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NarutoEstreché la mano de Josh y eché a andar por la playa. Hina estaba sentada en la arena con un cuaderno de dibujo en las rodillas y el lápiz
en la mano, pero permanecía inmóvil. La brisa le agitaba el pelo y le alzaba los mechones de seda oscura. Me senté a su espalda y la abracé.-Hola.
Ella echó la cabeza hacia atrás y me miró desde abajo.-Hola. ¿De qué has estado hablando con Josh durante tanto rato? -Frunció el ceño-. Por favor, dime que no le has dicho que quieres comprar las casas de
alquiler.Sonreí al ver la expresión de su rostro y la besé en la frente. -No. Creo que ya tiene un comprador. Solo le he dado las gracias por permitirte volver y hemos hablado de otras cosas. Del sitio al que va a mudarse y eso.-Hizo un mohín con los labios y se encogió de hombros mientras devolvía la vista al mar. -¿Qué estás dibujando?
Levantó el cuaderno.-Nada. Estoy disfrutando del paisaje.
Le rodeé la cintura con los brazos y la estreché con fuerza. -Es un paisaje magnífico.
-Chiyo y yo encendíamos una hoguera aquí para preparar la cena y contemplábamos la puesta de sol.
-Podemos hacerlo.
-¿Te comerías una salchicha pinchada en un palo?
-Solo si lleva mostaza. Y si después hay nubes de azúcar.
-Ah.
Me incliné y le mordisqueé la base del cuello.-¿Crees que nunca he participado en actividades al aire libre, Hina? Anoche encendí el fuego.
-Me resultó extraño que supieras hacerlo -admitió.
-Es algo masculino. Lo llevamos en los genes.
Se giró y puso los ojos en blanco.-Ya...
Me eché a reír y le aparté el pelo de la cara.-En el colegio íbamos de campamento. Nos enseñaron a encender el fuego, a montar una
tienda de campaña y todo ese tipo de cosas.-¿El colegio ofrecía esas actividades?
Apoyé la barbilla en uno de sus hombros.-Cuando era adolescente y me quedaba en el colegio durante las vacaciones, la oferta de actividades variaba. Ir de campamento era una de ellas. Me gustaba. Y sí, incluso me gustaban las salchichas. No soy un esnob integral.
Esperaba que me replicara con alguno de sus mordaces comentarios, pero en cambio se dio media vuelta, levantó una mano y me acarició una mejilla.
-¿Preferías quedarte en el
colegio antes que ir a casa de tus
padres?-Si me daban la opción, sí. Se libraban de la culpa de que no fuera a casa diciéndole a la gente que estaba de excursión con el colegio o algo así. A los catorce años, me las apañé para no ir a casa en todo el verano. Me apunté a una excursión y después me fui de campamento durante un mes. Fue el mejor verano de mi vida.
-Lo siento, corazón.
-No te compadezcas de mí -le
solté.-Ya hemos hablado antes de esto. Me siento mal por el niño al que abandonaron. -Se puso en pie-. Y que sepa, señor Namikaze, queotra vez está siendo un maleducado.
Se alejó furiosa, con el cuaderno de dibujo debajo del brazo. Me puse en pie al instante y la alcancé con un par de zancadas. Esas piernas tan cortas no podían dar pasos tan largos como las mías, menos mal. La agarré por la cintura, la levanté en volandas y la giré mientras la pegaba a mí.
-Otra vez he hecho el capullo. Permíteme disculparme.
Clavó la vista en mi pecho.
-Lo siento -le dije-. He reaccionado sin pensar. No estoy acostumbrado a hablar de mi pasado ni a contar con alguien que se preocupe por cómo me sentía entonces o ahora.
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Todo por amor (naruhina)
Romance¿Qué harías si la persona que más odias se convierte en la única persona con la que puedes vivir?. Si quieren saber más ¡¡entren!!