capitulo 42

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Gema

Terminó de vestirme antes de darme un vistazo en el espejo el traje de color negro se acentúa muy bien a mi figura, debo ir a la central.

Los últimos días eh estado viviendo sola como al principio cuando llegue a londres, emma se mudo con max y papá ahora pasa más tiempo en la isla.

Tomo mi bolso y bajo las escaleras para ir a mi auto, Bea se acerca dándome un beso en la mejilla al ver que me voy.

-volvere en la noche- le aviso.

Asiente y salgo de la casa para subir al auto mi chófer conduce hasta la central ambos vamos en completo silencio.

Salgo del auto poniéndome mis anteojos, entro al edificio hoy es mi primer día como maxima jerarca de la femf, levanto la mano para devolverle el saludo a alexa quien esta con sus amigas quien no dejan de mirarme.

Voy hasta mi nueva oficina saludo a Kevin cuando lo veo, por supuesto que el iba a ser mi secretario, odio a los extraños no iba a aceptar a otro.

-Buen día ministra- me saluda.

-Buen día Kevin- le devuelvo el saludo.

Entro a mi oficina, y me gusta la decoraron como la quería, cambie todo Ah mi gusto.

Reviso los documentos y todo con respecto a la próxima misión que tendrá la elite, el entrenamiento de los capitanes hacia los soldados y también me pongo al tanto sobre los hospitales de las centrales.

En la próxima semana tengo una reunión con el presidente de Rusia y de Alemania, mis días se basan en trabajar constantemente dejando de lado mi familia.

Cuando terminó Me dirigió a la sala de reuniones de la FEMF con una presencia que imponía respeto. Como ministra y máxima jerarca de la organización, había ganado una reputación de liderazgo firme y decisión inquebrantable. El silencio se hizo en la sala mientras tomaba mi lugar en la cabecera de la mesa de conferencias.

Las pantallas de la sala mostraban datos y mapas sobre las operaciones en curso. A un lado de la mesa, los altos mandos de la FEMF esperaban con expresiones serias. General gauna, tomó la palabra, visiblemente enojado.

-Ministra Lancaster, tenemos una situación crítica que reportar - dijo  con voz firme.

frunci el ceño. Sabía que en el mundo de la política y la seguridad, los problemas podían surgir en cualquier momento, pero esperaba que las noticias no fueran tan graves.

-¿Qué sucede, general?-

Ajustó su arma y se inclinó hacia adelante.

-Antoni, ha sido liberado de su custodia por la teniente James-

Las palabras me  impactaron como una descarga eléctrica. Antoni era un peligroso criminal cuya captura había requerido una operación meticulosa. Su liberación significaba que Londres podría estar en peligro inmediato.

-¿Cómo pudo suceder esto?- exigi con tono cargado de furia contenida- ¿Qué demonios estaba haciendo la teniente James para permitir una brecha de seguridad tan grave?-

El teniente Collins bajó la mirada, claramente incómodo.

+La teniente James alegó que recibió órdenes superiores para trasladar a Antoni a una ubicación de máxima seguridad, pero en el proceso, hubo un fallo en la coordinación. Antoni logró escapar durante el traslado-

Me levantó abruptamente, su silla chocando contra el suelo con un estruendo. La tensión en la sala aumentó a medida que su ira se hacía evidente.

-¿Órdenes superiores?- preguntó con desdén - Desde cuándo cualquier orden justifica una liberación de un criminal peligroso, y aún más, una que compromete la seguridad nacional. ¿Dónde está la teniente James ahora?-

-Está en proceso de ser localizada- respondió lewis - Ella está siendo interrogada, pero no hemos podido contactarla aún-

Comienzo a caminar de un lado a otro, mis pasos resonando en la sala. El rostro de mis soldados mostraba inquietud ante la intensidad de mi enfado.

-Esto es inaceptable- dige con firmeza- Exijo una investigación completa sobre este incidente. La teniente James debe ser responsabilizada por su negligencia, y necesitamos recuperar a Antoni-

-Sí, ministra- respondieron todos -

-Iniciaremos una revisión exhaustiva y movilizaremos todos los recursos necesarios para localizar al mascherano- aspecta Christopher.

Asinti, mi mente ya en acción para mitigar el desastre que se avecinaba. Al salir de la sala, el peso de mi responsabilidad se hizo más evidente. Cada decisión que tomara ahora sería crucial para preservar la paz y el orden en la ciudad.

En mi oficina, Me sentó frente mi escritorio, con la mirada fija en los mapas de Londres desplegados frente a mi. La liberación de Antoni no solo era una falla de seguridad; era un recordatorio brutal de los peligros constantes a los que se enfrentaba en mi rol.

De repente, la puerta de la oficina se abrió de golpe. El viceministro Morgan, con el rostro tenso y una expresión que no logro descifrar, entró sin ser anunciado. Y levantó la vista, sorprendida.

-Christopher, ¿qué haces?- preguntó, mi tono aún cargado de estrés.

Morgan cerró la puerta detrás de él y se acercó con pasos firmes. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de enojo y algo más profundo, algo que  había notado en él durante un tiempo.

-No puedo permitir que continúes rechazándome - dijo Morgan, su voz firme pero cargada de emoción contenida.

Me quedó en silencio, sin saber cómo responder. Había sentido la tensión entre nosotros, pero nunca esperó que llegara a este punto. Antes de que pudiera reaccionar, se inclinó hacia a mi y me besó con una intensidad inesperada.

Me quedó paralizada por un momento, sus pensamientos abrumados por la sorpresa y la confusión. El beso, aunque inesperado, era una declaración clara de sus sentimientos. Cuando finalmente nos separaron, ambos respiraban con dificultad.

-Christopher, esto... - empeze a decir, pero me detuve al ver la mirada decidida de Morgan.

-No quiero ser solo una distracción en tu vida, Pero no puedo soportar ver cómo te alejas sin intentar decirte cómo me siento. Estoy aquí para ti, para apoyarte en todo, no solo como viceministro, sino como alguien que se preocupa profundamente por ti- soltó.

Senti una mezcla de emociones mientras miraba a Morgan. Sabía que tenía que lidiar con el caos que se avecinaba, pero también no podía ignorar la conexión que sentía con él. Aún así, el peso de sus responsabilidades y el reciente fiasco con Antoni no me permitían abrirse completamente en ese momento.

-Christopher, aprecio tus sentimientos y tu apoyo - finalmente hable- Pero ahora mismo, tengo que concentrarme en resolver esta crisis. Necesito tiempo para pensar en todo esto-

Morgan asintió, entendiendo la gravedad de la situación. Se inclinó en un gesto de respeto y dio un paso atrás.

-Lo entiendo, nena haré todo lo que pueda para ayudarte, estoy a tu disposición-

Su nena causa estragos en mi.

lo miró salir de la oficina, mi mente aún tambaleándose entre el impacto emocional del beso y las responsabilidades inminentes que enfrentaba. Sabía que tendría que encontrar una manera de equilibrar mi vida personal y profesional mientras enfrentaba todo lo sucedido.

Con una profunda respiración, volvi mi atención a los mapas y documentos frente a mi, preparándome para enfrentar la crisis que se avecinaba con una determinación renovada.

-No permitiré que me jodan- murmuró- Londres necesita que esté en mi mejor forma-

Intento concentrarme pero dos hombres invaden mi mente, sus palabras calan en mi Vladimir y Christopher se están ocupando de todos mis sentidos ocupados.

Golpeo la mesa con mi palma y suspiro con pesadez, los odio, maldito underboss y maldito Morgan.

Renacida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora