Una conexión extraña que entre ellos se intensifica, revelando un amor que trasciende lo superficial y florece en un vínculo profundo y significativo. Sin embargo, uno de ellos está atado a un compromiso que lo somete a una lucha interna.
La atracc...
La vida de Jimin giraba en torno a la música. Como profesor de música, pasaba sus días enseñando a sus alumnos a leer partituras, a tocar la flauta, el piano y el violín, su pasión por la música era contagiosa, y disfrutaba cada momento que pasaba compartiendo su conocimiento. Sin embargo, había un hilo constante en su vida que lo inquietaba un poco: el interés persistente de TaeHyung.
TaeHyung era un chico encantador, lleno de energía y carisma, lo conoció en la escuela de música, donde él mismo estaba tomando clases para mejorar su técnica vocal. Desde el primer día, TaeHyung había hecho un consciente por acercarse a Jimin, aunque el apreciaba su amistad y disfrutaba de su compañía, no podía evitar sentir que el menor deseaba algo más.
Una tarde, después de una larga jornada de clases, el rubio se quedó unos minutos más en la sala de música para practicar una nueva composición en su flauta, la melodía resonaba en el aire, y se sentía en paz mientras dejaba que la música hablara por él. Pronto fue interrumpido por la risa familiar de TaeHyung al entrar al aula.
- ¡Jimin!- exclamó TaeHyung, su mirada brillando con entusiasmo- Pensaba que ya estarías en tu casa, ¿Te puedo escuchar tocar?
Jimin sonrió, aunque sintió un ligero nerviosismo- Claro, solo estaba practicando algo nuevo. ¿Te gustaría intentar tocar algo junto a mí en el piano?
La oferta era tentadora, y el rubio sabía que el menor era un buen compañero, a menudo tocaban juntos, disfrutando de la música en equipo, así que se sentaron, él detrás de la flauta y TaeHyung al piano, y comenzó a tocar la melodía que había compuesto. Era un momento sencillo, pero mágico.
Mientras tocaban, el rubio no podía evitar pensar en Namjoon, se acordaba de las conversaciones que habían tenido sobre la música y su significado en sus vidas. El castaño, siempre con su perspectiva reflexiva, podría ver el arte de una forma que lo desafiaba a pensar más allá de las notas, Jimin deseaba tener esa misma claridad en su relación con TaeHyung; anhelaba que ambos pudieran compartir su amor por la música sin que la confusión acabara arruinando su amistad.
Después de un rato, TaeHyung dejó de tocar y se volvió hacia el rubio, su mirada seria- Oye, ¿Te gustaría salir a cenar este fin de semana? Encontré un lugar que creo que te encantaría.
Jimin sintió que su corazón se paraba un segundo, era una invitación que siempre lo dejaba sintiéndose incómodo, estaba claro que TaeHyung quería algo más que solo una cena amistosa, pero para el rubio, eso era todo lo que podían ser: amigos.
- Oh, me encantaría cenar, pero tengo planes con algunos de mis estudiantes para ensayar un par de piezas este fin de semana- respondió Jimin, tratando de decirlo de la manera más amigable posible.
La desilusión en el rostro del menor se hizo evidente, y en ese momento, Jimin manifestó una vez más el eco de las palabras de Namjoon en su mente: "La honestidad es lo más importante." Así que continuó- Quizá otro fin de semana podríamos ir a tomar algo con otros compañeros, tal vez con HoSeok y YoonGi. Sabes que valoro nuestra amistad. Eres un gran amigo.
Aunque decepcionado, TaeHyung asintió con la cabeza- Siempre puedes contar conmigo, Jimin. Estoy aquí para lo que necesites, realmente lo disfruto.
La tensión entre ellos se sentía en el aire, pero Jimin seguía recordando lo que Namjoon le había enseñado: que cada amistad requiere claridad y respeto. Con esa sensación en mente, decidió que debía hablar con TaeHyung de manera más directa.
Pasaron los días y, aunque el ensayo con sus estudiantes fue productivo, el rubio no podía dejar de pensar en la invitación del menor y en cómo se sentía al respecto. Al mirar la partitura que tenía delante, sus pensamientos se llenaron de dudas y temores.
Una tarde, mientras daba una lección sobre la interpretación de una canción famosa, decidió que estaba listo para la conversación que había estado posponiendo. Necesitaba que TaeHyung supiera cuánto valoraba su amistad, pero también que sus intenciones debían mantenerse en el terreno de la amistad.
- TaeHyung, ¿podemos hablar?- preguntó un poco nervioso después de una de sus clases.
El menor asintió, su sonrisa habitual un poco más suave, como si supiera lo que venía- Claro, ¿qué pasa?- inquirió, terminando de guardar su saxofón en su estuche.
Jimin se preparó, encontrando el valor adecuado para seguir adelante- Quiero que sepas que realmente valoro nuestra amistad y el tiempo que pasamos juntos, pero también necesito que entiendas que, por mi parte, no quiero que eso se convierta en algo más. Mi cariño por ti es solo amistoso.
El rostro de TaeHyung mostró un destello de decepción y tristeza, pero esa expresión se desvaneció rápidamente- Lo entiendo, Jimin. No quiero incomodarte. Solo disfruto estar a tu lado, y si eso es suficiente, está bien para mí.
Aquel intercambio trajo alivio al rubio, aunque le dolió ver aquella expresión decaída en el rostro del menor. Sabía que había hecho lo correcto, y pronto la presión que había sentido comenzó a desvanecerse. La amistad entre ellos podría continuar, aunque se sentiría diferente, extraño.
Con el tiempo, el vínculo entre ellos se adaptó. Jimin sabía que, aunque TaeHyung seguiría siendo un amigo cercano y siempre tendría ese brillo en su interior, podía seguir siendo él mismo, un profesor de música apasionado por compartir su amor por la melodía y la armonía.
A menudo, mientras hablaban sobre música y ensayaban juntos, Jimin recordaba las conversaciones de Namjoon y cómo su amigo había abordado sus propios sentimientos de una manera tan madura. Aunque sus caminos eran diferentes, Jimin se sentía agradecido de tener a TaeHyung en su vida y de poder hablar honestamente sobre sus sentimientos.
Juntos, podrían seguir creando una linda amistad, explorando la música y disfrutando de los momentos, sin presión ni expectativa, simplemente disfrutando de la alegría que la música y la amistad les ofrecían.
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