Capítulo 14: Noche De Juegos

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El castillo Lancaster brillaba en la noche, iluminado por miles de candelabros y antorchas. Como cada noviembre, los nobles, vestidos con sus mejores galas, desfilaban por los grandes salones, preparados para una noche de juegos y entretenimiento, organizada a pesar del caos reciente para evitar que la amenaza de los Bernard fuera conocida. Las risas llenaban el aire, y por un momento, parecía que todo estaba bien en el reino.

Pero mientras la nobleza disfrutaba de la velada, en las sombras, los hermanos Bernard se infiltraban silenciosamente en el castillo, mezclándose entre los invitados. Su objetivo no era solo espiar, sino también sembrar caos y confusión.

En el gran salón, Edward observaba a los invitados con una mezcla de aburrimiento y desdén. Los juegos de la nobleza siempre le habían parecido triviales, pero esa noche, su mente estaba en otra parte. No podía dejar de pensar en Aldric y lo que su repentina reaparición significaba para su familia.

Celeste, por su parte, permanecía cerca de la reina Isadora, observando a la multitud con ojos agudos. Aunque fingía interés en la conversación de las damas, su mente estaba alerta, consciente de que algo estaba por suceder.

***

Aldric se encontraba solo en una de las habitaciones más recónditas del castillo, intentando calmar su mente después de su encuentro con Cassandra en la mañana. No podía dejar de pensar en ese momento y en sus últimas palabras. De repente, escuchó un suave crujido en la puerta y, antes de que pudiera reaccionar, Cassandra Bernard apareció, cerrando la puerta tras de sí.

Sin mediar palabra, ella se acercó a él con la mirada encendida, como un depredador que acaba de encontrar a su presa. Aldric sintió su cuerpo tensarse, pero no fue capaz de moverse.

-Cassandra, ¿qué haces aquí? -preguntó, su voz entrecortada.

-Shh, querido... -murmuró ella, acercándose peligrosamente-. Deja que te muestre algo más interesante que las oraciones que tanto amas.

Antes de que pudiera responder, Cassandra lo empujó suavemente contra la pared. Sus manos se deslizaron por el pecho de Aldric, explorando, mientras sus labios trazaban un camino de besos suaves pero incitantes por su cuello.

-No deberías estar haciendo esto -intentó decir Aldric, pero su voz apenas era un susurro.

Cassandra sonrió contra su piel, sus labios rozando su oído mientras susurraba-: Oh, pero quiero hacerlo, querido... Quiero sentir cómo pierdes el control... tu aroma... me es imposible sacarlo de mi cabeza. ¿Puedo saber cuál es tu apellido?

-Yo... mi nombre es Aldric, Aldric Storm -balbuceó Aldric, temblando ante la proximidad de Cassandra, sin entender por qué le respondía, por qué no podía alejarla, o por qué no le había contado a nadie lo que le había dicho en su encuentro de la mañana.

Los ojos de Cassandra se agrandaron al escuchar el nombre completo del sacerdote. Lo miraba como si lo conociera de toda la vida, la misma mirada que tenía Leo hacia Celeste. Justo después, sus manos bajaron más, deslizándose por su abdomen, mientras el calor en su interior se volvía insoportable.

-Dime, ¿alguna vez has sentido el deseo arder como lo sientes ahora? Porque yo sí... he observado a tu antecesor durante tanto tiempo, imaginando cómo sería tenerlo aquí, indefenso bajo mis manos. Pero como siempre, los hombres se sienten más atraídos por las mujeres hermosas que se cuidan de sí mismas y actúan como si fueran ángeles, escuchando cada deseo y haciendo lo que se les pide sin decir un no. ¿Ahora cómo me veo? ¿Acaso ya me veo como alguien de tu nivel? ¿No crees que me veo mejor que ella? ¿Crees que soy bonita, Lucas?

-Esto... esto no es correcto -susurró Aldric, finalmente logrando inmovilizar a Cassandra al suelo. -¿Se puede saber qué te pasa, mujer? ¿A quién te refieres con Lucas? Mira, no sé qué historia te traes, pero no está bien utilizar a otras personas para expresar tu frustración. Si tienes algún problema, háblalo con esa persona.

🖤 Herederos de la traición 🩶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora