Capítulo 17

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Tiempo


El rubio se despertó con la luz de la mañana filtrándose través de las cortinas de su habitación. Las notas del despertador resonaban en el aire, y él, con los ojos entreabiertos, parpadeó lentamente, intentando sacudirse la neblina del sueño. 

Casi dos semanas habían transcurrido desde que había visto por última vez con Namjoon. El beso que compartieron, aunque breve, seguía dando vueltas en su mente como un eco constante. Su corazón se retorcía con una mezcla de emoción y confusión cada vez que lo recordaba. Por un lado, había sentido una conexión intensa, una chispa que había estado ausente durante mucho tiempo, pero por otro lado, el recuerdo de la situación lo mantenía atrapado en su propia indecisión.

Jimin se pasó una mano por el cabello, sintiendo cómo la culpa y la tristeza se instalaban en su pecho. Durante esos días, había intentado distanciarse de sus sentimientos, de la esperanza de que el castaño pudiera reconsiderar su relación. Pero cada vez que recordaba el brillo en los ojos de Namjoon y su voz envolvente mientras hablaban, su corazón se hundía un poco más.

Se levantó de la cama y se dirigió a su cocina, pensando que quizás un buen desayuno podría ayudar a levantar su ánimo. Sin embargo, mientras esperaba que la cafetera comenzara a funcionar, su mente se desvió inevitablemente hacia el castaño y su prometido. La idea de que Namjoon había decidido seguir con él , de casarse con él, lo consumía. Después de aquel beso, había sentido que todo iba a cambiar, pero ahora la duda lo devoraba por dentro.

- ¿Por qué tiene que ser así?- murmuró para sí mismo, sintiendo la frustración haciéndose paso en su interior. El amor que sentía por Namjoon estaba ahí, clavado en él, pero la lección de la realidad lo devolvía a la tierra: no podía interferir en el compromiso que tenían, ni de lo que Jungkook representaba para él. La relación entre ellos era pura, pero también complicada y llena de expectativas, y eso, por alguna razón, le seguía sando esperanzas.

Tomó un sorbo de su café, dejándose caer contra la encimera de la cocina. La tristeza lo envolvía como una fría bruma que no podía alejarse. Sabía que la relación de NamJoon llevaba muchísimo tiempo, que era imposible que terminara de un día para otro, y eso lo hacía sentir aún más miserable. No quería ser la causa de ninguna ruptura; simplemente anhelaba lo que una vez habían compartido, sin complicaciones ni consecuencias. Pero la realidad era que al besar a Namjoon, había cruzado una línea que no podía deshacer.

Entrando en una espiral de pensamientos melancólicos, el rubio se preguntó si Namjoon había decidido dar prioridad a su compromiso. La angustia y la tristeza se agrandaron al pensar en perder lo que habían formado y que había significado tanto para él. Era como si el destino los hubiera colocado en caminos paralelos, pero sin la posibilidad de cruzarlos de nuevo.

Una vez más, el recuerdo del beso lo asaltó. La forma en que el castaño había mirado hacia sus labios antes de unirse, el roce de sus labios fue electrizante, un recuerdo que lo seguía como una sombra. Jimin sabía que ese sentimiento no era algo que podía borrar fácilmente, y eso lo inquietaba aún más.

Aunque había tratado de concentrarse en otras cosas, el dolor de la situación se manifestaba en sus rutinas diarias. Tocar música, pintar, incluso las conversaciones con sus amigos se sentían vacías. La risa de los demás sonaba distorsionada, como si todo se desarrollara en un mundo aparte.

El tiempo no se detenía, y a pesar de las semanas que habían pasado, su corazón aún anhelaba lo que podía haber sido. Se preguntó si Namjoon lo había olvidado, o si, en su mente, había optado por ignorar la conexión que habían compartido.

Con un suspiro profundo, Jimin decidió sacar algo de energía positiva de su melancolía. Tal vez lo que necesitaba era hablar con alguien, un buen amigo que pudiera ayudarlo a aclarar sus pensamientos. Salió de su apartamento y se dirigió a la universidad para impartir sus clases, sabía que aquello lo distraería un poco, aunque que fuera por unos momentos.

Mientras caminaba, su mente seguía en una batalla interna: una parte de él deseaba que Namjoon estuviera allí, que el camino se reabriera y que las oportunidades pudieran presentarse de nuevo. Pero, ¿Qué pasaría si solo acababa atrapado en una ilusión?

Era un corazón dividido, entre un compromiso ajeno y un deseo que ardía desde dentro. Mientras daba pasos firmes hacia la universidad, el rubio sabía que tenía que prepararse para la situación que podría venir, para enfrentar la realidad de lo que había sucedido en la vida de Namjoon.

Sabía que el tiempo sería su único aliado, y aunque el dolor era constante, no podía dejar que definiera el resto de su vida.

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El Amor de un Flautista |MinNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora