— Solo una estudiante... — dijo Morgan, con la voz firme, más para convencerse a sí misma que para responder a la pregunta de Emilia. — Solo una estudiante más...Mientras caminaban por el centro comercial, Morgan decidió centrarse en disfrutar el tiempo con su hija. Jenna era simplemente una de las muchas estudiantes que había conocido a lo largo de su carrera, nada más. No había razón para darle más importancia al breve encuentro. La única prioridad de Morgan en ese momento era Emilia.
Dejaron atrás la tienda de helados y se dirigieron hacia una librería, uno de los lugares favoritos de Emilia. Mientras la pequeña se perdía entre las estanterías llenas de libros infantiles, Morgan la observó con una sonrisa. En este momento, nada más importaba.
Después de pasar un rato buscando libros, Morgan decidió que era hora de volver a casa. En el camino de regreso, trató de distraerse pensando en los preparativos para la siguiente clase, en las tareas que debía corregir, y en cómo balancear su nueva vida en Los Ángeles con la crianza de Emilia. Jenna apenas pasó por su mente, relegada al papel que le correspondía: el de una estudiante más en la multitud de su aula.
Al llegar a casa, Morgan ayudó a Emilia a prepararse para la cena y luego para la cama. La rutina diaria era su ancla, una manera de mantenerse enfocada en lo importante. Mientras leía un cuento a su hija antes de dormir, Morgan se sintió tranquila, convencida de que había puesto las cosas en perspectiva.
— ¿Cuándo veremos al abuelo Evans? — preguntó Emilia con un susurro, sus ojitos ya medio cerrados mientras el sueño la vencía.
Morgan sonrió al escuchar la pregunta de su hija. Pensar en su padre siempre le traía una sensación de calidez. Habían pasado por momentos difíciles en el pasado, pero con el tiempo habían logrado fortalecer su relación. Ahora, él era un pilar importante en su vida, y también en la de Emilia.
— No lo sé, pequeña. Pero pronto, lo prometo. — dijo Morgan suavemente, acariciando el cabello de Emilia. Luego besó su frente. — Ahora duerme, Emi.
Emilia asintió, contenta con la promesa, y se dejó llevar por el sueño. Morgan se quedó sentada al borde de la cama por unos momentos más, observando a su hija dormir. Los recuerdos de su padre inundaron su mente: las largas conversaciones, las visitas al parque, y cómo él siempre se preocupaba por ellas dos. A pesar de la distancia física, sabían que podían contar el uno con el otro.
Antes de levantarse, Morgan pensó en hacer una videollamada a su padre el próximo fin de semana, algo que Emilia disfrutaría. Salió de la habitación de su hija con una sonrisa tranquila, apagando la luz y cerrando la puerta suavemente.
Ya en su propia habitación, Morgan se permitió un momento de reflexión. Su vida había cambiado mucho desde que se mudó a Los Ángeles, pero tener a Emilia y la relación cercana con su padre la hacía sentir fuerte. Estaba segura de que, pase lo que pase, su pequeña familia siempre estaría unida.
Jenna estaba lejos de encontrar la paz en su propia casa. Después del encuentro inesperado en el centro comercial, sus pensamientos se habían vuelto un torbellino de emociones que no podía controlar.Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Morgan aparecía en su mente: la suavidad en su voz al hablar con su hija, la forma en que su sonrisa se iluminaba mientras interactuaba con la pequeña Emilia. Eran momentos tan cotidianos y normales, pero para Jenna, habían sido reveladores.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella? se preguntaba, dándose vueltas en la cama, incapaz de encontrar una posición cómoda.
Jenna sabía que no era correcto, que no debía tener estos sentimientos. Morgan era su profesora, y esa barrera debía ser respetada. Pero al mismo tiempo, no podía evitarlo.
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Teacher's pet || Jenna Ortega x Fem.
Fanfiction𝙈𝙤𝙧𝙜𝙖𝙣 𝙀𝙫𝙖𝙣𝙨, una profesora británica, llega de intercambio a una preparatoria en 𝙇𝙤𝙨 𝘼́𝙣𝙜𝙚𝙡𝙚𝙨, donde conoce a 𝙅𝙚𝙣𝙣𝙖 𝙊𝙧𝙩𝙚𝙜𝙖, una estudiante carismática que pronto se siente atraída por ella. A medida que el semestre a...