DistanciaLa ciudad estaba envuelta en un silencio reverente, iluminada por las luces en la distancia. NamJoon había estado caminando sin rumbo, su mente en un torbellino. Pensar en Jimin lo llenaba de una mezcla de emoción y ansiedad, la idea de acercarse a él lo asustaba, pero al mismo tiempo, sentía que debía hacerlo.
- ¿Qué tengo que hacer?- murmuró en voz baja, sintiendo cómo la frustración y el deseo de aclarar sus sentimientos se entrelazaban en su pecho. Había perdido el contacto con Jimin y la idea de dar el paso que podría cambiar su vida le parecía aterradora; la sombra de JungKook aún estaba fresca en su mente, un recordatorio constante de su tristeza y dolor.
Mientras caminaba, intentó recordar los momentos que había pasado con Jimin; su dedicación y amor por la música, cómo la flauta se convertía en una extensión de su ser y cómo lograba transportar a quienes lo escuchaban a otros mundos a través de sus melodías. Cada recuerdo era como una chispa en medio de su desesperación, pero la distancia física y emocional entre ellos lo hacía sentir que ese fuego no podía ser alimentado.
Se detuvo en un banco del parque, buscando un respiro, tomó un profundo aliento, intentando apaciguar el torbellino interno que lo oprimía- Debería hacer algo- susurró, golpeando su pierna con la mano, pero cada intento de forzar una decisión se sentía como una presión insoportable. ¿Debería buscar a Jimin? La risita de la duda se asomaba burlándose de su confusión.
Los ecos de su propia voz resonaron en su mente, intensificando el dilema al que se enfrentaba, ¿Debía buscar a Jimin o era mejor mantener la distancia mientras lidiaba con sus propios sentimientos? Aquella lucha interna era desgastante, y el frío de la noche parecía colarse en sus pensamientos, robándole la calidez que la idea de Jimin le otorgaba.
Mientras observaba las sombras alargadas de los árboles proyectadas por las luces de la calle, una oleada de nostalgia y deseo lo envolvió. Recordó aquel día en que Jimin había ensayado una pieza hermosa en su estudio, cómo sus ojos brillaban mientras tocaba, quedando sumergido en la música. Aquella fue una de esas noches en las que todo parecía posible, cuando las preocupaciones del mundo exterior se desvanecían bajo el abrigo de la melodía.
NamJoon cerró los ojos, imaginando el sonido etéreo de la flauta de Jimin llenando el aire. La música era su refugio, y a la vez, un recordatorio de lo que había perdido.
- ¿Y si él también me extraña?- se preguntó, la esperanza titilando en su pecho. Quizás había un camino que no había considerado, uno en el que no solamente él luchaba con sus sentimientos, sino Jimin también.
Mientras volvía a caminar por el sendero, recordando los momentos compartidos, sintió el peso de la nostalgia asentarse sobre él. Miraba cómo las hojas caían lentamente de los árboles, como si el otoño pintara el paisaje con tonos de melancolía. La ciudad brillaba a su alrededor, llena de vida, pero él solo quería sumergirse en sus pensamientos y encontrar un poco de claridad.
- ¿Qué haría Jimin si estuviera aquí?- se preguntó. La respuesta parecía ser aún más confusa, la idea de acercarse y conversar se desvanecía con cada segundo que pasaba. Tal vez Jimin había seguido su propio camino, y tal vez era el momento para que él hiciera lo mismo.
Con esos pensamientos dando vueltas en su mente, NamJoon se detuvo frente a un pequeño lago, la superficie del agua reflejaba las luces del parque, creando un espectáculo de destellos que parecía bailar al ritmo del viento. Se sentó en el borde, dejando que sus manos rozaran el agua calma mientras respiraba profundamente.
- ¿Qué haría Jimin?- era pregunta que se repetía como un eco en su mente. Habría encontrado cualquier gratificación en el arte, lleno de pasión y dedicación, buscando la belleza en cada nota. Pero NamJoon se sentía perdido en su propia melodía. No sabía si había algo que pudiera hacer para reconectar esos lazos que habían dejado de tejerse con el tiempo y la distancia.
A medida que la brisa nocturna acariciaba su rostro, sintió una mezcla de tristeza y aceptación. Así como el agua del lago reflejaba el brillo de la ciudad, sus recuerdos brillaban intensamente, pero eran solo eso: recuerdos. Había momentos que nunca podría borrar, memorias de risas compartidas, canciones improvisadas y silencios cómodos.
Se preguntó si Jimin estaba pensando en él. La idea se convirtió en un consuelo en medio de la incertidumbre, dándole un pequeño empujón de esperanza. Había días en los que sentía que el universo conspiraba para mantenerlos cerca y otros en los que parecía desdibujarse lentamente, como las luces que se apagaban una a una al final del día.
Finalmente se levantó del borde del lago, sacudiéndose un poco. Mientras caminaba de regreso por el sendero, se sintió un poco más ligero.
La noche continuaba su curso, y NamJoon decidió que, por ahora, lo mejor era abrazar su soledad, haciendo las paces con sus pensamientos y sentimientos, sin la urgencia de buscar a Jimin. Se permitió sonreír al recordar las pequeñas cosas que le gustaban del rubio y enlistar esas memorias como joyas en su mente. Esa parte de él siempre permanecería, sin importar la distancia que existiera entre ellos.
Con ese pensamiento, NamJoon se dirigió a casa, sintiendo que aunque había muchas preguntas sin respuesta.
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El Amor de un Flautista |MinNam|
FanfictionUna conexión extraña que entre ellos se intensifica, revelando un amor que trasciende lo superficial y florece en un vínculo profundo y significativo. Sin embargo, uno de ellos está atado a un compromiso que lo somete a una lucha interna. La atracc...