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— ¡No voy a ir! ¡me niego! — Una azabache estaba sosteniendo a Satoru por los brazos para que no huyera de la situación

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— ¡No voy a ir! ¡me niego! — Una azabache estaba sosteniendo a Satoru por los brazos para que no huyera de la situación. Esta rueda los ojos.

— por la mierda Satoru, sos un adulto, no podes sufrir por un ex que te dejó en tu adolescencia — Utahime ya se estaba cansando de sostener el peso muerto del omega y miraba con cansancio a los otros en la habitación.

Allí estaban Yuuji, Shoko y Sukuna, junto con otras personas subiendo cosas a los autos para ser llevados a la sesión de fotos programada.

— Toru, en algún momento te lo ibas a volver a encontrar — Shoko y Utahime ya estaban acostumbradas a los berrinches del peliblanco.

No por nada llevaban trabajando para los Itadori desde hace años.

— ¡pero no pensé que tan pronto! — Sukuna rió.

— me parece que vamos a llegar tarde a la sesión... — con una liga para el cabello ató su largo pelo en un rodete algo rápido y caminó hasta su manager. — vamos sato, cualquier cosa le pegamos una patada en los huevos los dos — pasó su brazo por los hombros del chico y caminaron hasta la salida.

La influencia que tenía Ryomen sobre cualquier persona se notaba a leguas de distancia.

Megumi tenía en sus brazos dos cajas que le duplicaban en tamaño, tratando de caminar hasta el estudio

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Megumi tenía en sus brazos dos cajas que le duplicaban en tamaño, tratando de caminar hasta el estudio.

Hace unos minutos atrás le habían ofrecido ayuda para llevar los empaques pero quiso ser independiente por una vez en su vida.

Mentía. No quería ser independiente nunca más.

Si hubiera un animal que lo representara en esos momentos, sería un perrito pug con asma.

Dejó las cajas en el suelo y jadeó por aire. — nunca más... — el omega observó a su manager estar sentado frente a una computadora.— ¿me explicas por qué mierda no hay un ascensor en este edificio? — Geto lo miró.

— ¿Será porque solo subiste un piso?

De verdad tenía que ponerse a hacer algo o iba a morir a sus treinta.

— Ryomen ya llegó, ve a recibirlos porfavor — rodó los ojos y se encaminó nuevamente a la entrada del edificio, de donde se estacionaron frente suyo dos autos de color negro blindados.

De allí bajaron cuatro personas del primer auto, dos mujeres de alto porte, una azabache y otra castaña. Detrás de ella caminaban los mellizos.

Megumi hizo contacto visual con la chica, ambos se sonrieron y la pelirosa se acercó a saludar.

— Hola Megumi, un gusto conocerte — la omega portaba un vestido negro corto de tirantes que hacían relucir sus facciones pálidas, combinadas con su maquillaje natural con delineado. Saludó al streamer con un beso en la mejilla, como solían hacer.

— el gusto es mio Ryomen, — dirigió su vista al chico que estaba al lado de ella. — ¿sos Yuuji verdad? — este asintió y estrecharon sus manos. — es un gusto

— el gusto es mio Megumi

Ingresaron al edificio, mientras el streamer iba explicando que cosas iba a modelar la oji rubi, quien cada vez se veía más emocionada por posar.

La merch que iba a promocionar eran perfumes y ropas. Todo con diseños inspirados en Fushiguro.

Incluso se les regaló una caja de estos a cada uno, como agradecimiento.

Toda la ropa era de seda y algodón, cómoda y cálida al tacto. Los buzos en su lado izquierdo llevaban impreso la figura de un lobo que variaba del color dependiendo que sudadera comprabas.

Los gorros llevaban también unas patitas de perro y los perfumes olían frescos. Perfectos para la época del año en el que estaban.

— creo que mi perfume favorito es el de shiro — dijo la mujer agarrando en sus manos el frasco de la fragancia que tenia forma de un rayo, color azul transparente, dejando visualizar el líquido en su interior.

— ese fue uno de los primeros que hicimos, puedes llevártelo si quieres — Apuntó Fushiguro y Sukuna sonrió.

— ¿¡enserio!? — el ojiverde asintió.

— Ryo, no te estés llevando cosas que no puedes — advirtió su hermano y ella solo le aventó una caja que estaba por ahí en el suelo.

— ¡Megumi me dijo que podía!

— no te pongas celoso, también puedes llevarte uno — le extendió uno de los frascos con una sonrisa burlona.

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¡por un like! #1 | itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora