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Ana y Lucas descendieron por el pasaje oscuro, sintiendo cómo la temperatura del aire se enfriaba a medida que avanzaban. Las paredes de la cueva estaban cubiertas de extrañas formaciones minerales que brillaban débilmente, creando un ambiente casi mágico.
—Esto es increíble —dijo Ana, asombrada por la belleza del lugar.
—Sí, parece que estamos en un mundo completamente diferente —respondió Lucas, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad.
A medida que avanzaban, comenzaron a escuchar un susurro lejano, como si el océano mismo les hablara. La luz del pasaje se intensificó y, al girar una esquina, se encontraron ante una vasta caverna iluminada por luces bioluminiscentes que flotaban en el aire.
En el centro de la caverna había un lago subterráneo cuyas aguas eran de un azul profundo y brillante. La superficie del agua reflejaba las luces como si fueran estrellas en el cielo.
—¿Qué es este lugar? —preguntó Ana, maravillada.
Lucas se acercó al borde del lago y vio algo moverse en el agua. De repente, una criatura magnífica emergió de las profundidades: era un delfín gigante con escamas iridiscentes que brillaban en todos los colores del arcoíris.
—¡Increíble! —exclamó Lucas—. Nunca he visto algo así.
El delfín los miró con ojos sabios y gentiles. En ese momento, Ana sintió una conexión instantánea con la criatura.
—Hola, viajeros —dijo el delfín con una voz melodiosa que resonaba en sus mentes—. Soy Oceánis, guardián de los secretos del océano. He estado esperando su llegada.
Ana y Lucas intercambiaron miradas sorprendidas pero emocionadas.
—¿Nos estabas esperando? —preguntó Ana.
—Sí —respondió Oceánis—. Ustedes han demostrado valentía y pureza de corazón. Han venido aquí para descubrir el poder del océano y su conexión con la vida.
Lucas sintió una oleada de emoción al escuchar esas palabras.
—Queremos aprender y proteger lo que queda de este mundo marino —dijo con determinación.
Oceánis asintió lentamente.
—Para hacerlo, deben enfrentar tres pruebas que les enseñarán sobre el equilibrio entre la naturaleza y los seres humanos. Solo así podrán desbloquear el verdadero poder del océano y convertirse en sus guardianes.
Ana sintió una mezcla de nerviosismo y emoción.
—¿Cuáles son esas pruebas?
Oceánis hizo un gesto hacia el lago.
—La primera prueba es la Prueba de la Empatía. Deben sumergirse en las aguas y conectar con las criaturas que habitan aquí. Solo entonces podrán comprender sus necesidades y sufrimientos.
Sin pensarlo dos veces, Ana y Lucas se quitaron los zapatos y se adentraron en el lago. Las aguas eran frescas pero acogedoras. Al sumergirse completamente, sintieron cómo una corriente energética los rodeaba, llevándolos a lo más profundo de su ser.
De repente, visiones comenzaron a aparecer ante ellos: imágenes de corales agonizantes, peces atrapados en redes de plástico y océanos contaminados por desechos humanos. Las emociones eran abrumadoras; podían sentir el dolor de las criaturas marinas como si fuera propio.
Ana emergió primero, respirando profundamente mientras las lágrimas caían por su rostro.
—No puedo creer lo que he visto... —murmuró mientras Lucas salía detrás de ella, visiblemente afectado también.
—Es devastador... debemos hacer algo al respecto —dijo Lucas con firmeza.
Oceánis apareció junto a ellos en la orilla del lago, sus ojos llenos de comprensión.
—Han pasado la primera prueba porque han sentido empatía por aquellos que no pueden hablar por sí mismos. La segunda prueba será la Prueba del Valor. Deberán enfrentarse a sus propios miedos para ayudar a proteger lo que aman.
Ambos asintieron; sabían que estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.
—¿Qué debemos hacer? —preguntó Ana con determinación.
Oceánis sonrió levemente antes de señalar hacia una oscura caverna al otro lado del lago.
—Allí encontrarán lo que más temen... pero recuerden: solo juntos podrán superarlo.
Tomados de la mano nuevamente, Ana y Lucas miraron hacia la caverna oscura y se adentraron en lo desconocido...
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" El café de los recuerdos"
Fiksi Ilmiah**Descripción:** En un pintoresco pueblo, "El Café de los Recuerdos" es un refugio donde los aromas del café recién hecho y los pasteles horneados atraen a los lugareños y viajeros por igual. La dueña, Ana, es una mujer amable y observadora que ha c...