Vientos de Abril 🤎 Completa ✅

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Holaaaa!!! Ya traje capítulo y no puedo creer que llevamos 200 K de lecturas! Esto es gracias a ustedes que le dan tanto amor a la historia. Lxs quiero🤎🤎🤎

Este capítulo tendrá parte II #Miedo. 

Recuerden preparar esa estabilidad para los últimos capítulos. Atte. Lía :D

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El otoño está por terminar y se lleva con él unas cuantas cosas... 🍂

Nicolás Meyer 

Pospuse la alarma para dormir 5 minutos más. 

Kim Harrison

Estaba tan nerviosa por mi primer día de clases que, cuando logré quedarme dormida, sonó mi alarma. (El gallo)

Nicolás Meyer 

Pospuse la alarma nuevamente. 

Confieso que me quedaba dormido de inmediato. Me acurruqué con una sonrisita, adorando la sensación. Sin embargo, sentí que alguien me jaló de los pies y abrí los ojos de par en par, intentando aferrarme a las sábanas. 

—¡Qué carajos! 

—¡Nicolás! —exclamó mi abuela, lo que me obligó a despertar del susto con un dolor de cabeza espantoso—. ¿Piensas perderte tu primer día de universidad solo por unos minutos de sueño? 

—Son sacrificios que estoy dispuesto a tomar, abuela. —Me fregué los ojos. 

—Solo vístete y luego baja a desayunar. Los cocineros han preparado un banquete. Ahora iré a despertar a tu hermano que duerme como oso panda. 

Me levanté con pocas ganas y me fui a la ducha. Antes de ingresar, me tomé una fotografía donde también se me veía el abdomen y se la mandé a Kim para que empezara bien el día.

Luego abrí la puerta y Kant pasó corriendo por el pasillo porque la abuela le quería pegar con la chancla. Al reír, salí perjudicado porque me empezó a perseguir a mí. 

Kim Harrison. 

Papá se había levantado a las 5 de la mañana para hacernos el desayuno. Prendió la chimenea y nos preparó chocolate caliente acompañado de unas tostadas crujientes con mantequilla. Kass, por un lado, ya estaba arreglada y maquillada; y yo... yo aún intentaba asimilar que me había levantado temprano. 

—Hoy es un día especial. —Papá nos dio un beso en la cabeza cada una y luego se sentó frente a nosotras—. Mi futura doctora al fin va a su primer día de clases. Por favor, cariño, titúlate luego para que me achiques el estómago. Esto de la dieta me está superando. 

—Ni siquiera has ido a la nutricionista, papá. 

—Me prohibió las tortillas la muy desgraciada. 

—Te dijo que comieras la porción, no las cinco que te comes diario. 

—Pff, la porción no me llena ni una tripa. 

Con Kass nos miramos y negamos con la cabeza con una sonrisita cómplice. 

—¿Y tú, Kassi? —Papá la miró, esparciendo la mantequilla sobre el pan—. ¿Has pensado qué vas a estudiar?