Holaa! Déjenle un corazoncito a Fernandita 🤎🤎🤎
30
Páginas incompletas
Tres años después...
Nico estaba a un punto de ganar uno de los torneos internacionales de tenis más importantes del país. Fernanda y yo nos encontrábamos en los primeros puestos, junto a las vallas publicitarias. Ambas llevábamos una camiseta blanca con el apellido Meyer en letras celestes, un jockey del mismo color y nos habíamos hecho la misma trenza espiga.
—¡Esho, papá! ¡Tú p-puede!
Nico se había mojado el cabello con su botella de agua. Estaba ruborizado, algo agitado y, sobre todo, concentrado. Se pasó una mano por la frente antes de tomar la pelota y avanzar hacia su posición.
—¿Papi va a ganar, ve-eda, mamá?
—Esperemos que sí, tengamos fe.
—Esho, vamosh, vamosh. —Fernanda apretó los puños y cerró los ojos con esperanza.
—¡A solo un punto de que Nicolás Meyer se lleve la victoria! —exclamó el comentarista. El público y su fan club estallaron en aplausos. Era una locura; el estadio estaba repleto, y ni hablar de todas las personas que lo estaban viendo por la televisión. Todo lo que había logrado a lo largo de los años era increíble. No podía estar más orgullosa de él.
Y entonces, Nico le dio un par de botes a la pelota y sacó... Su rival era ágil y devolvió la pelota rápidamente. Fernanda y yo seguíamos el ritmo. De allá para acá, de acá para allá. Las zapatillas emitían un chirrido sobre el suelo y el murmullo proveniente de las gradas me erizaba la piel. Dios, ambos jugaban casi a la misma sintonía.
Pero Nico no era de los que disminuía su nivel si se veía en peligro, al contrario, en un movimiento ágil, corrió y estiró tanto su raqueta que cayó al suelo; sin embargo, alcanzó a lanzar la pelota con todas sus fuerzas y logró pasar la red. Todos lo vimos, como si hubiese ocurrido en cámara lenta, que pasó la línea y... ¡Y le dio el triunfo!
Grité tanto que casi me desgarré la garganta. Exploté en alegría. ¡Nico había ganado! ¡Era campeón internacional! Tomé en brazos a Fernanda y nos abrazamos mientras todos chillaban de felicidad en las gradas.
—¡Ganó! ¡Papá ganó, mamá!
—¡Sí, tu papá es campeón!
—¡Shii!
Nico le dio un apretón de manos a su rival y chocaron sus hombros. Antes de que le dieran el trofeo, se tomó la licencia de correr hacia nosotras. Se acercó a las vallas publicitarias y Fernanda le estiró los brazos; él la recibió con una enorme sonrisa. Con su otra mano, me rodeó el cuello y me besó con alivio, con felicidad.
—¡Sabía que ganarías! —dije elevando un poco el tono de voz por el bullicio.
—¡Yo también lo sabía!
Lo empujé por el hombro, riendo.
—¡Presumido!
Nico también esbozó una amplia sonrisa divertida y le dio a Fernanda un cálido beso en la mejilla.
—¿Cómo jugó, papá?
—Etupendo, papi.
Y lo abrazó por el cuello.
Nico la bombardeó con besos en la cabeza hasta que me la entregó y fue a recibir su premio. Era una copa dorada, grande, que elevó frente a todo un estadio.
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Vientos de Abril 🤎 Completa ✅
RomanceKim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.
