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Hoy presentamos: alboroto en la granja
Nicolás Meyer
Se me escapó una sonrisa mientras ella hablaba a una velocidad alarmante.
—Tenía unos días de retraso cuando me fui de viaje, pero no le tomé mucha importancia, creí que era estrés, pero luego..., luego me empezaron a sangrar las encías y aún tengo dolor en la nariz. Son síntomas algo raros, pero pasan y... —Al fin se dignó a coger un poco de aire—, y creo que estoy esperando un mini jefecito.
Volví a sonreír, y no sabía si era por nerviosismo, sorpresa o simplemente estaba malditamente encantado.
—¡Deja de mirarme así y dime algo!
—¡Cálmate! —Me rasqué la nuca un poco fuera de sí—. Cálmate. Lo que pasa es que estoy feliz, ¿vale? Es eso.
—¿Estás... feliz?
—No te imaginas cuánto, Kim.
Ella me miró directamente a los ojos, perpleja, vulnerable. El goteo de la lluvia ahora era sereno, tranquilo y armonioso. Kim bajó la vista hacia el test de embarazo y se le formó una pequeña sonrisita ladina, casi imperceptible.
—Y a ti... —continué, buscando sus ojos nuevamente—, ¿te agrada la idea? ¿Qué pasa si sale positivo?
—Bueno... Yo siempre he querido ser mamá.
—Y yo no sabía que quería ser papá hasta que me enamoré de ti.
—Lo dices porque quieres hacer un ejercito de tenistas, Nicolás.
—Ajá, y pelirrojos. —Le guiñé el ojo.
Kim soltó una risita encantadora.
—No es algo fácil —añadió como si fuese un desafío.
—Lo sé... —asentí—, pero si llega a salir positivo y ambos estamos de acuerdo... Entonces podríamos pensar en comprar la cuna y los cascabeles.
Sonreímos con complicidad.
—No nos adelantemos por ahora, ¿sí? Hasta hacerme el test. No quiero que papá se entere y se le ocurra salir a perseguirte con escopeta y todo.
Se me fue la sonrisa del rostro.
En ese momento Kim guardó rápidamente el test cuando Rai abrió la puerta de la casa y salió a recibirla. Quedamos en no mencionar el tema durante la cena. Kass y Rai carcajeaban contando algo que les pasó con la granja, Andrea miraba su tenedor, apoyando la barbilla en la mano. Con Kim no prestamos mucha atención a la historia, solo suspirábamos y nos sonreíamos, nerviosos.
—Andrea... —habló Kim luego de beber su jugo de naranja—. ¿Te pasa algo?
—La verdad, sí. Hice una estupidez.
—No existen las estupideces, solo las experienc...
—Fui a ver a Carla —interrumpió a Rai.
—Ah, sí fue una estupidez.
—¡Papá!
—Perdón. —Rai carraspeó—. Continua, sobrinita.
—Bueno... Fui a verla a su lujosa tienda de ropa. Y es que ni siquiera sé por qué hice eso, sigo buscando a alguien que claramente ya no quiere nada conmigo.
—¿Y qué le dijiste?
Ella chasqueó la lengua, como si le hubiera dicho algo muy absurdo y vergonzoso.
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Vientos de Abril 🤎 Completa ✅
RomanceKim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.
