La mañana había comenzado como cualquier otra, pero un peso invisible se sentía sobre mis hombros. Mientras conducía hacia la preparatoria, me di cuenta de que las palabras de Sophie del día anterior aún resonaban en mi mente. No era lo que había dicho, sino lo que parecía estar implícito.Aparqué el coche y me quedé sentada unos minutos, mirando fijamente el volante. La preparatoria estaba tranquila a esta hora, y en cualquier otro día, habría disfrutado de ese silencio. Pero hoy, el silencio solo amplificaba mis pensamientos.
— Solo una estudiante. — murmuré para mí misma, como si decirlo en voz alta pudiera hacer que fuera más real.
Finalmente, reuní la fuerza para salir del coche y dirigirme al edificio de Humanidades. Mis pasos resonaban en el pasillo vacío mientras caminaba hacia mi oficina. Era temprano, demasiado temprano para que la mayoría de los estudiantes llegaran. Me detuve frente a mi puerta, sintiendo una punzada de duda. Algo en mí quería dar media vuelta y marcharme, pero esa no era una opción.
Al entrar en la oficina, dejé caer mi bolso sobre el escritorio y me hundí en la silla. El reloj en la pared marcaba las 7:30 a.m. Tenía tiempo antes de que comenzaran las clases. Tomé una pila de ensayos que necesitaba revisar, pero mi mente no dejaba de divagar. Pensaba en Jenna, en cómo sus ojos se iluminaban cuando hablábamos en clase, en cómo se mordía el labio inferior cuando estaba concentrada. Era un detalle insignificante, algo que había notado sin querer, pero ahora no podía dejar de pensar en ello.
— Morgan, ¿qué te pasa? — me pregunté en voz baja, sintiendo una mezcla de frustración y confusión.
No era normal que me sintiera así. Había tenido muchos estudiantes brillantes antes, y nunca había cruzado esa línea invisible entre lo profesional y lo personal. ¿Por qué ahora sentía que esa línea se estaba desdibujando?
El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Miré hacia arriba y vi a mi colega, la profesora Mills, asomándose.
— Buenos días, Morgan. — saludó con su típica sonrisa amable. — Estás aquí temprano hoy.
Le devolví la sonrisa, aunque me sentía un poco distante.
— Sí, solo quería adelantar algo de trabajo. —
Ella asintió, pero me miró con curiosidad.
— ¿Todo bien? Pareces un poco... distraída. —
Negué con la cabeza, intentando disipar sus preocupaciones.
— Todo bien, solo una mañana lenta, supongo. —
Mills me observó por un momento más antes de sonreír de nuevo.
— Bueno, si necesitas algo, estoy en la oficina de al lado. Hoy tenemos una reunión a las 10, no lo olvides. —
Asentí, agradecida por el recordatorio, aunque mi mente estaba en otro lugar.
— Gracias, lo tendré en cuenta. —
Mills se fue, cerrando la puerta detrás de ella, y el silencio volvió a llenar la habitación. Apoyé los codos en el escritorio y hundí mi rostro en las manos, respirando profundamente. Necesitaba aclarar mis pensamientos, poner todo en su lugar.
Pero cuanto más lo intentaba, más me encontraba pensando en Jenna. ¿Por qué me afectaba tanto? Intenté racionalizarlo: tal vez era porque ella tenía algo especial, algo que me recordaba a mí misma cuando era más joven, con la misma pasión y determinación.
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Teacher's pet || Jenna Ortega x Fem.
Fanfiction𝙈𝙤𝙧𝙜𝙖𝙣 𝙀𝙫𝙖𝙣𝙨, una profesora británica, llega de intercambio a una preparatoria en 𝙇𝙤𝙨 𝘼́𝙣𝙜𝙚𝙡𝙚𝙨, donde conoce a 𝙅𝙚𝙣𝙣𝙖 𝙊𝙧𝙩𝙚𝙜𝙖, una estudiante carismática que pronto se siente atraída por ella. A medida que el semestre a...