Capítulo 13

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Valor

La casa estaba impregnada de olor a comida casera, su madre había estado en la cocina desde la mañana, preparando una cena familiar que prometía ser deliciosa, la mesa estaba llena con platos, un hermoso mantel blanco, cubiertos bien alineados, y en el centro un florero con hermosas flores.

Namjoon miraba con cariño todo el esfuerzo que su madre había puesto en la cena. Su hermano Seokjin llegó primero, con una sonrisa amplia y un tanque de energía desbordante.

- ¡NamJoon!- exclamó al cruzar la puerta, abrazando al castaño- ¿Ya te has comido mi porción? No llego tan tarde del trabajo.

El castaño chistó los dientes, riendo ante el comentario- El que sería capaz de comerse la porción de otra persona eres tú- respondió con una risa- ¿O se te olvida las veces que has repetido más de tres veces?

Poco después, Jungkook apareció en la puerta, vestido casualmente, pero con la misma disposición entusiasta que Seokjin. Ambas sonrisas iluminaban el ambiente, y eso hizo que Namjoon se sintiera un poco más ligero, como si el calor de la familiaridad disipara sus propios pensamientos confusos.

- ¿Se está aproximando la cena o solo estamos aquí para hacer una maldad?- preguntó Jungkook con una risa.

- Siempre hay tiempo para una pequeña maldad- respondió SeokJin, guiñando un ojo antes de dirigirse a la cocina- ¡Mamá! ¡Ya estamos aquí!

Su madre salió de la cocina con una bandeja en su manos y una sonrisa brillante iluminando su rostro- Me alegra ver que han llegado todos, espero que tengan hambre.

Namjoon ayudó a su madre a colocar los platillos en la mesa. Se sentó junto a Jungkook, sintiendo una ligera tensión entre ellos que, a pesar de que lo intentaba ignorar, no podía escapar. La cena transcurrió entre risas y conversaciones ligeras. Su madre preguntaba por su trabajo, haciendo que todos se sintieran a gusto.

- ¿Qué tal te ha ido en el trabajo, Jungkook?- preguntó su madre, siempre tan interesada en la vida de su prometido.

- Genial- respondió el pelinegro con una sonrisa- Hemos estado trabajando en un nuevo proyecto, y todos están muy emocionados con ello.

Namjoon lo miraba, sintiéndose orgulloso de la forma en que Jungkook siempre encontraba maneras de brillar en cualquier situación. Pero, al mismo tiempo, esa sensación de orgullo estaba entrelazada con la confusión que había ido creciendo en él.

Seokjin, que parecía notar la mirada distante de su hermano, cambió de tema- He escuchado que hay una nueva película que todos han estado recomendando. ¿Deberíamos ir a verla este fin de semana?

- Suena bien- asintió Jungkook, pero su mirada se centró en el castaño, esperando su aprobación.

- Sí, deberíamos ir...- soltó en un pequeño hilo de voz.

La conversación fluyó, y Namjoon se vio perdido entre sus pensamientos, susurros de la voz de Jimin bailando en su mente, interrumpiendo el calor familiar. La idea de contárselo a Jungkook le parecía un desafío monumental.

Después de la cena, su madre les pidió que ayudaran a limpiar, el castaño se levantó y comenzó a apilar los platos, su mente divagando en lo que él rubio significaba para él y cómo encajaría en su vida si decidía abrirle la puerta.

Mientras lavaba los platos, se encontró con Jungkook a su lado, quien lo observaba con una expresión seria.

- ¿Estás seguro de que todo está bien, Namjoon?- preguntó el pelinegro, su voz baja y llena de preocupación.

El menor sintió que su corazón se aceleraba- Sí, solo... cosas del trabajo, supongo.

- No me engañes. Sabes que puedes contar conmigo en cualquier momento- dijo Jungkook, con un tono que mezclaba la molestia por sentir que el menor no quería confiar en él, y la preocupación por no saber si lo que le pasaba era grave.

Namjoon asintió en señal de que sabía que era así, era una situación complicada, quería hablar, quería decirle la verdad, pero tenía miedo.

- Gracias, Jungkook- respondió, su voz aún vacilante.

Una vez que terminaron con los platos, el ambiente estaba más relajado. Se acomodaron nuevamente en el sofá y su madre saco una película familiar para animar la noche, Namjoon se sentó junto a Jungkook, intentando concentrarse en la película, pero su mente vagaba hacia Jimin y hacia la conversación que quería tener.

La película terminó, y las luces comenzaron a relajarse, marcando el final de la tarde, sus padres y SeokJin se despidieron, yéndose hacia sus habitaciones, y, en consecuencia, dejándolos solos en el salón.

Antes de que la noche concluyera, Namjoon sintió que tenía que hablar con él pelinegro de una vez por todas, se aclaró la garganta, buscando reunir el valor que le hacía falta- JungKook, hay algo más que necesito decirte...

- ¿Qué pasa?- preguntó el mayor, dándole una mirada tierna que despertó una mezcla de culpa y ansiedad en el corazón del castaño.

En ese momento, Namjoon sintió la necesidad de ser honesto, de compartir la confusión que había dominado sus pensamientos en los últimos meses. Pero comenzaba a arrepentirse nuevamente.

- Es solo que...- comenzó, pero se detuvo, sintiendo que se le dificultaba el poder respirar- Quiero que sepas que eres muy importante para mí.

Jungkook le sonrió, esa sonrisa que siempre abrazaba el alma de Namjoon- Y tú para mí. Siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase- el menor no pudo evitar sentirse peor- Podemos hablar de lo que sea después, aún hay tiempo- dijo, plantando un beso en su coronilla.

Sólo esperaba que, cuando llegara el momento de hablar, pudiera encontrar el valor necesario para abordar lo que su corazón intentaba decir.

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El Amor de un Flautista |MinNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora