35
NarutoEl conocido dolor se extendió por mi cabeza poco a poco, los párpados empezaron a pesarme y sentí cómo se me tensaban los hombros y la nuca. Miré por la ventana y vi cómo se avecinaba la tormenta mientras me preguntaba si lograría llegar a casa antes de que el dolor de cabeza se convirtiera en migraña.
Los tres golpecitos en la puerta con los que Temari siempre llamaba sonaron como disparos en mi dolorida cabeza. Me apoyé en el cuero frío del sillón y cerré los ojos.
-Adelante -dije en voz todo lo alta que fui capaz.
-¿Necesitas algo, Naruto?
Ni me molesté en levantar la cabeza.-¿Puedes cancelar lo de Board Tech?
-Ya lo he hecho.
-Genial. También te puedes tomar el resto de la tarde libre, Temari. No voy a servir para nada.
-¿Puedo hacer algo?
Suspiré sin abrir los ojos.-Si no te ofende, una taza de café y unos analgésicos estarían bien. Y si puedes llamar a mi esposa y pasarme la llamada, sería genial.
Se echó a reír por lo bajo.-Creo que me las podré apañar, Naruto.
-Gracias.
Se fue y yo me froté las sienes. Sabía que cuando hablara con Hina, me diría que dejara el coche en el trabajo y cogiera un taxi para volver a casa. También sabía que, cuando llegara, tendría preparadas compresas frías, analgésicos más fuertes y sus tiernas caricias para aliviar el dolor de cabeza. Solo tenía que llegar hasta ella. El café y el paracetamol que Temari me llevaría me ayudarían hasta conseguirlo.
Oí pasos, sentí que me ponían las pastillas en la mano y el olor a café me asaltó la nariz. Sin embargo, no fue la voz de Temari la que llegó a mis oídos.
-Bebe.
Tragué las pastillas, aliviado, y cogí a tientas la mano de mi esposa.
-¿Qué haces aquí? Hoy no tenías que venir.
-Temaria me llamó esta mañana para decirme que estabas raro. Supuse que estabas incubando uno de tus dolores de cabeza, así que he venido para llevarte a casa. Me la he encontrado cuando volvía de la sala de descanso.
Con un gemido, me incliné hacia delante y enterré la cara en el abdomen de Hina. La gélida temperatura de la compresa fría fue
un bálsamo cuando me la puso en la nuca, antes de acariciarme el pelo
con los dedos.-Vamos a dejar que las pastillas hagan efecto y luego nos iremos a casa.
-De acuerdo.
-Deberías haber llamado antes-me reprendió en voz baja-. Ya sabes cómo te afectan las bajas presiones.
-Tenía que trabajar -protesté al tiempo que le estrechaba la cintura con más fuerza, ya que necesitaba sentirla más cerca.
-¿Y cuánto has conseguido hacer?
-No mucho.
-Un plan estupendo por lo que veo -se burló.
-Que te follen, Namikaze -mascullé, usando su frase preferida. Se estremeció por culpa de las carcajadas que estaba conteniendo, pero siguió acariciándome con ternura.
-Gracias por venir a buscarme.
Sentí sus labios en la coronilla.-De nada.
-¿Nuestro chico no se siente bien, Hina? -preguntó Jiraiya en voz baja en el silencio del despacho.
-Tiene un buen dolor de cabeza.
-Ya me parecía a mí... Esta mañana no ha estado muy fino en la reunión.
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Todo por amor (naruhina)
Любовные романы¿Qué harías si la persona que más odias se convierte en la única persona con la que puedes vivir?. Si quieren saber más ¡¡entren!!