Estábamos en un restaurante acogedor, disfrutando de nuestra cita. Jenna y yo habíamos tenido una semana larga, y este momento juntas era algo que ambas necesitábamos. Habíamos estado hablando y riendo, disfrutando de la comida y la compañía, cuando de repente, una chica se acercó a nuestra mesa.— Hola, Morgan. No esperaba verte aquí. — la voz de la chica era suave y con un tono claramente coqueto. Me dirigió una sonrisa amplia, completamente ignorando la presencia de Jenna a mi lado.
Jenna se tensó de inmediato, lo noté en la forma en que sus dedos apretaron su tenedor y en cómo su expresión se oscureció. Yo intenté mantener la calma, pero podía sentir la incomodidad creciendo en el ambiente.
— Eh... hola. — respondí, intentando ser cortés, pero al mismo tiempo, deseando que se marchara. — Estoy aquí en una cita.
La chica ignoró por completo mi intento de cortar la conversación y se inclinó un poco más hacia mí, con una sonrisa que me hizo sentir aún más incómoda.
— Oh, ¿en serio? No lo habría imaginado. ¿Puedo unirme a ustedes un momento? —
Antes de que pudiera responder, Jenna intervino, su tono era frío y afilado.
— En realidad, no. Estamos ocupadas. — sus palabras eran casi un gruñido.
La chica finalmente se dio cuenta de la tensión, y tras un breve momento de vacilación, dio un paso atrás.
— Morgan... te ves muy linda esta noche. — la chica insistió, su voz suave y llena de insinuación.
Bajé la mirada, haciendo una mueca de incomodidad. Era evidente que Jenna estaba prestando atención a cada palabra, y podía sentir la tensión crecer a mi lado.
— Gracias... — respondí, tratando de mantener mi tono neutral. Pero sabía que eso no iba a ser suficiente para Jenna.
— No, no gracias. — Jenna interrumpió antes de que pudiera seguir, su voz firme y cortante. — Morgan, ¿podrías recordarle a esta chica que estamos en una cita?
La miré de reojo, notando la chispa de enojo en sus ojos. Era una chispa que conocía bien, y sabía que si no manejaba esto bien, las cosas se pondrían peor.
— Jenna tiene razón. — dije, levantando la mirada hacia la chica. — Estamos en una cita, y preferiría que nos dejaras solas.
La chica finalmente captó la indirecta, aunque no sin mostrar una ligera expresión de desdén. Asintió, retrocediendo.
— Nos vemos luego, Morgan. — se despidió la chica de manera coqueta, lanzándome una última sonrisa antes de alejarse.
Miré hacia abajo, sabiendo que la situación había sido mucho más incómoda de lo que hubiera deseado. Al levantar la vista, me encontré con la mirada fulminante de Jenna.
— Jenna... — comencé, tratando de acercarme a ella, pero me detuve al ver su expresión endurecida.
— No, Morgan. — interrumpió, su voz afilada. — No puedes simplemente dejar que alguien te coquetee en nuestra cita y luego actuar como si nada. ¿Qué estaba pensando esa chica? Y peor aún, ¿qué estabas pensando tú?
No había ni un rastro de la relajada y cariñosa persona con la que había empezado la noche.
— Morgan, ¿por qué le diste las gracias? — preguntó, su voz más baja, pero cargada de frustración.
— Lo siento, no quería hacerte sentir incómoda. Solo... no quería ser grosera. — respondí, aunque sabía que mi explicación no iba a ser suficiente.
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Teacher's pet || Jenna Ortega x Fem.
Fanfiction𝙈𝙤𝙧𝙜𝙖𝙣 𝙀𝙫𝙖𝙣𝙨, una profesora británica, llega de intercambio a una preparatoria en 𝙇𝙤𝙨 𝘼́𝙣𝙜𝙚𝙡𝙚𝙨, donde conoce a 𝙅𝙚𝙣𝙣𝙖 𝙊𝙧𝙩𝙚𝙜𝙖, una estudiante carismática que pronto se siente atraída por ella. A medida que el semestre a...