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La búsqueda de los artefactos mágicos continuó con determinación, pero el problema de las sombras en el castillo parecía empeorar. A medida que los días pasaban, las sombras se volvían más densas y más inquietantes. Harry, Hermione y Ron sabían que estaban cerca de encontrar la solución, pero el riesgo también estaba aumentando.

Una noche, Harry decidió investigar más a fondo el fenómeno del Eclipse de la Sombra en una de las áreas menos frecuentadas del castillo. Aunque Hermione y Ron estaban preocupados, Harry insistió en ir solo para evitar que sus amigos se metieran en peligro.

—Ten cuidado, Harry —dijo Hermione—. Las sombras están volviendo el castillo más peligroso. No queremos que te pongas en peligro.

—Lo sé —respondió Harry—. Pero creo que estoy cerca de encontrar una pista clave. Prometo que estaré atento.

Harry se adentró en los pasillos oscuros del castillo, guiado por la información que había reunido. Mientras avanzaba, notó que las sombras se volvían más intensas y perturbadoras. La atmósfera estaba cargada de una energía inquietante.

Finalmente, llegó a un pasillo oculto que parecía tener una conexión con el fenómeno. En el centro del pasillo, encontró un antiguo portal cubierto de runas mágicas. Las sombras parecían concentrarse alrededor del portal, y Harry sintió una fuerte energía mágica emanando de él.

—Esto debe ser importante —murmuró Harry, acercándose al portal con cautela.

Mientras examinaba el portal, Harry descubrió una serie de runas que parecían estar relacionadas con el Eclipse de la Sombra. A medida que trataba de interpretar las runas, una sombra particularmente oscura se desprendió del portal y se abalanzó sobre él. Harry intentó defenderse con un hechizo de luz, pero la sombra era demasiado poderosa y lo envolvió en una oscuridad opresiva.

El portal comenzó a brillar con una luz oscura, y Harry se sintió atrapado en una especie de vacío mágico. El peligro era real y palpable, y Harry comprendió que estaba en una situación muy grave. Intentó recordar los hechizos de protección y de escape que conocía, pero la oscuridad era abrumadora.

En ese momento, una figura apareció en el pasillo. Era Severus Snape, que había sido alertado por una serie de perturbaciones mágicas que se habían registrado en el castillo. Snape se acercó rápidamente al portal y vio a Harry en peligro.

—¡Potter! —gritó Snape, su voz resonando con una mezcla de preocupación y autoridad—. ¡Detente!

Con un rápido movimiento de su varita, Snape lanzó un hechizo que disipó la oscuridad alrededor de Harry. Las sombras se disolvieron y el portal dejó de brillar con la luz oscura. Harry cayó al suelo, agotado y temblando.

—Profesor Snape —dijo Harry, respirando con dificultad—. Estaba tratando de entender el portal, pero...

Snape se acercó a Harry y lo ayudó a levantarse.

—Lo que estabas tratando de hacer era extremadamente peligroso —dijo Snape, su tono grave—. Las sombras que has visto son el resultado de un desequilibrio mágico. No deberías haber estado aquí solo.

—Lo sé —dijo Harry—. Pero pensaba que podría encontrar una pista para resolver el problema del Eclipse de la Sombra.

Snape frunció el ceño mientras examinaba el portal y las runas. Su conocimiento de la magia antigua le permitía reconocer la gravedad de la situación.

—Este portal está conectado con el núcleo del desequilibrio mágico en el castillo —dijo Snape—. Cualquier intento de manipularlo sin la debida preparación podría haber tenido consecuencias desastrosas.

Harry asintió, dándose cuenta de la magnitud del riesgo que había corrido. Snape lo miró con una mezcla de preocupación y desaprobación.

—Necesitas entender que no estás solo en esto —dijo Snape—. Hay límites a lo que puedes hacer por ti mismo. La magia antigua que estás tratando de desentrañar requiere cuidado y preparación. No puedes enfrentarlo sin la ayuda adecuada.

—Lo siento, profesor —dijo Harry—. No quise ponerme en peligro ni preocupar a nadie.

Snape asintió, su expresión suavizándose ligeramente.

—Lo importante ahora es que estás a salvo. Vamos a regresar y hablar sobre esto con tus amigos. Necesitamos asegurarnos de que no te pongas en peligro nuevamente.

Snape y Harry regresaron a la sala común, donde Hermione y Ron estaban esperando con ansiedad. Al ver a Harry acompañado por Snape, ambos se acercaron rápidamente.

—¡Harry! —exclamó Hermione—. ¿Estás bien? ¡Estábamos tan preocupados!

—Estoy bien —dijo Harry—. Solo fue un poco más peligroso de lo que esperaba. El profesor Snape me rescató.

Ron miró a Snape con una mezcla de agradecimiento y curiosidad.

—Gracias, profesor —dijo Ron—. No sabíamos qué hacer si algo le pasaba a Harry.

Snape asintió, aunque su expresión seguía siendo seria.

—Es crucial que todos trabajen juntos en esto —dijo Snape—. La magia antigua y los artefactos que están tratando de encontrar pueden ser muy peligrosos. No pueden enfrentarlo todo por su cuenta.

Hermione miró a Harry con preocupación.

—No podemos arriesgarnos a que algo así vuelva a suceder —dijo Hermione—. Necesitamos ser más cuidadosos y asegurarnos de que todos estén seguros.

El grupo discutió el próximo paso en su búsqueda y cómo podrían abordar los desafíos futuros con más cuidado. Snape ofreció su ayuda para guiar y proteger a Harry y sus amigos mientras continuaban explorando los secretos de Hogwarts.

Con una nueva comprensión de los peligros y con el apoyo de Snape, Harry y sus amigos se prepararon para enfrentar los próximos desafíos. Sabían que la búsqueda de los artefactos y la resolución del Eclipse de la Sombra serían difíciles, pero estaban decididos a enfrentarlos juntos.

Mientras la noche caía sobre Hogwarts, el grupo se retiró a sus habitaciones con una sensación de alivio y determinación. La aventura estaba lejos de terminar, y estaban listos para enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.

Más alla de las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora