Teacher's pet || Jenna Ortega x Fem.

Capítulo 9 - Feelings.

POV; Jenna.

Entré al pasillo con el corazón acelerado, mis pensamientos giraban en torno a todo lo que había ocurrido en las últimas 24 horas. No podía sacarme de la cabeza la manera en que la profesora Evans había estado ahí para mí. Nunca había esperado tanta calidez, tanta comprensión... y de alguien que apenas conocía. Pero había algo en su mirada, en la manera en que me abrazó cuando más lo necesitaba, que me hizo sentir segura, como si todo fuera a estar bien, al menos por un momento.

Cuando llegué a la puerta de la sala de profesores, dudé. No estaba segura de por qué sentía esa necesidad de hablar con ella otra vez, pero algo me empujó a seguir adelante. Respiré hondo, cerré los ojos por un segundo, y luego abrí la puerta.

La vi inmediatamente. Estaba sentada con la profesora Mills, pero en cuanto me vio, se levantó de su asiento y se acercó a mí. Había preocupación en su rostro, y algo más que no pude identificar.

— Profesora Evans, ¿podría hablar con usted un momento? — mi voz sonó más nerviosa de lo que esperaba, y odié lo evidente que era mi vulnerabilidad.

Cuando salimos al pasillo, sentí que mis manos comenzaban a temblar. Estaba intentando mantener la compostura, pero el dolor de perder a mi madre aún era tan fresco que sentía que en cualquier momento podría quebrarme de nuevo.

— ¿Qué sucede, Jenna? — su voz era suave, reconfortante. Como si supiera exactamente cómo calmar la tormenta dentro de mí.

Traté de hablar, pero sentí cómo las palabras se me atascaban en la garganta. No quería llorar de nuevo, no aquí, no frente a ella, pero el nudo en mi pecho era demasiado fuerte.

— Es solo que... — comencé, pero mi voz se quebró antes de que pudiera continuar. Me sentí tan débil, tan expuesta, y la odié un poco por ello, pero más que nada, me odié a mí misma por no poder controlar mis emociones.

De repente, sentí su mano en mi brazo, un toque ligero, pero lleno de comprensión. Levanté la vista, y cuando vi sus ojos, supe que podía confiar en ella. Que, aunque esto era complicado, aunque no entendía por qué sentía lo que sentía, podía dejarme caer en sus brazos y ella estaría allí para sostenerme.

— Tranquila, Jenna. Lo que sea que necesites decir, estoy aquí para escucharte. — me dijo, y esa fue mi perdición.

Las lágrimas comenzaron a caer sin control, y odié lo vulnerable que me sentía.

— Solo quería agradecerle por lo de ayer. Fue... más de lo que esperaba, y realmente no sé qué habría hecho sin usted. — dije, tratando de mantener la voz firme, aunque sabía que ella podía ver a través de mi fachada.

Vi algo en sus ojos, algo que no supe cómo interpretar. Era una mezcla de compasión, empatía, y algo más, algo que hizo que mi corazón latiera aún más rápido. Quería decirle más, contarle todo lo que sentía, pero me contuve. Sabía que no debía, que no era correcto, pero cada vez era más difícil ignorar lo que estaba creciendo dentro de mí.

Ella me dijo que siempre estaría ahí para mí, y aunque eso debería haber sido suficiente, no lo fue. Quería más, necesitaba más, pero no sabía cómo pedirlo.

Nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos, y por un momento, sentí que el mundo se detenía. Pero luego, la realidad volvió a golpearme, recordándome que ella era mi profesora y que nada de esto debía estar ocurriendo.

Finalmente, me sequé las lágrimas y traté de sonreír.

— Supongo que debo volver a clase. — dije, aunque lo último que quería era irme.