16
NarutoMe desperté, confundido. Tardé un rato en darme cuenta de que estaba en el sofá. Me senté, hice una mueca y me sujeté la dolorida cabeza. Me lo merecía, pero no dejaba de ser una mierda. Con cuidado, abrí los ojos y me sorprendí al ver la botella de agua y las pastillas de paracetamol en la
mesita, delante de mí. Las cogí, me
tragué dos pastillas y me bebí toda
la botella. Cuando me levanté, la manta que me cubría el torso cayó
al suelo. Me agaché para recogerla
y, en ese momento, se hizo la luz en
mi abotargado cerebro.Después de que hinata se marchara hecha una furia, bebí más whisky mientras mi mente repetía sus palabras una y otra vez. En algún momento dado, debí de perder el conocimiento, y era evidente que ella había vuelto para taparme y para dejar las pastillas y el agua, a sabiendas de que me despertaría con un dolor de cabeza espantoso. A pesar de haberme comportado como un capullo con ella, incluso más que de costumbre, seguía cuidándome. Me temblaban las piernas cuando me senté tras recordar las palabras que me había escupido, el motivo de que
accediera a ayudarme. El motivo de
que ahorrase todo lo posible, para
cuidar a una mujer que la había
acogido y que le había brindado un
lugar seguro y un hogar. Yo la miré
por encima del hombro y la rebajé
por ello, sin molestarme en pedirle detalles. Sin comprender lo buena
persona que era en realidad.Me entraron ganas de vomitar y corrí al piso de arriba, donde vacié mi estómago de la copiosa cantidad de whisky que todavía me quedaba dentro. Después, me duché y me tomé otro par de pastillas de paracetamol.
Seguía recordando sus palabras y el dolor que estas transmitían. Mi comportamiento a lo largo de ese último año. Los comentarios crueles, las malas palabras y los comportamientos irresponsables. A pesar de cómo la había tratado, había antepuesto las necesidades de otra persona a las propias y había mantenido la cabeza alta. Había hecho su trabajo, y debía admitir que lo había hecho muy bien, orgullosa de hacerlo, sin que yo le ofreciera un solo comentario positivo.
Me miré en el espejo. La mano me temblaba demasiado como para afeitarme la barba incipiente que me cubría el mentón. Por primera vez en la vida, sentí que la vergüenza me corroía por dentro y agaché la mirada.
Tenía dos opciones. Pasar de lo sucedido la noche anterior con la esperanza de que Hinata mantuviera nuestro acuerdo. Sabía que si no sacaba el tema, ella tampoco lo haría. Supondría que no recordaría lo que había pasado. O comportarme como un adulto maduro, ir en su busca, disculparme e intentar pasar página. Para poder hacer eso último, tenía que esforzarme y, cuando menos,
intentar comprenderla. No me cabía
la menor duda de que la boda era
del todo imposible a esas alturas, pero podríamos continuar como una pareja comprometida.Me aparté del lavabo mientras me desentendía del dolor de cabeza. Había llegado el momento de averiguar más cosas acerca de mi prometida.
-Naruto, no esperaba verte hoy. Al menos, no esperaba verte tan temprano.
Levanté la vista de la pantalla del
ordenador.-Ah, Jiraiya. -Me di un tirón del mechón que me caía sobre la frente y me pasé la mano por la nuca en un gesto nervioso-. Quería recoger algunas cosas y... esto... pasar a por mi coche.
Entró en mi despacho y se sentó delante del escritorio. Entrelacé los dedos sobre la madera oscura en un intento por controlar el nerviosismo.
-Quiero disculparme por lo de anoche. Bebí demasiado. Te aseguro que no es algo habitual en mí.
Jiraiya se echó a reír y agitó una
mano. -Todos lo hemos hecho alguna vez, naruto. Después de todo lo que has pasado y de empezar con
nosotros, y luego está, claro, tu gran
día de hoy, creo que te mereces un
poco de cuartelillo.
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Todo por amor (naruhina)
Lãng mạn¿Qué harías si la persona que más odias se convierte en la única persona con la que puedes vivir?. Si quieren saber más ¡¡entren!!