Los motores rugían con una fuerza ensordecedora, creando una atmósfera cargada de adrenalina. Kimi, sentado al volante de su coche, sintió cómo la emoción y el nerviosismo se mezclaban en su pecho. A pesar de haber aceptado participar en carreras antes, esta era diferente. La presencia de pilotos como Lando, George, Logan y Oscar elevaba la competencia a otro nivel. Y aunque Kimi sabía que no era el más experimentado, sentía que estaba listo para probarse a sí mismo.
A su lado, Oliver, Franco y Dino le daban señales de ánimo, cada uno ajustándose en sus propios coches, listos para la carrera.
Pato y Oscar, a unos metros de distancia, compartían una última mirada antes de ponerse serios. Aunque su relación sentimental estaba presente, en la pista eran rivales acérrimos, y esa competencia siempre traía un nivel adicional de tensión. El grupo sabía que cuando esos dos estaban en juego, las cosas podían ponerse intensas.
—¿Listo para esta, cariño? —gritó Oscar desde su coche, sonriendo con esa mezcla de desafío y diversión.
Pato lo miró y, con una sonrisa socarrona, respondió:
—Siempre lo estoy. Que gane el mejor, pero sabes que te daré pelea.
Kimi observaba la interacción y, aunque la confianza de los demás era palpable, aún había una pequeña duda rondando en su mente. Pero las palabras de Oliver resonaban en su cabeza: no importaba ganar, lo importante era estar ahí, sentir la experiencia y aprender. Con ese pensamiento, ajustó su agarre al volante, respirando profundamente para calmarse.
El organizador de la carrera apareció en el centro de la pista con una bandera en la mano, anunciando que todo estaba listo para comenzar. Las luces se apagaron, dejando solo el brillo de los coches en fila, listos para lanzarse a la carretera.
—En sus marcas... —gritó, levantando la bandera.
Kimi sentía su corazón latiendo rápido, cada segundo pareciendo más largo que el anterior.
—¡Listos... ya! —la bandera bajó, y el estruendo de los motores alcanzó su máximo nivel mientras los coches se lanzaban hacia adelante, acelerando por la pista improvisada.
El coche de Kimi respondió con precisión mientras él presionaba el acelerador a fondo. La velocidad era una sensación que todavía le resultaba emocionante y aterradora a la vez. A su lado, Oliver y Franco lo seguían de cerca, mientras que más adelante, los coches de Lando, George y Oscar empezaban a separarse ligeramente, con Pato muy pegado a la espalda de Oscar.
La carrera era rápida y feroz. El viento azotaba los coches a medida que zigzagueaban por las curvas cerradas de la carretera, los faros iluminando el camino oscuro. Kimi se concentraba en no perder el control en las curvas más difíciles, pero también se maravillaba de cómo los demás lo hacían ver tan fácil. Lando, George y Logan lideraban, tomando las curvas con una precisión impresionante, mientras Pato y Oscar seguían casi codo a codo, ninguno dispuesto a ceder terreno.
En una curva particularmente cerrada, Kimi vio cómo Oscar intentaba adelantar a Pato, pero Pato, con una habilidad impresionante, bloqueó el paso, obligando a Oscar a quedarse detrás. Se notaba la intensidad entre ellos; su rivalidad en la pista era tan palpable que casi se podía sentir en el aire.
—¡Vamos, Kimi! —gritó Oliver desde su coche, pasando por el intercomunicador del equipo—. Estás haciendo un gran trabajo. Mantén el ritmo, te tengo cubierto.
Kimi apretó los dientes y se concentró. Sabía que no podía igualar la experiencia de los demás, pero estaba decidido a mantenerse en la pelea. Mientras aceleraba por otra recta, notó que estaba comenzando a encontrar su propio ritmo. Las curvas ya no se sentían tan intimidantes, y aunque los otros pilotos seguían por delante, no se sentía completamente fuera de lugar.
De repente, una figura familiar apareció en su retrovisor: era Dino, quien se acercaba rápidamente. Dino siempre había sido un piloto agresivo y, aunque eran amigos, en la pista no se hacía favores. Kimi sabía que si quería mantenerse en la carrera, tendría que defender su posición.
En la siguiente curva, Dino intentó adelantarlo por el interior, pero Kimi, con un movimiento inesperadamente hábil, logró cerrar el paso, obligando a Dino a frenar y perder algo de velocidad.
—¡Eso es, Kimi! —gritó Oliver desde el intercomunicador, animado por la maniobra.
La carrera continuaba con una intensidad creciente. A medida que avanzaban, Kimi notaba que los líderes estaban cada vez más cerca de la línea de meta. Lando y George seguían disputándose el primer puesto, pero Oscar y Pato estaban prácticamente emparejados, ninguno dispuesto a ceder. Las chispas de la competencia entre ellos dos eran casi visibles, y Kimi sabía que, en ese momento, no era solo una cuestión de ganar, sino de orgullo personal.
De repente, en una maniobra inesperada, Pato logró adelantar a Oscar en una curva cerrada, tomando la delantera en su duelo personal. Kimi, observando desde atrás, sonrió al ver cómo Pato le daba vuelta al juego justo en el último momento.
—¡Vamos, Pato! —gritó Franco, que seguía la carrera de cerca.
Pero la sorpresa no terminó ahí. En la recta final, Pato, ahora más confiado, comenzó a ganar terreno sobre Logan, quien había estado manteniendo su posición firmemente. A medida que la línea de meta se acercaba, los coches se alineaban, y la tensión era palpable.
Finalmente, la bandera ondeó, marcando el final de la carrera. Lando cruzó la línea primero, seguido de cerca por George. Pato logró adelantar a Logan en el último segundo, quedando en tercer lugar, con Oscar justo detrás de él.
Kimi, aunque no ganó, cruzó la línea con una sonrisa de satisfacción. No había estado cerca de los líderes, pero había aguantado, aprendido y, lo más importante, había disfrutado de la experiencia. Sabía que esta carrera era solo el comienzo de algo mucho más grande.
Cuando los coches se detuvieron y los pilotos salieron, el ambiente seguía cargado de energía. Lando y George se felicitaron mutuamente, mientras que Oscar y Pato intercambiaron una sonrisa cómplice, aunque la tensión seguía ahí.
—Lo hiciste bien —le dijo Oscar a Pato, dándole un pequeño empujón amistoso—. Pero no te confíes. La próxima vez, te ganaré.
Pato rió y se inclinó para darle un rápido beso en la mejilla.
—Lo veremos, Piastri.
Oliver y Franco corrieron hacia Kimi, felicitándolo con entusiasmo.
—¡Lo hiciste, Kimi! —gritó Oliver, dándole una palmada en la espalda—. Te defendiste como un verdadero piloto.
Kimi sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y orgullo. Sabía que aún tenía mucho que aprender, pero esa noche había dado un gran paso. Entre las luces de la pista y las risas de sus amigos, Kimi se dio cuenta de que esta aventura apenas comenzaba.
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Mente en blanco
FanfictionDonde kimi solo se preocupa por ser perfecto y ollie lo ayuda a sentirse libre por primera vez sintiendo la adrenalina de las carreras callejeras. Me inspire acerca de las carreras callejeras en un fic yukierre, si encuentro el nombre lo pongo.