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— ya le escribí a Kugisaki — avisó Sukuna acostada en la cama de su hermano, este estaba en la computadora con la pagina web de una tienda online abierta

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— ya le escribí a Kugisaki — avisó Sukuna acostada en la cama de su hermano, este estaba en la computadora con la pagina web de una tienda online abierta.

— tenemos suerte que ella siempre acepte acompañarnos a estas cosas — habló haciendo click en varias prendas de ropa.

— espero que a papá no se le ocurra decir que yo tengo que llevar a alguien...

— puedes llevar a Mai

— no lo aceptaría — Yuuji giró su silla.

— ¿lo dices por ella o por papá?

— por papá — bajó su teléfono y lo dejó sobre su estómago. — no va a aceptar que su única hija mujer salga con otra mujer

— pero si él—

— no, Yuuji, él tiene una imagen mía que no soy yo, piensa que soy la hija perfecta cuando no estoy ni cerca de serlo y si le llego a decir que me gusta una mujer me matará — reveló y el pelirosa se levantó para sentarse a su lado. — no soy tan valiente como vos para enfrentarlo y decirle mi orientación sexual, no quiero romper lo único que me une a nuestro padre — dijo abrazando sus piernas, su hermano la atrajo en un abrazo.

— Ryo, en algún momento se lo vas a tener que decir — de sus ojos rubí salieron lagrimas. ¿hace cuanto que no podía llorar?

— no quiero que llegue ese día, quiero solamente amar a alguien sin fingir algo que no soy — su voz salía entre hipidos.

— te lo vuelvo a repetir — dijo secando las lagrimas que salían de los ojos de su melliza. — si vos en algún momento decidís empezar con algo que te gusta, no dudes en decirme y estaré para apoyarte en lo que necesites — le dedicó una sonrisa y Sukuna asintió también sonriendo.

 — si vos en algún momento decidís empezar con algo que te gusta, no dudes en decirme y estaré para apoyarte en lo que necesites — le dedicó una sonrisa y Sukuna asintió también sonriendo

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Y eso fue lo que hizo Sukuna los siguientes días.

Empezó a buscar cosas que le gustarían hacer. Pensó en el arte, pero no terminaba de llamarle la atención.

¿La cocina? no le gustaba cocinar, ellos tenían cocineros personales que les preparaban la comida a la hora que quisieran.

¿Algun deporte? Cree que una animal tenía más posibilidades de jugar un deporte que ella.

La búsqueda se le estaba complicando y todo el dolor de cabeza solo hacia que quiera huir por el camino mas fácil; seguir haciendo lo que su padre quería.

Llevó el cigarrillo a sus labios e inhaló. La puerta de su habitación fue golpeada y rápidamente apagó el tabaco y tiró perfume para esconder el olor,
agitó también sus manos para quitar el humo.

Caminó a la puerta y la abrió encontrándose con jin parado fuera de esta.

— ¿Pa?

— Ryo, hija mia — abrazó a la chica y esta no supo como reaccionar, antes de que lo haga el hombre la soltó. — venía a preguntarte a quien ibas a llevar para la cena de pasado mañana

Su peor pesadilla se había vuelto verdad.

Estuvo pensando demasiado esos días que olvidó el evento de su padre.

— ah, si tengo a alguien — mintió sonriendo.

— ¿Quien es el afortunado? — pregunta también sonriendo, sorprendido que su hija por fin se dignara a presentar a alguien.

— ¿e-eh? ah... se llama — pensó. — Megumi... Fushiguro — quiso golpearse cuando se dio cuenta de lo que dijo.

— me alegra que hayas conseguido a alguien Ryo, espero conocerlo esa noche — la pelirosa asintió y su padre se retiró luego de eso.

Minutos después salió de su habitación corriendo hasta la de su hermano, quien estaba acostado mirando una película. Yuuji la miró confundido.

— acabo de mandarme una cagada muy grande

— suelta la sopa

Yuuji no estaba preparado para la respuesta.

— casualmente dije que mi invitado para el evento de papá era Megumi — su mellizo se sentó recto en la cama.

— ¿Qué? – creyó haber escuchado mal.

— ya sé que la cagué, pero ahora necesito que me ayudes a meterlo al evento sea como sea — rogó caminando hacia él.

Por la mierda.

Le metían mucha presión

Le metían mucha presión

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