** parte 23 **

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La llegada del día del campamento fue emocionante. Ana, Lucas, Carla y Javier se despertaron temprano para asegurarse de que todo estuviera listo. Habían preparado actividades como senderismo, talleres de identificación de plantas y juegos de supervivencia.

Al llegar al bosque, los niños no podían contener su emoción. Sus ojos brillaban al ver los árboles altos y escuchar el canto de los pájaros. Ana reunió a todos en un claro y les dio la bienvenida.

—¡Bienvenidos al Campamento Ecológico "Guardianes del Bosque"! —exclamó—. Este fin de semana aprenderemos a cuidar y amar nuestra naturaleza.

Los niños aplaudieron y gritaron de alegría. Luego, se dividieron en grupos para comenzar las actividades. Lucas lideró un taller sobre huellas de animales, enseñándoles a identificar las diferentes especies que habitaban el bosque.

Mientras tanto, Carla llevó a su grupo a un sendero donde podían observar las plantas nativas. Les mostró cómo hacer un herbario y les explicó la importancia de cada planta en el ecosistema.

Javier organizó un juego llamado "Cazadores de Basura", donde los niños debían recoger basura escondida en el área. Al final, todos se sorprendieron al ver cuánto habían recolectado y discutieron sobre la importancia de mantener el entorno limpio.

Durante una fogata por la noche, Ana compartió historias sobre la vida silvestre y la necesidad de protegerla. Los niños escuchaban atentamente, maravillados por las aventuras que les contaba.

—¿Podemos hacer algo para ayudar a los animales? —preguntó uno de los niños.

—¡Por supuesto! Podemos crear refugios para pájaros y mariposas —respondió Ana—. Así ayudamos a que tengan un lugar seguro donde vivir.

Al día siguiente, todos se despertaron con energía renovada y listos para más aventuras. Realizaron una caminata matutina para observar aves y aprendieron sobre su hábitat. Lucas incluso trajo binoculares para que pudieran ver más de cerca.

El momento culminante del campamento fue cuando decidieron construir refugios para los pájaros. Con materiales reciclados como cajas de madera viejas y ramas caídas, los niños trabajaron en equipos para crear casas acogedoras.

Cuando terminaron, colocaron los refugios en lugares estratégicos del bosque y se sintieron orgullosos al ver su trabajo. Sabían que estaban contribuyendo al bienestar de las aves locales.

Al finalizar el campamento, Ana, Lucas, Carla y Javier se reunieron con los niños para reflexionar sobre lo aprendido. Todos compartieron sus experiencias favoritas y lo que más les había impactado.

Fue un fin de semana lleno de risas, aprendizaje y conexión con la naturaleza. Los niños regresaron a casa no solo con recuerdos inolvidables, sino también con un renovado compromiso hacia el cuidado del medio ambiente.

Ana sonrió al ver cómo sus esfuerzos estaban dando frutos. Sabía que habían sembrado una semilla en cada uno de esos pequeños corazones que crecería con el tiempo.

Con el éxito del campamento, decidieron hacer de esto una tradición anual. Cada año podrían invitar a más niños a unirse al movimiento "Guardianes del Bosque" y así seguir inspirando a futuras generaciones.

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" El café  de los recuerdos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora