Capítulo final, dejémosle un corazoncito final a nuestra Samantha 🥹🤎
No olviden que falta el epígolo
33
ES HORA DE TERMINAR EL LIBRO
¡Se da sus merecidas vacaciones! Nicolás Meyer es elegido jugador del año. El hijo del presidente suma otro logro en su carrera. Meyer afirma que luego llevará de gira a los niños de su fundación.
Kim Harrison, ¡la doctora adorada por la comunidad rural! Luego de que vecinos reclamaran la falta de doctores a sus alrededores, aparece Harrison, quien lucha contra viento y marea para atender a sus pacientes. La doctora afirma que se está trabajando para que lleguen más insumos a la zona y así brindar un mejor servicio, sobre todo en niños y adultos mayores, ganándose el respeto de toda la comunidad.
Nicolás Meyer
—Papá, ¿me das dinero para comprar helado?
A uno le encuentran cara de banco.
Sentado en la silla de playa, saqué la billetera de mi bolsillo y le estreché un billete a Fernanda.
—Ten, y cómprale a Miles también.
—¿Y nos podemos comprar unas paletas de ping pong? Quiero mostrarle a Miles que juego como tú me enseñaste.
Esa es mi Fer.
—¿Lo ves? —Me giré hacia Kim que también estaba reposando en una silla de playa—. Te dije que tendría un mini ejército de tenistas.
—Mi hermosa hija va a jugar hermoso. —Kim le lanzó un beso y Fernanda se lo devolvió.
Abrí mi billetera y le estreché otro billete. Fernanda, con una enorme sonrisa, se fue corriendo por la arena a jugar con el hijo de Carla.
Pero eso no era todo, porque frente a nosotros, los gemelos estaban intentando armar un castillo de arena con una base de plástico. Ambos amontonaban arena mojada con mucha concentración y la arrastraban hacia el balde. Tenían tres años y eran inseparables; y pese a que vivían discutiendo y agarrándose de las mechas, Dylan era muy protector con Paris.
Todo iba tan bien que me entretenía verlos, sin embargo, se me fue la sonrisa cuando, de la nada, Paris le agarró con fuerza el cabello rubio de Dylan y Dylan hizo lo mismo con el cabello pelirrojo de Paris.
—Shueltame y te shuelto —amenazó Paris con las manos empuñadas.
—¡Tú te... te comi'te mi pastel del refri! —exclamó Dylan jalándola más fuerte.
—¡Y qué! Taba rico y no me arrepiento de nara.
Vale, lo del pastel fue hace un año y Dylan aún estaba resentido.
Dylan era nuestro pequeño rubio de ojos azules que amaba el tenis. Íbamos a jugar todos los fines de semana y ya mostraba un nivel más avanzado que los niños de su edad. En el jardín era tan sociable que todos los días llevaba un grupo de amigos a las canchas para jugar con ellos. A veces incluso se escapaba de su sala para ir a conversar con los del otro curso.
Paris era más explosiva, pero tierna e ingenua a la vez. A nuestra segunda pelirroja le encantaba jugar y hacer bromas para alegrarnos el día. Solía esconderse de nosotros y la delataba su risita traviesa. Por lo general, amaba ir a cocinar con Rai. Llevaba su delantal y su gorrito de chef para ponerse manos a la obra.
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Vientos de Abril 🤎 Completa ✅
عاطفيةKim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.
