** parte 25 **

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Los días pasaron rápidamente mientras Ana, Lucas, Carla y Javier organizaban la Fiesta de la Naturaleza. Con cada reunión, su entusiasmo aumentaba, y pronto el evento comenzó a tomar forma.

Decidieron que la fiesta tendría varias actividades: un taller de reciclaje, una caminata guiada por el bosque, juegos al aire libre y una exposición de fotos tomadas por los niños durante el último campamento. Además, invitarían a expertos en conservación para que compartieran sus conocimientos.

El día de la fiesta llegó, y el bosque estaba lleno de vida. Las risas de los niños resonaban entre los árboles mientras corrían de un lado a otro. Ana había preparado un gran cartel que decía "¡Bienvenidos a la Fiesta de la Naturaleza!" decorado con dibujos de animales y plantas.

La primera actividad fue el taller de reciclaje. Carla se encargó de enseñar a los niños cómo hacer manualidades con materiales reciclados. Con botellas de plástico, latas y papel, los pequeños crearon hermosos objetos que se llevarían a casa como recuerdo.

Mientras tanto, Lucas guiaba a un grupo en una caminata por el bosque, señalando diferentes plantas y explicando su importancia en el ecosistema. Los niños estaban fascinados al aprender sobre las especies nativas y cómo podían ayudar a protegerlas.

Javier organizó juegos al aire libre que fomentaban el trabajo en equipo. Uno de ellos era una carrera de relevos donde cada equipo debía recoger basura del suelo antes de pasar el testigo. Fue increíble ver cómo todos se unieron para limpiar el área mientras se divertían.

La tarde avanzaba y llegó el momento más esperado: la exposición de fotos. Ana había colgado las imágenes en cuerdas entre los árboles, creando un hermoso recorrido visual del campamento anterior. Los niños admiraban las fotos con orgullo, compartiendo historias sobre lo que habían aprendido.

A medida que caía la noche, encendieron fogatas alrededor del área central. Todos se reunieron para disfrutar de un merecido descanso después de un día tan activo. Ana tomó la palabra para agradecer a todos por su participación y esfuerzo.

—Hoy hemos demostrado que juntos podemos hacer una diferencia —dijo Ana con una sonrisa—. Espero que sigamos trabajando juntos para cuidar nuestro bosque.

Los aplausos resonaron entre los árboles mientras todos celebraban lo logrado. Luego, Javier propuso hacer una promesa colectiva: cuidar siempre del bosque y comprometerse a realizar actividades mensuales para mantenerlo limpio y saludable.

El compromiso fue recibido con entusiasmo por todos los presentes. En ese momento, sintieron que no solo eran amigos; eran parte de algo más grande, un movimiento por la conservación.

La noche continuó con historias alrededor del fuego, risas y canciones improvisadas bajo las estrellas. Cada uno sintió en su corazón que este era solo el comienzo de una hermosa aventura juntos.

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" El café  de los recuerdos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora