** epílogo 1 **

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Un año después del exitoso evento, Ana y sus amigos se encontraron nuevamente, esta vez en un café local. La conversación fluía con risas y recuerdos del gran día que habían compartido. Sin embargo, también había un aire de emoción por lo que venía.

—No puedo creer que ya haya pasado un año —dijo Carla mientras removía su café—. ¡Mira cuánto hemos crecido!

Lucas asintió, sacando su teléfono para mostrarles las fotos del evento. Habían creado un grupo en línea donde compartían ideas, noticias sobre el medio ambiente y proyectos en los que estaban trabajando. La comunidad se había expandido más allá de su localidad, conectando con otros grupos en diferentes ciudades.

—Hemos inspirado a tantas personas a hacer cambios —comentó Javier—. ¡Y tenemos más eventos planeados para este año!

Ana sonrió al escuchar a sus amigos hablar con tanto entusiasmo. Habían establecido talleres mensuales, recogidas de basura en parques locales y colaboraciones con escuelas para educar a los más jóvenes sobre la importancia de cuidar el planeta.

—Quiero hacer algo aún más grande —dijo Ana de repente—. ¿Qué tal si organizamos un festival de sostenibilidad? Podríamos invitar a expertos, artistas y tener actividades para toda la familia.

La idea resonó entre ellos, y comenzaron a planearlo juntos. La visión de Ana se transformó en una misión colectiva, donde cada uno aportaría su creatividad y habilidades.

Mientras el sol se ponía tras las montañas, Ana miró por la ventana y sintió una profunda gratitud. No solo había hecho amigos valiosos en el camino, sino que también había despertado una chispa en su comunidad que seguiría creciendo.

Con el corazón lleno de esperanza, supo que este era solo el comienzo de un viaje emocionante hacia un futuro más sostenible.

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" El café  de los recuerdos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora