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Después de la exitosa limpieza del lago, Ana y Lucas se sintieron más conectados que nunca con la naturaleza. Sin embargo, algo en el aire parecía diferente. Una brisa suave traía consigo un murmullo que parecía llamarlos.
—¿Escuchas eso? —preguntó Ana, mirando hacia el horizonte.
—Sí, es como si el viento estuviera hablando —respondió Lucas, con una chispa de curiosidad en sus ojos.
Decidieron seguir el sonido, que parecía venir de la orilla del lago. Al llegar, encontraron a sus amigos reunidos, mirando hacia el agua con asombro. Allí, en la superficie, surgió una figura brillante. Era una sirena, con escamas iridiscentes que reflejaban todos los colores del arcoíris.
—Hola, jóvenes protectores del lago —saludó la sirena con una voz melodiosa—. He venido a agradecerles por su esfuerzo y dedicación.
Todos se quedaron boquiabiertos. Ana fue la primera en hablar.
—¡Gracias! Pero… ¿quién eres?
—Soy Marina, guardiana de las aguas —respondió la sirena—. He sentido su amor por el lago y quiero ofrecerles mi ayuda.
Lucas se acercó un poco más.
—¿Cómo puedes ayudarnos?
Marina sonrió y extendió su mano. En ella había una pequeña perla brillante.
—Esta perla tiene el poder de comunicarse con todas las criaturas del mar y del lago. Les permitirá entender sus necesidades y aprender cómo proteger su hogar aún más.
Ana y Lucas intercambiaron miradas emocionadas. Sabían que este regalo sería invaluable para su misión.
—¡Es increíble! —exclamó Ana—. ¡Gracias, Marina!
La sirena asintió mientras el viento soplaba suavemente a su alrededor.
—Sin embargo, deben usarla con sabiduría. Las aguas están en peligro debido a la contaminación y la falta de respeto por la vida marina. Necesitarán un plan para ayudar no solo al lago, sino también al océano.
Los amigos se miraron unos a otros, sintiendo el peso de la responsabilidad que acababan de asumir.
—Estamos listos para ayudar —dijo Lucas con determinación—. Pero no sabemos por dónde empezar.
Marina sonrió y, con un gesto de su mano, hizo que aparecieran imágenes en el agua. Eran escenas de criaturas marinas luchando contra desechos plásticos y arrecifes dañados.
—Debemos trabajar juntos para restaurar el equilibrio —explicó la sirena—. Ustedes pueden comenzar creando conciencia en su comunidad sobre lo que está sucediendo en nuestros océanos y lagos.
Ana tomó una profunda respiración. Sabía que esto sería un desafío mayor que cualquier cosa que habían enfrentado hasta ahora.
—Podemos organizar talleres y charlas educativas —sugirió—. Y quizás incluso una nueva limpieza en la playa cercana al lago para ayudar a los ecosistemas marinos también.
Marina asintió con aprobación.
—Exactamente. Y recuerden: cada acción cuenta, no importa cuán pequeña parezca.
Con ese consejo en mente, los amigos comenzaron a planear cómo llevarían a cabo su nueva misión. Sabían que necesitarían más apoyo y colaboración de otros grupos comunitarios y escuelas para crear un cambio real.
Mientras se alejaban del lago esa noche, Ana sintió una mezcla de emoción y nerviosismo ante lo que estaba por venir. Tenían mucho trabajo por delante, pero también sabían que contaban con un poder especial: el amor por la naturaleza y la amistad entre ellos.
A medida que las estrellas brillaban intensamente sobre ellos, se dieron cuenta de que estaban listos para enfrentarse a cualquier desafío, llevando consigo tanto el cristal como la perla mágica que les había sido otorgada por Marina.
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" El café de los recuerdos"
Science Fiction**Descripción:** En un pintoresco pueblo, "El Café de los Recuerdos" es un refugio donde los aromas del café recién hecho y los pasteles horneados atraen a los lugareños y viajeros por igual. La dueña, Ana, es una mujer amable y observadora que ha c...