Capítulo 3

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Melodía

La tarde avanzaba y el sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y lilas que parecían reflejar la confusión en el corazón de NamJoon. Se sentó en un rincón del jardín, alejado un poco del bullicio familiar, observando cómo JungKook reía y conversaba con SeokJin. La risa del pelinegro era contagiosa, pero NamJoon sentía que cada rayo de luz que caía sobre él empujaba más y más su sombra interior.

Habían decidido hacer una especie de reunión familiar aquel día, estaban sus tíos, primos, sus abuelos e incluso amigos de la familia, NamJoon se sentía sofocado ante tantas reuniones familiares solo por su boda.

La comida se servía en una mesa decorada con flores, y los ruidos de la vajilla y las risas se entrelazaban en una sinfonía vibrante. Sin embargo, las palabras que quedaban en el aire a menudo eran más resonantes que el ruido mismo.

"¿Cuándo anunciarán la fecha de la boda?" "¿Tienen pensado mudarse pronto?"

Cada pregunta parecía un eco que se volvía más fuerte, más opresivo en su mente.

Fue entonces que sintió la mano cálida de JungKook en su hombro- Nam, ¿estás bien?- preguntó con preocupación, sus ojos reflejando la luz suave del atardecer.

NamJoon pudo ver en su mirada esa mezcla de amor que siempre le había causado calidez, pero en ese momento solo se sintió más perdido- Estoy bien, solo necesito un momento para respirar- respondió, forzando una sonrisa.

Con un gesto comprensivo, JungKook se sentó a su lado, dejándole el espacio necesario. Pero NamJoon sabía que no podría escapar por mucho tiempo. La presión de su vida, su futura vida, se hacía cada vez más palpable.

- ¿Sabes?- comenzó JungKook, rompiendo el silencio- Hay algo de lo que me gustaría decirte, pero no quiero presionarte- sonrió levemente- Pero sabes que estoy aquí para cualquier cosa, ¿Verdad?

El castaño se sintió invadido por una corriente de gratitud- Gracias. Eso significa mucho para mí- sus palabras eran sinceras, aunque su mente estaba llena de preguntas que no sabía cómo formular.

La tarde se desvaneció lentamente, y los invitados comenzaron a retirarse, dejando a la familia en un ambiente más íntimo. Fue en ese momento que JungKook sugirió dar un paseo corto por el jardín.

La luna comenzaba a asomarse, bañando el paisaje en una luz plateada. Mientras caminaban entre las flores y los arbustos, JungKook finalmente se detuvo y giró hacia el castaño- Por favor, sé honesto conmigo. Siento que algo no va bien- sus ojos, normalmente llenos de vida, ahora destilaban una preocupación genuina.

Un nudo se formó nuevamente en la garganta de NamJoon. No podía seguir ocultando lo que sentía- No estoy seguro de lo que quiero, JungKook- la confesión se escapó como un suspiro, y cada palabra parecía convertirse en un peso que se aligeraba gradualmente.

JungKook lo miró fijamente, su expresión se tornó más seria- ¿Te refieres a nosotros? ¿A la boda? ¿A nuestra vida juntos?

NamJoon se tomó un momento, las palabras danzando en su mente-  Mi vida ha estado tan llena de expectativas, y no sé si estas son las mías o las de otros. Siento que me estoy perdiendo y… y no sé cómo sostener lo que todos esperan de mí.

JungKook dio un paso más cerca- Nam, yo no quiero que te sientas atrapado. Quiero que construyamos algo que nos haga felices a ambos. Estoy aquí porque te amo, no porque debas ser de una forma específica.

Las palabras del pelinegro resonaron como un canto esperanzador, pero el castaño todavía sentía el eco de sus propios miedos- Pero, ¿Y si no puedo ser el NamJoon que todos quieren? ¿Y si nunca puedo cumplir con esas expectativas?

- Ellos no son los que pasan sus días contigo- respondió JungKook, su voz calmada y firme- Eres tú el que tiene que lidiar con esas expectativas, pero también puedes elegir lo que realmente deseas. Para mí, lo más importante es tu felicidad.

NamJoon se encontró ante una bifurcación en su camino. Nunca había contemplado la posibilidad de escoger su camino fuera de lo que estaba predeterminado.

Se sintió abrumado por la ternura de JungKook, y aunque el miedo persistía, también había una chispa de esperanza que comenzaba a iluminar la confusión en su interior.

Lentamente, NamJoon tomó aire y se permitió ser vulnerable por un momento- Me asusta la idea de decepcionarte. He construido tanto a mi alrededor que a veces no sé si soy realmente yo. Pero quizás… quizás también debería considerar lo que realmente quiero.

JungKook lo escuchó en silencio, procesando las de NamJoon con una atención profunda. El aire fresco de la noche envolvía a ambos mientras se mantenían en ese espacio silencioso, un momento en el que el futuro parecía tan abierto como lleno de posibilidades.

Justo cuando NamJoon se permitía explorar sus sentimientos, un recuerdo surgió en su mente: el flautista que conoció en la fiesta de compromiso. Su mirada intensa, su sonrisa encantadora y la forma en que la música fluía de sus dedos lo intrigó de maneras que nunca pensó posibles. Aunque había discutido públicamente sus planes de matrimonio con JungKook, había algo en aquel encuentro que hizo que su corazón latiera más rápido.

El castaño sintió una punzada de confusión, tenía una mezcla de emociones: amor por JungKook, sí, pero también una chispa de algo nuevo e inesperado que no sabía cómo acomodar dentro de su sistema.

- ¿NamJoon?- la voz de JungKook rompió su trance- ¿A dónde se fue tu mente?

Decidió desviar la conversación de lo que realmente lo inquietaba- Solo estaba pensando en cómo he estado tan inmerso en lo que esperan los demás, que he olvidado mis propios deseos. Es un poco abrumador.

La expresión de JungKook se suavizó, pero había algo en su mirada que parecía buscar más en lo que le decía- Lo entiendo. Pero recuerda que te puedes tomar el tiempo para descubrir lo que realmente quieres. No tienes por qué apresurarte a tomar decisiones- el pelinegro se acercó a su rostro, plantando un leve beso en los labios ajenos, sonriendo al separarse de él.

NamJoon asintió, sintiendo que el aire frío le acariciaba el rostro, tratando de despejar sus pensamientos nublados. Pero la imagen del flautista seguía acechando en su mente, como una melodía que se repetía sin cesar, y no podía sacudirse esa sensación que había experimentado.

La confusión en su corazón aumentó, sintiendo que cada emoción competía por su atención. La intensidad de lo que estaba experimentando lo abrumaba, y sabía que no podía dejar que JungKook supiera en lo que estaba pensaba, le haría daño, y eso era lo último que quería.

Siguieron hablando y caminando tranquilamente, como siempre lo habían hecho. Sin embargo, incluso mientras hablaban, una parte de él seguía atrapada entre lo que era y lo que podría ser. En el fondo de su mente, la melodía del flautista todavía sonaba, insinuando que la vida estaba llena de caminos inesperados.

NamJoon tomó aire, aceptando que su corazón era un lugar complicado.



NamJoon tomó aire, aceptando que su corazón era un lugar complicado

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El Amor de un Flautista |MinNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora