miró a Oliver, y por un momento, ambos se quedaron en silencio, procesando todo lo que había sucedido esa noche, no solo en las carreras, sino también entre ellos. Sin embargo, el accidente les había recordado lo frágil que era la vida y lo importante que era aclarar las cosas antes de que fuera demasiado tarde.

Mente en blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora