Capitulo 40

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"Existe un dolor distintivo y terrible que proviene de amar a alguien más de lo que ellos te aman a ti"

Gabriel García Márquez

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Mis hablaban amigos, estaban planeando una salida al cine para el próximo fin de semana ya que se había estrenado una nueva película y estaba en la cartelera llamada Resident Evil , acepta sutilmente sin prestarle mucha atención a la conversación. Me limitaba a ver por la mampara el exterior nublado, con el mentón apoyado por mi brazo en donde mi mano estaba formada por un puño poco apretado, no pedí nada más que un jugo de naranja a pesar de que habíamos salido a "almorzar", no se me apetecía nada, bueno, no se me apetecía nada en general... <<¿Dónde estás?>> fruncí el ceño, por aquel pensamiento. Era completamente injusto esto, sufría en cada respiración, su repentina desaparición me acortaba la vida, me asfixiaba, me golpeaba de millas de maneras, sin embargo seguía guardando muy en el fondo de mi corazón que volvería, debía de volver por mi, porque yo le amaba, él me amaba. Tal vez hubo una complicación, o quizás...

―Izuku―Exclamó con más fuerza Mina y sobresalté, para de inmediato mirarla―Ya no vamos... ¿Vas a quedarme aquí?

―Uh... no, debo ir a casa―Musite

―Pensé que nos acompañaría al centro comercial―Increpó

Dudé―Tengo...cosas que hacer―Finalicé con dificultad, no entendía por qué estaba mintiendo, la primera posibilidad se debía a que mi subconsciente me ordenaba a terminar dicho cuadro y la otra era mi falta de amabilidad para continuar con la conversación, para hablar .

No solo ella me miró con cara "¿Qué le sucede?" sino todos, lo más probable es que la conclusión seguiría cayendo sobre los hombros de Shoto, de sus faltas en la última semana de clases, incluyendo ahora, que estábamos en vacaciones―De acuerdo―Respondió con incomodidad―Entonces―Les dio una mirada sugestiva a los demás que de inmediato se levantaron, yo también lo hice―Te acompañamos hasta el coche

―No es necesario―Repliqué

—¡Oh claro que lo es!

―De igual forma ya nos íbamos Midoriya―Continuo Iida

En el momento que me despedí de todos y prendí el coche con suficiente lentitud, para avanzar entre la carretera y despedirme a lo lejos nuevamente con la mano, toda actitud buena o mala de querer ocultar mi mal estado de ánimo se desvaneció por completo. Me prometí en mi interior que no lloraría porque sería ridículo cuando no sucedió nada, pero ¡Cuánto lo extrañaba! ¿Desde cuándo todo lo que hacía o dejaba de hacer su presencia estaba ahí? ¿Por qué mi corazón latía fuertemente? ¿Por qué me dolía la cabeza? ¿Por qué creía que mi tormento empeoraría?

De repente, su coche estacionado a las afueras de mi casa, provocó un vuelco a mi corazón, pero a la vez un singular dolor. No se quedaría por mucho tiempo por aquí porque no ocultaba su auto, entonces solo seria una visita corta, la aprovecharía con todas mis fuerzas y le preguntaría todas las cosas que tenía reprimido, seguro cuando se fuera estaría calmado ya que algún motivo de su ida. haya sido algo poco preocupante y me dijera "No te preocupes", todo estaría bien.

Todo estaría bien.

Me estacioné al costado porque había espacio, por extraño que parezca, los dos salimos simultáneamente y por primera vez yo era el que lo veía fijamente y él, el que bajaba la mirada, me sentí extraño por su actuar, anormal, no lo amigo por instante y con pasos que por primera vez dejaban de ser torpes, fui rápido a su encuentro. Lo abrace con todas mis fuerzas, él me correspondió por un segundo antes de apartarme con algo de fuerza porque yo en realidad no quería soltarlo, sentí que otra vez se iría y lo extrañaba. Sí, lo sé. Fue una semana y media en su ausencia, no había nada de malo, quizás era muy débil para soportar su partida.

𝓢𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽𝓸𝓼 𝓑𝓪𝓳𝓸 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝔃 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora