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¿Quién se apunta a ir a visitar a Nico a la cárcel? kakjkjd 

No dejaré nota de autora porque me van a putear. 

Bueno, vamos a leer🤎

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Las exigencias de Nico en la cárcel

Nicolás Meyer

Kim se bajó de la camioneta alzando los brazos. Su cabello cobrizo se movía con el viento y sus ojos aterrorizados se clavaron en mí cuando comenzaron a esposarme. 

—Nicolás Meyer, queda detenido por lavado de dinero y evasión de la ley. Tiene derecho a guardar silencio y a hablar con un abogado.

Me empecé a desesperar cuando uno de los oficiales se acercó a Kim. Ella los miró con incredulidad y a la defensiva. Sin embargo, en un movimiento rápido, también la pusieron contra la camioneta y la esposaron.

—Kim Harrison, queda detenida por obstrucción a la justicia. Tienes derecho a guardar silencio y a hablar con un abogado.

—¿Qué? Ella no tiene nada que ver aquí. —Empecé a forcejear—. Ella no hizo nada, así que quítale tus putas manos de encima sino quieres una demanda.

—Si no hizo nada, tendrá que explicárselo al juez.

He aquí donde necesitamos las chanclas de Kim.

Nos llevaron al carro policial y nos sentaron en la parte de atrás. Fue una detención extraña; estábamos rodeados de patrullas y motos policiales. Se sentía como si fuésemos criminales tan peligrosos que necesitaban ser custodiados por mucha gente. No era tan así, digo, no por mi lado; tal vez por el de Kim, que era capaz de dar sus buenos puñetes.

Punto aparte, sabía que la detención llamaría la atención inmediata de los medios de comunicación. Todo el mundo iba a hablar de mi supuesta sinvergüenzura con el dinero. Y claro, tendría a mucha gente en mi contra. No entendía por qué, si según mi abuela yo era un poco distraído para hacer una cosa así. (Solo un poco).

Como lo juzgan a uno.

—Bien —el policía con corte de escobillón se subió a la patrulla y prendió el motor—, ¿alguna pregunta antes de que lleguemos?

—¿Dan almuerzo? —preguntó Kim.

—No.

—¿Y mis derechos?

—¿Tal vez se terminan cuando rompen la ley y se las dan de criminales por la vida? —dijo el policía con un tono evidente—. Por cierto, dime una cosa: ¿Es verdad que tenías al hijo del candidato en tu casa?

—¿Y para qué querría yo tener a mi jefe en mi casa si en vez de pagarme me regaló una gorra de la empresa? 

—¿No le pagabas a tu novia? —Escobillón me miró por el espejo retrovisor.

—No soy su novia —contestó Kim.

—Cómo que no. 

—Pues no, no me lo has pedido.

—En mi mente ya eras mi esposa.

Vientos de Abril 🤎 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora