Capítulo 8

7 2 0
                                    


Caminar

NamJoon se sumió en un sueño esa noche, la cabeza llena de pensamientos confusos y emociones contradictorias. La oscuridad lo envolvía, pero todo cambió cuando comenzó a soñar. En su sueño, encontró un paisaje familiar: el parque donde había estado con Jimin.

La luz del atardecer transformaba el entorno en una paleta de colores cálidos. Caminaba por un sendero cubierto de hojas doradas y entre tonos de naranja y rosa, sintiendo una paz que había estado ausente en su vida diaria. Al dar un paso más, escuchó la melodía de la flauta, suave y tentadora, flotando en el aire como un aroma dulce.

NamJoon siguió la música, sus pies guiándolo sin pensar, a medida que se acercaba, reconoció la figura del flautista, estaba sentado junto al lago, su rostro iluminado por la luz suave del atardecer, una sonrisa despreocupada adornando sus labios. NamJoon sintió su corazón acelerar al ver la felicidad en los ojos del rubio.

- ¿Te gusta la música?- preguntó el rubio, bajando la flauta y mirándolo con una intensidad que lo hizo sentir expuesto y a la vez protegido.

- Es hermosa- respondió NamJoon, su tono de voz siendo suave- Me transporta a otro lugar.

- A veces, la música puede comunicarnos lo que las palabras no logran- dijo el rubio, acercándose un poco, como si hubiera un espacio secreto entre ellos que solo ambos podían percibir.

El castaño sintió un tirón en su pecho. La atracción que sentía por Jimin no se disfrazaba, era pura y despejada, como el agua del lago frente a ellos. Sin pensarlo, se acercó más a Jimin, sintiendo la energía entre ellos crecer.

- ¿Quieres probar?- preguntó Jimin, levantando la flauta- Tal vez la música pueda ayudarte a encontrar lo que sientes.

Sin saber exactamente cómo, NamJoon tomó la flauta en sus manos, sintiendo la calidez de la cercanía de Jimin. Miró a los ojos del rubio, buscando permiso, y encontró una confianza inquebrantable en su mirada, se sintió como si estuviera en la cima de una cascada, listo para lanzarse y caer en el agua.

Al comenzar a tocar, encontró que la melodía fluía con naturalidad, como si la música hubiera estado esperando surgir de su interior. Las notas danzaban en el aire, llenando el espacio con una vibración que resonaba con cada latido de su corazón, era como si la historia de sus emociones se estuviera escribiendo a medida que tocaba, con cada nota revelando un pedazo de su alma.

Frente a él, el rubio sonreía, sus ojos brillando con admiración. En ese momento, NamJoon comprendió que había una conexión que iba más allá de las palabras; era un lenguaje que solo ellos dos entendían.

Y luego, sin previo aviso, toda la atmósfera cambió. La luz dorada se volvió más intensa, y al mirar de nuevo a Jimin, las sombras comenzaron a jugar con su figura, distorsionando el paisaje. La música ya no era suave, sino que se transformó en un tumulto de acordes desentonados, llenos de angustia.

- NamJoon...- susurró el rubio, pero esta vez su voz sonaba a lo lejos, como si un gran océano se interpusiera entre ellos. El castaño sintió que las notas se volvían caóticas, y mientras miraba al flautista, su rostro se desvanecía en la distancia, atrapado entre las sombras.

- ¡Jimin!- gritó, pero su voz solo se perdía en la bruma, apretando la flauta contra su pecho mientras un profundo vacío le llenaba el alma. Se sintió impotente, atrapado en un torbellino de emociones que lo superaban, y antes de que pudiera hacer algo, el sueño se oscureció por completo.

NamJoon despertó de golpe, sudoroso y con el corazón acelerado. Su habitación estaba en silencio, pero el eco de la música aún resonaba en su interior. Se quedó sentado en la cama, la confusión apoderándose de él mientras trataba de descifrar el significado de ese sueño. ¿Por qué Jimin? ¿Por qué, a pesar de sus esfuerzos, no podía sacarlo de su mente?

El Amor de un Flautista |MinNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora