15
NarutoEra una noche para celebrar. Lo había conseguido. Por fin trabajaba para sannin Group. Me reuní con Jiraiya, firmé el contrato y se quedó encantado cuando le dije que quería empezar a trabajar de inmediato.
Mi despacho estaba preparado, así que me presentaron oficialmente a mi asistente, Temari. Jiraiya había dejado algunas carpetas en mi mesa. Me zambullí en ellas con entusiasmo y anoté detalles preliminares a medida que se me ocurrían distintas ideas.
Cuando me dijo que se iba a celebrar una pequeña reunión después de cerrar la oficina, llamé a Hinata para avisarla de que llegaría tarde a casa, de manera que me sorprendió verla aparecer, nada más y nada menos, con una bandeja de galletas. Tras haber examinado el suculento bufé libre que habían preparado sentí el deseo de poner los ojos en blanco. ¿Cómo se lehabía ocurrido llevar galletas caseras a un evento semejante? Además, ¿por qué había ido? Yo no le había dicho que lo hiciera.La respuesta fue evidente al instante. Sakura aplaudió y se acercó corriendo a ella.
-¡Has venido! ¡Y has traído las galletas que te pedí! ¡Eres la mejor!
-Sakura procedió a abrazarla y creó un alboroto por el hecho de que mi prometida acabara de llegar.Consciente de que debía controlar mi expresión, atravesé la estancia sin olvidar que todos los ojos estaban clavados en mí. Abracé a Hinata por la cintura y la pegué a mí. Le acaricié el pelo con la nariz mientras le decía en voz baja:
-Cariño, no me dijiste que ibas a venir. De haberlo sabido, habría bajado a buscarte. -La abracé con más fuerza-. Ni siquiera has respondido a mi mensaje de texto.
Ella me miró y me percaté de la aprensión que asomaba a sus ojos.
-sakura insistió en que te diéramos una sorpresa.-Me asustaba la posibilidad de que si te enterabas de que iba a venir, te las quedaras a ambas. A ella y a las galletas -bromeó Sakura.
Esbocé una sonrisa al percatarme de su tono travieso. -Prefiero compartir las galletas antes que compartirla a ella.
Sakura soltó una risilla, y supe que había acertado con el comentario.
Sakura aferró a Hinata del brazo.-Separaos ahora mismo. Mamá quiere ver a Hina otra vez, y yo quiero enterarme de cómo van los
planes para la boda. -Se la llevó casi a la fuerza mientras yo hacía un puchero exagerado, tras lo cual me serví otro whisky. Y cogí dos galletas, eso sí.Así se desarrolló la tarde. Como si yo no estuviera presente. Fui de grupo en grupo, hablé con Jiraiya, con Sasuke y con sai. Todos se burlaron de mí por intentar hablar de trabajo, e insistieron en que era una reunión social. Jiraiya sonrió mientras me daba unas palmadas en la espalda y me decía que le emocionaba verme tan ansioso, pero que ya llegaría el lunes. Me enteré de sus planes para el fin de semana, los oí hablar de sus esposas y de sus vidas, y me pregunté cómo era posible que alguien estuviera tan unido a otra persona. Parecía que las circunstancias eran similares para todos. Todos miraban a sus esposas con evidente adoración. Tanto almíbar me estaba provocando náuseas, pero seguí el ejemplo y observé a hinata mientras se movía por la estancia hablando con la gente, normalmente acompañada por sakura o por Tsunade. Parecía la estrella de la reunión. Todos querían hablar con mi prometida. Sus galletas fueron un exitazo y desaparecieron mucho antes de que lo hiciera el resto de los postres.
¿En qué momento empezó a ser más importante que yo? Ella era un accesorio. Yo era la estrella. Siempre era yo quien dominaba las reuniones. ¿Cómo era posible que eso hubiera cambiado? Fruncí el ceño mientras reflexionaba al respecto. La semana anterior sucedió lo mismo. Cuando estaba a mi lado, la gente hablaba conmigo, todos entablaban conversación conmigo. Cuando nos separábamos, se mostraban educados pero distantes. No había conversaciones intrascendentes ni comentarios personales. Mi tema era el trabajo. Era lo que mejor se me daba. Hinata aportaba calidez y desenvoltura a las conversaciones.
De alguna manera, se las apañaba
para que yo les cayera mejor a los demás. Su delicadeza tenía el efecto que yo quería que tuviera. Era lo que yo necesitaba y, sin embargo, me enfurecía. Porque despertaba en mí la sensación de que la necesitaba a ella. Y yo no necesitaba a nadie.
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Todo por amor (naruhina)
Romance¿Qué harías si la persona que más odias se convierte en la única persona con la que puedes vivir?. Si quieren saber más ¡¡entren!!