Capítulo 19: Eres Mía

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Nicolás llegó al castillo, su corazón aún ardiendo con la rabia que había acumulado tras la confrontación con Anastasia y Lucian. Sabía que la reina debía saber la verdad. Aunque el dolor lo quemaba, necesitaba cumplir con su deber como caballero. Al entrar, se dirigió directamente a la sala del trono, exigiendo hablar con la reina.

Cuando la puerta se abrió, encontró a la reina Isadora acompañada por Elara, quien se encontraba de pie, con la mirada baja. Al ver a Nicolás, la reina alzó una ceja, sabiendo que las noticias que traía no serían buenas.

-Nicolás, ¿qué ocurre? -preguntó la reina.

-Majestad -dijo Nicolás, inclinándose ligeramente-Debo hablar con usted, su majestad...es sobre Anastasia...

Elara se giró rápidamente, el rostro pálido.

-¿Qué le ha pasado a Ana? -preguntó, sintiendo que algo no estaba bien.

-No, no es lo que usted piensa princesa, ella... ella ha traicionado al reino -la voz de Nicolás tembló ligeramente al decir las palabras.- Ella estaba en contacto con los Bernard, ella siempre estuvo con ellos-explicó Nicolás, cada palabra sintiéndose como una daga.

Los ojos de Elara se llenaron de incredulidad.

-¿Qué dices, Nicolás? -preguntó con la voz quebrada-. Ana... ¡no puede ser! ¡Es mi mejor amiga! No lo haría... no lo haría

La reina, sin embargo, no mostró sorpresa. Con una calma peligrosa, se levantó de su trono y caminó hacia Nicolás.

-Continúa -ordenó Isadora, ignorando momentáneamente las lágrimas que comenzaban a caer por las mejillas de Elara.

-La he seguido, y la he escuchado conspirar con Lucian Bernard. Esta planeando junto a ellos traicionar a este reino, majestad.

Elara dejó escapar un sollozo, y sus rodillas casi cedieron ante la revelación. La reina la miró brevemente, pero no dijo nada. Isadora había sospechado de Anastasia desde hacía tiempo, así que para ella la noticia no era inesperada.

-Sabía que algo no estaba bien con esa muchacha -dijo la reina en voz baja, volviendo su mirada hacia Elara-. No llores por alguien que te ha traicionado, hija.

Pero Elara no podía contener las lágrimas. Todo lo que creía sobre Ana se desmoronaba.

-No... no puede ser verdad -susurró Elara-. ¿Por qué haría algo así?

-El poder corrompe, Elara -dijo la reina con dureza-. Y aquellos que buscan poder harán cualquier cosa para obtenerlo, incluso si eso significa traicionar a sus seres queridos.

-Pero, ¿cómo pudo hacerlo? -lloró, buscando consuelo en su madre.

Nicolás se acercó a ella, sus ojos enrojecidos y brillantes, evidenciando las lágrimas que había derramado.

-Princesa, debes ser fuerte. Si ella ha elegido ese camino, no podemos dejar que nos destruya. -dijo Nicolás, tratando de mantener la calma.

-¿Cómo puede...cómo puede alguien que dice ser tu amiga traicionar así? -Elara temblaba, su voz quebrada.

-A veces, las personas se dejan llevar por la ambición y el poder. Lo importante es que ahora lo sabemos. Debemos preparar nuestra defensa -la consoló Nicolás con el corazón roto, su mirada vacía.

-Haz que la busquen -ordenó Isadora con frialdad-. No permitirá que siga suelto ningún traidor más en nuestro reino.

***

Mientras tanto, en lo profundo del bosque, Lucian arrastró a Anastasia hasta la casa oculta entre los árboles. A pesar de su desprecio por su forma de ser, sabía que debía protegerla, al menos por el momento.

🖤 Herederos de la traición 🩶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora