Teacher's pet || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 14 - Failing.

Ya había aceptado mis sentimientos, pero me rehusaba a intentar compartirlos. La idea de estar con Jenna me llenaba de una mezcla de temor y deseo, y aunque mi corazón anhelaba su compañía, mi mente me recordaba constantemente los riesgos que enfrentaba.

Comencé a evitar a Jenna a toda costa, incapaz de enfrentar la tormenta de emociones que se desataba cada vez que la veía. La evitaba en los pasillos, esquivaba sus miradas en clase y me excusaba para no coincidir con ella en los momentos en los que normalmente nos encontrábamos. Sabía que ella notaba mi comportamiento, pero no sabía cómo explicarle lo que realmente estaba pasando por mi mente.

— Profesora Evans, ¿podemos hablar? — me preguntó Jenna, su tono cargado de incertidumbre.

Desvié la mirada, ajustando unos papeles en mi escritorio.

— No ahora, señorita Ortega. Estoy ocupada.  —

Frunció el ceño, evidentemente molesta.

— ¿Estás... evitándome? —

Sin mirarla, respondí:

— No es eso, solo tengo muchas cosas que hacer.  —

— Morgan, por favor. Necesitamos hablar... — insistió, su voz mostrando un rastro de preocupación.

La interrumpí antes de que pudiera continuar.

— Lo siento, Jenna, no puedo hablar ahora. — dije rápidamente, tomando mi bolso y dirigiéndome hacia la puerta sin mirarla.

— ¿Cuándo será ese momento? ¿No ves que esto está afectando a ambas? — preguntó Jenna, frustrada.

— Debemos alejarnos. Es lo mejor para las dos. — respondí con firmeza.

— ¿Para las dos o para ti? — replicó Jenna, con una mezcla de dolor y desafío en su voz.

El silencio que siguió a sus palabras fue ensordecedor. Me quedé inmóvil por un instante, sintiendo cómo su pregunta se clavaba en mi pecho. Quería decirle que tenía razón, que esto también me estaba destruyendo por dentro, pero las palabras no salían.

— Lo siento, Jenna. —

Finalmente, sin mirarla, abrí la puerta y salí de la oficina dejándola sola. Cada paso que daba hacia el pasillo se sentía como una losa más sobre mi conciencia. Sabía que no podría seguir evitándola para siempre, pero en ese momento, la distancia parecía ser la única solución que tenía.

Las siguientes horas pasaron en un torbellino de emociones. La culpa me pesaba cada vez más, y me preguntaba si realmente estaba tomando la decisión correcta al mantenerme alejada. ¿Cuánto tiempo podría resistir antes de que todo se desmoronara?

Caminé por los pasillos de la escuela, perdida en mis pensamientos, cuando de repente noté un pequeño grupo de estudiantes reunidos cerca de los casilleros. El ambiente alrededor de ellos parecía tenso, lo que me hizo detenerme y observar con más atención. Fue entonces cuando vi a Jenna en el centro de la atención no deseada, su rostro reflejaba una mezcla de molestia y frustración.

Un par de estudiantes, claramente buscando problemas, la estaban acosando con comentarios sarcásticos y burlas. Jenna intentaba ignorarlos, pero era evidente que estaban logrando hacerla enojar.

No pude quedarme al margen. Mi corazón se aceleró mientras me acercaba con paso firme hacia el grupo.

— ¿Qué está pasando aquí? — mi voz salió más firme de lo que esperaba, pero sabía que necesitaba tomar el control de la situación.