24

4.4K 548 236
                                    

Holaa! disculpen mi desaparición, nadie me dijo que iríamos para el campo y mi internet estaba de horrores que no pude responder ningún mensajito. Y sí, intenté subirme a un arbol, pero andaba re tiesa kajskdj 

Bueno, lo otro es que quería desearles una feliz navidad atrasada. Yo lxs adoro a cada uno de ustedes que disfruta y espera la novela (menos a Mateo del grupo de Whatsapp) 

¿Les cuento algo? Le tiré un hueso a un perro mientras comíamos asadito y llegaron como diez a pelearse el hueso y mi familia tuvo que arrancar pq los perros se pusieron a pelear debajo de la mesa kajdskajdksj 

Ok, comencemos con la lectura :D 

24

UNA SUTIL DESPEDIDA

—¿No trajiste condón? ¿Es en serio?

—¡Me dijiste que necesitabas ayuda con el gallinero! ¡Hasta traje una cajita con herramientas!

—Pero... ¡Pero estamos solos en casa! —exclamé, tomando del cuello a Nico. Estaba sobre mí, en mi cama.

—¿Y hay alguna farmacia cerca? —Me besó.

—Uhm... Sí, pero atiende mi tía.

—Vamos, tu tía debe tener hijos, ¿no? —Me dio otro besito.

—Tiene... diez.

—¿¿Y se va a sorprender si compramos un condón??

Tenía razón, no era para tanto; pero la veterana María era terrible. Luego de salir de la iglesia se juntaba con sus amigas en el granero. Se decía que los chismes que se guardaban eran de otro mundo. Casi para romper varios matrimonios. Con Kass íbamos a escuchar detrás de las pilas de heno, pero dejamos de hacerlo cuando supusieron que mis caderas se ensancharon por... ya se sabe qué. Le dijeron a papá que yo ya "andaba en malos pasos", para que me vigilara.

Por suerte, papá solo se echó a reír y les dijo que se preocuparan de su propia vida.

La cosa es que, por suerte, la veterana María no estaba en la farmacia comunitaria; sino su nieto, Billie zanahorio, quién no dejaba de mirarnos con un rostro pícaro.

—¿Tarde de pasión, eh? Qué afortunados son algunos.

—¡Solo véndemelos antes de que entre más gente! —mascullé y miré hacia atrás.

—Se van a enterar de igual forma, Kimchi, siempre hay una vieja mirando. 

—Solo... apúrate antes de que llegue todo el maldito rancho. 

Dijo que bien, y fue a buscar a la bodega, demorándose una eternidad.

Para mi horror, Nico rompió el silencio de la manera más rara:

—¿No tendré que competir con Robert Pattinson hoy, verdad?

Le di un empujoncito en el hombro, divertida, y él soltó una risita rasposa. Recorrió su brazo alrededor de mi cuello y me besó en la frente.

—Odioso.

—Pero soy tu odioso.

—Ando con la lencería italiana. —Le guiñé el ojo.

—¡Hey! —Nico se asomó hacia el mesón y gritó hacia la bodega—. ¡Necesitaremos varias cajas!

—¡Cállate, Nico! —Le tapé la boca con la mano, riendo.

Vientos de Abril 🤎 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora